Los intolerantes no saben de libertades. Impunidad por complicidad o ineptitud

Alejandro Sicairos
14 enero 2021

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alexsicairos@hotmail.com

 

Han escalado de nivel de peligrosidad los reincidentes agresores a la libertad de expresión que desde la cobardía del anonimato van contra trayectorias ejemplares en el periodismo sinaloense, a las cuales fallidamente tratan de desacreditar con la estrategia de denigrar para inhabilitarlos como exponentes confiables de la información. Un día no muy lejano, cuando la justicia alcance a aquellos que quieren ver a los periodistas silenciados, o muertos, ojalá muestren el mismo arrojo para responder ante la ley por sus actos.

Se trata de políticos o mafias de poder acostumbradas a la impunidad y con todo el cinismo que les pueda proveer el estado de derecho exánime. Lo más reciente es la arremetida cruel, criminal y demente contra el cartonista editorial de Noroeste, Gilberto Ceceña, caso de intolerancia que se añade a los expedientes nacionales e internacionales que existen contra esos malhechores que están detrás de ésta y anteriores escaladas contra periodistas y medios de Sinaloa.

Es tiempo de preguntar si las instancias de investigación federales y estatales seguirán de brazos cruzados en espera del funeral de otro comunicador eliminado con violencia. Tanta pasividad frente a hechos de naturaleza tan punible convierte a las autoridades desidiosas en cómplices de políticos y testaferros que creen que la actividad periodística y la opinión pública les sirven mejor poniéndoles el arma en la sien.

Que no pregunte el gobierno quiénes son. Cuentan con elementos de sobra, una y otra vez probados, para abrirles carpetas de investigación y ponerlos a disposición de los tribunales. Ellos, los que pretenden que se escuche sólo su voz aumentada con megáfonos de la corrupción, se delatan a sí mismos porque saltan cuando se ataca a su amo e hibernan plácidamente mientras no reciben la indicación de exterminar.

En vez de debatir con ideas frente a audiencias que engullen con placer la imprecación dispersada en cantidades abundantes en las plataformas digitales, se especializan en la tergiversación de la información que construye adefesios tan espeluznantes como sus creadores. Nadie les cree, lo saben, pero le apuestan a que algo queda de la infamia y, sobre todo, a que la ofensa como empleo les garantiza el ingreso, pagado por cierto con recursos propios.

A esos criminales, cuyos nombres están en averiguaciones previas y alertas por la amenaza que significan para la libertad de expresión, no les tiembla la mano para agregarle una víctima más a la lista de periodistas caídos en el cumplimiento del deber. Han saltado todos los límites; lo que sigue es el ataque físico contra cualquiera que les ponga el riesgo los modus vivendi y operandi tan ruines como socialmente dañinos. Quitarles a los sinaloenses el periodismo útil, valiente, investigador y confiable es el objetivo a cumplir.

Sin embargo, de nuevo es la sociedad a través de sus periodistas, luchadores sociales, organizaciones cívicas y líderes de opinión los que avalan la dignidad de Ceceña y la factibilidad del periodismo responsable y profesional. Habla Sinaloa por todos los que buscamos en el oficio la posibilidad de darles voz a quienes no la tienen y convertirlo en un medio viable de sustento digno que evite la perversión de las ideas y convicciones a cambio de un kilo de tortillas o una palmada en la espalda.

El posicionamiento dado a conocer ayer por la tarde eso pretende ser. “Sinaloa no merece un proceso electoral marcado en la violencia, por eso este pronunciamiento, para evitar que en el futuro estas expresiones que nacen desde el anonimato, pero tiene un origen inidentificable, pasen de la violencia verbal a la violencia física o más allá, en la penosa memoria que nuestro estado guarda con homicidios que hasta la fecha siguen en la impunidad”.

Por tales razones el llamado a que no se planten en la pasividad la Fiscalía General del Estado, Instituto Electoral del Estado de Sinaloa, Instituto Nacional Electoral, Poder Ejecutivo en Sinaloa y su titular Quirino Ordaz Coppel, el Poder Legislativo local representado en sus legisladoras y legisladores, los diversos partidos políticos y en general todos aquellos actores públicos que velan por un proceso en donde se respeten todas las libertades políticas, entre ellas, la fundamental libertad de expresión.

A eso se debe que ciudadanos y sectores se pronuncien con energía en favor de que intervengan las autoridades “para no tener que lamentarnos y recibir condolencias mañana. “Democracia, respeto, libertad y justicia, son las exigencias mínimas para el proceso electoral en el que concurrimos todos”.

 

Reverso

Vuelve el cónclave de pillos,
Para resolver en la letrina,
Cómo trasmutar de la inquina,
A los dedos en los gatillos.

 

Una Ley en espera

Antes de desbaratarse en su composición actual, la 63 Legislatura del Congreso de Estado podría dictaminar y someter a consideración del Pleno la iniciativa de Ley para la Protección de Defensores de Derechos Humanos y Periodistas que le fue presentada desde el 13 de junio de 2019 y que significa un conjunto de acciones para proteger a estos sectores que, pese a la defensoría social que realizan todos los días, continúan en el desamparo y pagan consecuencias por la negligencia de instituciones que tendrían que ser tajantes al momento de hacer valer las garantías constitucionales. Qué mal se verían los diputados sumándose al largo agravio contra ombudsman y reporteros que sólo reclaman condiciones para seguir al lado de los sinaloenses de mayor vulnerabilidad.