Los 'Homo-Hogareñus'

Homero Hinojosa
06 diciembre 2019

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Se dice que los niños y jóvenes ya no salen tanto a la calle para divertirse en parques, canchas deportivas y lugares públicos. Es un hecho que en algunas ciudades la violencia acosa en cada esquina, en cada barrio, y esto podría ser una gran razón para ausentarse.

Hoy los chavos están pasando más tiempo en sus hogares. Las alternativas de entretenimiento no faltan para optar por la permanencia en casa y pasar el tiempo.

¿Cuáles son estas opciones de entretenimiento? Ya no se manifiesta en una sentada frente a la pantalla para disfrutar de Bob Esponja. Es más, ya casi ni ven lo que antes se conocía como "televisión".

Los niños y adolescentes están prefiriendo conectarse con sus amigos vía redes sociales y aplicaciones y mandarse fotos y "mensajitos". Están optando en muchos casos por socializar desde sus hogares, conversando sobre cosas triviales y ampliando su abanico de amistades como si fuera una competencia de popularidad.

La necesidad de socializar siempre ha sido una prioridad en los seres humanos. Pero con la tecnología se han incrementado las posibilidades de hacerlo sobre todo ahora desde el hogar, en donde antes el niño y el joven pasaba antes hasta seis horas frente a la televisión y ahora pasa las mismas horas o más en sus teléfonos y tabletas. De nómada de barrio se ha transformado en "homo-hogareñus" con un horario que brinca y saluda a la madrugada en muchos casos.

Algunos se dejan dominar por la acción y adrenalina que encuentran a través del XBox y PlayStation en sus diferentes niveles de dificultad. La tecnología ha traído la oportunidad de vivir experiencias de videjuego con mayor realismo (el término "virtual" es mera mercadotecnia) y sus estrategias demandan reflejos más rápidos, algo que están desarrollando las nuevas generaciones, pero al tiempo que les provoca una urgencia de gratificación inmediata a sus deseos.

Como padres debemos establecer en casa políticas hogareñas firmes que combinen sanamente la higiene personal, las tareas domésticas, el entretenimiento personal y la convivencia familiar. La observación frecuente de las actividades de nuestros hijos nos arroja información útil para conocer a qué juegan y con quien lo hacen.

No basta solamente decirles "ya jugaste demasiado, ya párale". Hay que ser más consistentes y consecuentes en nuestras acciones.

La inseguridad y los encantos de la tecnología personal no desaparecerán en el corto plazo. Es tiempo de actuar y pedir ayuda profesional si notamos severo aislamiento, agresividad continua o desidia extrema en ellos por abuso de los dispositivos. Recordemos que se aproxima la Navidad y es hora de pensar si Santa Clós les traerá más tecnología este año o cambiará de estrategia de regalos.

 

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