Los funcionales
08 octubre 2017
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El PRI está relamiéndose. El PRI está dándose palmadas en la espalda. El PRI está feliz. Ya tiene estrategia, mapa de ruta, manual de operaciones para ganar la elección presidencial y quedarse en el poder. Estrenó el sistema operativo en la elección para la gubernatura en el Estado de México y ahora buscará instrumentarlo a nivel nacional. Es una ecuación muy simple: candidato potable + carretadas de dinero + base dura y clientelar + instituciones electorales débiles o cómplices + medios doblegados o comprados + fragmentación de la oposición = triunfo electoral. Atlacomulco forever.
Con esos ingredientes el PRI probablemente tendría una victoria asegurada. Poco importarían los escándalos recurrentes, la corrupción acendrada, la popularidad presidencial disminuida, las reformas descafeinadas, el espionaje a periodistas, el socavón, el desvío sistemático de recursos públicos, el crecimiento pingue. La Operación Restauración avanza, impulsada por un manojo de actores que de manera deliberada o accidental le son funcionales al priismo. Con su actuación o con su omisión contribuyen día con día a la regresión autoritaria y a la permanencia del PRI en Los Pinos.
Como Margarita Zavala. Con su salida del PAN y la búsqueda de una candidatura independiente se vuelve mesera del priismo. Al contribuir a la fragmentación del voto que podría ser opositor, coloca el mantel, las copas, las servilletas y los cubiertos sobre la mesa de celebración que el PRI ya ha reservado para 2018. Porque su cálculo es equívoco. Será difícil, si no imposible, posicionarse como la opción antisistémica cuando es un producto del sistema. Será difícil, si no imposible, venderse como candidata independiente dada su progenitura partidista. Y tampoco provocará una desbandada panista en su favor a pesar del respeto que inspira y el cariño que le tienen. Los panistas pragmáticos se quedarán donde hay presupuesto y posibilidades reales de ganar contiendas. Y mientras tanto, ese 10-15 por ciento del voto que logre obtener como “independiente” -en el mejor de los casos- se lo arrancará al Frente PAN-PRD que hoy, sin candidato, encabeza las preferenciales electorales. El prestigio y la popularidad puestas al servicio de la podredumbre, junto con otros “independientes” abocados a sazonar el caldo gordo del PRI.
Y a lado de Margarita Zavala, las autoridades electorales. Antes autónomas, ahora partidizadas. Antes independientes, ahora colonizadas. El INE y el TEPJF permitiendo los atropellos a la ley, los abusos al margen de ella, desde hace años y en instancia tras instancia. Su renuencia a quitarle el registro al PVEM. Su vacilación ante casos evidentes de compra de votos, como los fueron Monex y las Tarjetas Rosas. Su incapacidad para investigar, fiscalizar y sancionar adecuadamente lo cual ha permitido que el dinero ilegal fluya a lo largo del sistema electoral, minando el principio de equidad en favor del PRI. Su apoyo -vía un pronunciamiento de Lorenzo Córdova- a favor de la trampa tendida por el PRI para acabar con el financiamiento público a los partidos, que beneficiaría más al PRI por los recursos gubernamentales y de publicidad oficial a los cuales podría recurrir. Las autoridades electorales contemplan cómo se construye ante sus ojos una elección de Estado y no levantan un dedo porque tienen las manos amarradas detrás de la espalda, con un moño tricolor.
A la lista de quienes laboran para el PRI se suman también los prianistas en el Senado que exaltan las virtudes personales de José Antonio Meade, al cual apoyarían si Margarita Zavala no despega. Y también los medios cuyos comunicadores, contenidos y titulares no reflejan la realidad del país sino la visión pasteurizada que el gobierno les provee. Entre todos operan para que la silla presidencial quede en manos de los de siempre, para hacer lo mismo de siempre. No están pensando en la reconstrucción de México sino en cómo parcharlo para que permanezca al servicio de sus intereses.
Y como advirtiera Cicerón: “un país puede sobrevivir a sus tontos y hasta a sus ambiciosos. Pero no puede sobrevivir la traición desde adentro, porque el traidor no parece ser traidor. Corrompe el alma de una nación”. Eso es lo que hacen quienes trabajan para sí mismos y trabajan para impedir todo cambio significativo del régimen regresivo. Son funcionales para el PRI pero disfuncionales para México.
Twitter: @DeniseDresserG