Los amigos sinaloenses de las corcholatas
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En Sinaloa los actores políticos locales ya empiezan a amarrarse con las corcholatas morenas. Apuestan a que haciéndolo así aseguran candidaturas al Senado, alcaldías y diputaciones federales y estatales. El primero fue Héctor Melesio Cuén, sabiendo que no tendría el respaldo de Rubén Rocha Moya para ser candidato a Senador. Buscó a Adán Augusto porque este era el único que no tenía simpatizantes en Sinaloa o si los tenía eran peso mosca. Y le atinó. Adán lo aceptó a gusto.
Claudia Sheimbaum, quien posiblemente tenga más simpatizantes dentro de las bases de Morena, tanto porque hasta el momento es la favorita de AMLO como por ser la única con una trayectoria de izquierda, no tiene un o una representante muy visible en Sinaloa, aunque, al parecer, lo es el hijo del ex presidente interino del partido, Alfonso Ramírez Cuéllar. Hasta el momento no se ven muy activos.
Marcelo Ebrard ya está pisando el acelerador en Sinaloa y en todas partes. En ese marco, Guillermo Romero, empresario mazatleco, fue presentado como coordinador general del Movimiento Progresista Sinaloa que respalda las aspiraciones del canciller de ser el candidato presidencial de Morena, lo cual no quiere decir, por cierto, que Romero es ya el representante oficial de Ebrard en Sinaloa para la campaña interna porque esta es harina de otro costal.
Ricardo Monreal, quien no le gusta ser visto como corcholata sino como un aspirante a la candidatura de Morena, no parece tener hasta el momento un representante oficial en Sinaloa. Hay periodistas y políticos que insistentemente recuerdan la amistad del Gobernador Rocha Moya con el zacatecano y el respaldo que éste le dio al hijo predilecto de Batequitas para que obtuviera la candidatura en Sinaloa en una puja muy intensa. Para ellos este sería un argumento para que el ex Rector promoviera a Monreal; sin embargo, Rocha Moya ha demostrado mucha cautela y espera la decisión de AMLO o, si usted quiere, de la encuesta morenista.
Se entiende la apuesta de Cuén por Adán Augusto, pero no la del tabasqueño de jugársela con el badiraguatense. Cuando se anunció el compromiso entre ambos la coyuntura política lo permitía porque no había intentos visibles en el Congreso de legislar para acabar con el control cuenista de la casa rosalina. Pero ahora la atmósfera no parece tan diáfana para Héctor Melesio cuando nuevamente se retoma el tema del uso político de la UAS por parte del PAS y se habla de una reforma a su Ley Orgánica que impida que Cuén elija a su modo a las autoridades de la universidad, como lo ha hecho desde 15 años. La injerencia ilegal del PAS la han señalado tanto el Presidente López Obrador, cuando andaba en campaña, como el Dr. Rocha Moya, en reiteradas ocasiones. Es decir, se ve complicado que Adán Augusto siga teniendo como principal promotor de su candidatura al dirigente del PAS en medio de un debate legal y político en el que se denuncia el uso partidario de una institución educativa. La UAS es el capital político que tiene Héctor Melesio Cuén para negociar, pactar o establecer acuerdos políticos con otros partidos, sin el control de la casa de estudios el PAS prácticamente se reduce a nada y por eso preservar su hegemonía es fundamental. Con el uso y control político de la UAS como moneda de cambio con Adán Augusto, Cuén le quiere disputar a Rubén Rocha el poder para influir en la selección de candidaturas para 2024, entre las que sobresale la de Senador porque de ahí se desprende prácticamente la de Gobernador para 2027.
No está escrito con tinta indeleble que el candidato a la presidencia de Morena designe a los candidatos a otros cargos, pero se especula que podría negociarlo con AMLO, el Gobernador, Mario Delgado y otros protagonistas de Morena; es por eso, que los actores locales se le pegan a las corcholatas.
En este mismo escenario, a los militantes de a pie de Morena, sobre todo de aquellos que llevan décadas participando en todo tipo de luchas sociales desde la izquierda, los desmoraliza y a otros los encabrita que están apareciendo cada vez más personas que no tienen nada que ver con esos antecedentes, tal y como sucede en Mazatlán con tres empresarios: Guillermo Romero, “Pity” Velarde y Carlos Escobar, que dicen las malas lenguas no ocultan sus fervientes deseos de ser uno de ellos candidato a presidente municipal por parte de Morena.
“¿Qué carambas tienen que ver con las luchas sociales y políticas de las que nació Morena?”, dicen estos militantes con la suela gastada de tanto caminar en favor de su partido. “Ahora resulta que estos señores se identifican con el partido que dice “primero los pobres”, cuando a lo único que se han dedicado es a hacer dinero”. “¿Van a decir ahora que son de izquierda, “marxistas”, como dice Mike Pompeo que es Ebrard?”
Y lo mismo sucede en otras partes del País. Llegan empresarios riquísimos, como lo hicieron también en los momentos de máximo poder del PAN y se trepan al barco. Con este partido podía haber una simpatía ideológica porque en su programa prioriza el interés del capital por encima del papel social del Estado y nunca se atrevería a decir que “primero los pobres”. Pero ahora sin ninguna simpatía con los plebeyos ni con un Estado asistencialista, aparecen como fervientes admiradores de López Obrador, algo que nadie les cree.
Y también se preguntan. “¿Cuántos votos han ganado antes; qué compromiso con los de bajo pueden demostrar; qué experiencia electoral tienen?”. Y así muchas preguntas más.
Lo cierto es que, en Morena, sobre todo desde arriba, sobran quienes les hacen caso y se les arriman para ver qué sacan.
La atmósfera política sinaloense y nacional se calentará cada vez más. La temperatura aumenta cada semana y veremos muchos cambios y situaciones inesperadas. Nada es definitivo, ni siquiera el triunfo de Morena en 2024, a pesar de la todavía alta aceptación que goza AMLO y que les transfiere a los candidatos de su partido. La Sheimbaum sigue en la punta, pero dentro y fuera de Morena le han declarado la guerra, así que todo puede suceder.
Posdata
Otra buena noticia turística: Fonatur distribuirá poco más de 130 mil millones de pesos para cinco estados, incluyendo Sinaloa. La millonada es para invertir en los Centros Integralmente Planificados que hay en cada estado, el de Sinaloa es Playa Espíritu, en Escuinapa. Cómo se gastará aquí será decisión del gobernador Rubén Rocha Moya.