Lo peor...

Guillermo Osuna Hi
10 diciembre 2023

Afirma el refrán popular que hasta al mejor cocinero se le quema la sopa, es decir, que la experiencia y los conocimientos de una persona, no lo eximen de la posibilidad de cometer errores a la hora de realizar una obra, tomar una decisión o caer en un error discursivo. Ejemplos de ello, abundan, y en la mayoría de los casos, se justifican bajo el atinado razonamiento de que es de humanos equivocarse. Obviamente, la preocupación y los cuestionamientos surgen, cuando los tropiezos se convierten en costumbre, y en esas anda el Gobernador Rubén Rocha Moya, quien, cuenta con una amplia experiencia y formación académica, a lo cual, se adosa su transitar político de altos vuelos, y obviamente, por los largos años de vida que tiene acumulados, sin duda alguna.

Hace algunas semanas, se difundió públicamente, la promesa de protección que le ofrecía el Gobernador a uno de sus colaboradores, delatado por acoso sexual, supongo, por alguna o algunas compañeras de trabajo. En su ofrecimiento al presunto violentador sexual, Rocha Moya le planteaba la posibilidad de cambiarlo de puesto, en un área donde estuvieran puros machos. Obvio, el caso levantó ámpula a nivel nacional, sin consecuencias para el Ejecutivo estatal.

Este primer domingo del mes en el que se encuentran la alegría y la nostalgia, Rocha Moya, volvió a las andadas, y en esta ocasión, con una mayor reprobación colectiva. El doctorado en educación, aseguró lo siguiente: “...adicciones, que eso está más feo, mucho más, que tener a un hijo, es más feo que tener un hijo con discapacidad o tener a un hijo homosexual” ¡Plof! Por lo dicho, para el Gobernador, resulta denigrante tener a un hijo con discapacidad u homosexual, pero para él, tener un hijo adicto es verdaderamente deshonroso.

Sin duda, al Gobernador no solo se le quemó la sopa con tan censurable afirmación, sino que también, se le chamuscó la sensibilidad social que a cada rato presume. Esperemos que haya sido un resbalón y no un flashazo desprendido de su naturaleza primigenia.

Y si de resbalones se trata, pues de nueva cuenta los resultados del sistema escolar han dejado mucho que desear, de acuerdo a las evaluaciones realizadas bajo el Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos (PISA) de la Organización para el Desarrollo Económico (OCDE), dentro de la cual, está inscrito nuestro país.

Sobre el bajo rendimiento escolar de nuestros niños y jóvenes, hay muchas explicaciones que han trascendido a través de los años, y para las cuales, no ha habido respuestas oficiales contundentes y permanentes. De hecho, al igual que sus antecesores, el pretendido movimiento reformador de la 4T, tampoco dejará, por lo menos, colocada la primera piedra de un eventual renacer de nuestro sistema educativo.

Se dice que las fallas de nuestro sistema escolar se deben, entre otras causas, a la estrechez económica de las familias y a la falta de espacios escolares adecuados, para el logro de buenas cuentas del proceso de enseñanza aprendizaje. Con estómagos vacíos y estancias escolares deprimentes, resulta ilusorio esperar aprovechamientos más allá de lo satisfactorio.

De entre todos los argumentos del estancamiento, inclusive con retrocesos, del sistema educativo público, hay uno que normalmente queda fuera del tintero de los que le saben a este tema y es el hecho indiscutible de que el gremio educativo fue convertido en un bastión político al servicio de los gobiernos en turno, y esto, ha acarreado consecuencias graves, como la poca preocupación de la mayoría de los docentes por la actualización de conocimientos, así como concesiones a los sindicatos, que sin antes agotar las posibilidades de lograr respuestas a sus demandas, se van a paro repetitivo de labores, a veces, hasta por más de una semana.

Lo peor, es que este factor negativo, resulta poco menos que imposible corregirlo; es como pedir que el presidente de la república, acepte que las evaluaciones externas del ejercicio de gobierno, son benéficas para corregir el rumbo ¡Buenos días!