Lo mismo y lo memo

Guillermo Fárber
09 mayo 2023

gfarber1948@gmail.com / @Farberismos

Wikipedia: “Los tautopónimos son aquellos topónimos (nombres propios de lugares) que en el propio nombre repiten el accidente geográfico que designan o, en un caso más general, aquellos que muestran cualquier repetición. En puridad, esa repetición debería darse en el mismo idioma aunque dados los escasos ejemplos -como arroyo Riachuelo- y, por extensión, se acepta que se refiera también al significado de términos tomados de otras lenguas, siendo este el caso más general (como desierto del Sahara, ya que «Sahara» viene de la transliteración a idiomas europeos del árabe, que significa ‘desierto’).

La aparición de tautopónimos, como la de topónimos, tiene mucho que ver con el asentamiento en nuevos lugares y se dan más frecuentemente en la primera ocupación de territorios y en los cambios de pueblos y naciones establecidos en ellos ligados a los procesos de invasión, conquista y/o colonización.

Los topónimos más antiguos se refieren a las principales peculiaridades o accidentes topográficos -montañas (orónimos) y ríos (hidrónimos)-, y una de las formas primeras de identificarlos era describir o enumerar esas características físicas especialmente relevantes, siendo frecuente utilizar un nombre genérico: montaña, valle, agua, etc. Con el tiempo, las lenguas primigenias usadas en esas regiones cambiaron, evolucionaron o fueron sustituidas por otras (conquistas, invasiones...), manteniéndose, sin embargo, los nombres de esas peculiaridades, y así se convirtieron en nombres cuyo significado ya era desconocido para la mayoría de la población, lo que se conoce como deslexicalización. Hay muchos ejemplos de este primer origen de tautopónimos por toda Europa, siendo muy conocido el uso de avon en los nombres de ríos en algunas partes de Inglaterra -avon deriva del galés afon que significa, precisamente, ‘río’- o el de la raíz «guada-» en los ríos de la península ibérica, que procede del árabe «wādi», ‘río’.

Otro caso generalizado de aparición de tautopónimos se dio cuando los occidentales exploraron y cartografiaron tierras ya ocupadas por otros pueblos y naciones, incorporando topónimos nativos a partir de su fonética, a veces deformándolos o desconociendo en muchos casos el significado original de unas lenguas para ellos totalmente ininteligibles. Coincide con las distintas épocas imperiales y coloniales y hay numerosos ejemplos en casi todas las lenguas europeas por toda América, África y Oceanía, además de en muchas partes del interior de Asia. Tautopónimos de este tipo también muy famosos, en casi todas las lenguas, son el caso del lago Chad -ya que chad, en kanuri, significa ‘lago’- o del río Molopo, ya que molopo en tswana o setswana también es ‘río’. Es el caso asimismo de los ríos sudamericanos acabados en «-guay», que procede del guaraní guay, que significa ‘agua [río] de’.

Un motivo mucho más reciente de aparición de pseudotautopónimos se produjo en los últimos años con la rápida generalización de los sistemas de información geográfica y la necesidad de una pronta adaptación de toponimia de alfabetos no occidentales. Cartográficamente, el idioma español apenas ha tenido posibilidad de generar un corpus propio en el que se hayan cuidado las transcripciones, y en general se ha hecho uso de adaptaciones de toponimias completas generadas en francés, alemán y, últimamente, en inglés, con los problemas de las distintas formas de romanización. De modo similar, se han utilizado casi sin adaptación, por su relativa familiaridad, cartografías italianas y portuguesas sin ninguna adaptación más que las obvias.

Por ello abundan en las cartografías digitales disponibles en línea las traducciones o transcripciones inapropiadas de otras lenguas, en las que muchas veces se incluye el descriptor geográfico como parte del nombre, sobre todo en aquellos idiomas en que se añaden los descriptores al final del nombre sin ninguna separación. La propia Wikipedia está siendo una causa de aparición de estos pseudotautopónimos, ya que al recurrir a la traducción sistemática de artículos geográficos en otras lenguas, se descuidan o desconocen los aspectos etimológicos y se priman las recomendaciones de la ONU de no crear más exónimos para los nuevos topónimos y limitar su empleo a los exónimos tradicionales de importancia relevante (véase la Conferencia de las Naciones Unidas sobre la Normalización de Nombres Geográficos).