Limpias y ajustes del voto en Sinaloa
¿Están oyendo partidos y cacicazgos?

Alejandro Sicairos
10 junio 2024

Fue el voto de la memoria aún herida y el del tributo popular a Andrés Manuel López Obrador el que operó como justiciero en Sinaloa con sentencias notables que no son otra cosa más que electores que están al tanto, vigilantes, de lo que ocurre y procedieron a deliberar poniendo a partidos y candidatos en el lugar que les corresponde. Al margen de las narrativas que asumen los derrotados para camuflar el golpe demoledor recibido, y los vencedores a sabiendas de que el sufragio solamente los beneficia de soslayo, predomina la obra de reconstrucción que hizo la ciudadanía.

La sumatoria de los votos arroja a la vez las restas en la participación política por cuestiones de intereses mercenarios, oportunistas y corruptos. Frente al acto por convicción mediante el cual los ciudadanos designaron a sus representantes en el gobierno, los pretensos rechazados se ciegan al no ver sus talantes infectos que los electores sí vieron, e intentan derrumbar o al menos deslegitimar a los sí electos para causar el daño que la frustración les determine.

Los desenlaces de la elección del 2 de junio son proporcionalmente equivalentes al inicio y desarrollo de las campañas locales. En lo que compete a partidos, el Revolucionario Institucional en vez de buscar aliados respetables acudió a cómplices tan indignos como electoralmente insignificantes; el Sinaloense vendió caro el acompañamiento con sus siglas y lastres; Acción Nacional cosechó desechos y descuidó la vianda presidencial, y el de la Revolución Democrática parasitó en la alianza opositora con fines de supervivencia sin ofrecer nada a cambio.

En cuanto a Movimiento Regeneración Nacional significa autoengaño el hecho de que los ganadores crean que el elector votó por ellos a pesar de quedar demasiado claro que el sufragio del adiós al Presidente Andrés Manuel López Obrador los bañó a todos sin que precisamente les haya limpiado las máculas. Y de refilón duchó a la mafia verde que sobrevive de manera sorprendente y al Partido del Trabajo lo rescató en el maremágnum general pero lo arrasó en el ámbito sinaloense.

La verdad es que la gente hizo en la soledad de la casilla el ejercicio de ajuste de cuentas que observado desde la cima del deber ser sí deja sentimientos encontrados porque inquieta el avasallante dominio de Morena y su aliado PVEM en el Congreso del Estado, y al mismo tiempo alienta la acción de la voluntad popular sensata y serena que como el látigo del domador de fieras sienta a PRI y PAN en los nada honrosos sitiales de tercera y cuarta bancada legislativa, y al PAS lo revuelve con la chiquillada parlamentaria que, ni junta toda, están en posibilidad de empujar iniciativas por sí mismos.

El elector no olvida y así volvió a manifestarlo cuando le imprimió a la intención del voto todos los agravios, burlas y cinismos que pudo cobrarse en la coyuntura democrática que borró de un crayonazo los spots, jingles y discursos que le ofrecían borrón y cuenta nueva. Pero en tal desagravio también erigió esperanzas, por ejemplo al llevar con exacta puntualidad a las presidencias municipales a una eminencia médica, Víctor Manuel Díaz Simental en Escuinapa, y al líder que pudo concretar el sueño municipalista, Faustino Torres en Eldorado.

El sufragio hizo lo correcto y por dignidad propia y salud de la democracia deben aceptarlo ex candidatas y ex candidatos que se asumen como demócratas y al mismo tiempo despotrican contra resultados que no les favorecieron. No entienden las parábolas adjuntas que castigaron el desempeño arrogante y déspota de Margot Urrea en Navolato, desalojándola Palacio Municipal, y la ya casi frustrada reelección de Gerardo Vargas Landeros en Ahome, todavía en la cancha de los tribunales electorales.

¿Están oyendo lo que les dice el voto? A Héctor Melesio Cuén Ojeda que con suma urgencia la voluntad popular lo emplaza desprender al PAS de la ubre presupuestal y política que le significa la Universidad Autónoma de Sinaloa; a Paola Gárate que entienda que ya acabó la campaña y se plante en el suelo de la realidad priista; a Roxana Rubio que reinstale la decencia en al PAN y deje de ofrecerlo al mejor postor; a Jesús Estrada Ferreiro y Luis Guillermo Benítez Torres que se alejen de la política después de arruinarles el decoro a Morena y al PT; el ultimátum a los dirigentes de los partidos como principales favorecidos de sus propias derrotas al apropiarse de diputaciones plurinominales, para que les permitan a la sangre nueva acceder y limpiar cloacas de todos los colores igual de nauseabundas y asfixiantes.

Y si por más que las urnas electorales gritaron consejas a derrotados y ganadores predominara la sordera en unos y otros, pronto vendrán más comicios con el mismo soplo enmendador que trajo el reciente 2 de junio. Hará la extinción definitiva de partidos y candidatos que anclen en lo ominoso, erradicándolos con nuevos tsunamis que ya no serán obra de López Obrador sino del pueblo que aprendió a detectar y erradicar a los protervos mediante el ojo por ojo diente por diente que permite el ejercicio del voto libre.

Es cosa de honor o paciencia

Eso de aceptar la derrota,

O de preguntar a la conciencia,

Por qué Sinaloa así vota.

Mandamás plenipotenciario en la Universidad Autónoma de Sinaloa, Jesús Madueña Molina se desenvuelve en su infinita multiplicidad: es Rector en funciones y simultáneamente Rector destituido; cobra como Rector titular sin que legalmente pueda desempeñar el cargo; es el victimario y afirma ser víctima a la vez; se enferma en cada ocasión que un Juez lo cita a comparecer y goza de cabal salud al operar la corrupción en la Universidad; dice que es perseguido político y contribuye sin sutilezas a que el campus sea enclave del PAS. ¿En qué otra parte del País o del Mundo dispondría de tales prebendas judiciales?

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