Ley e Instituto de Protección, a dos años
Un paso más: hablar de nosotros mismos
Para recordar que el 24 de mayo de 2022 el Congreso del Estado aprobó la Ley para la Protección de Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas, ayer el ente implementador de dicha norma realizó el conversatorio “Desafíos del periodismo en la era digital” con el propósito de establecer vasos comunicantes entre la práctica del oficio antes, más empírico que teórico, y la generación actual que con mayor preparación y fortaleza propone, y sobre todo requiere, cambios profundos en cuestiones de derechos, garantías y herramientas para subir a otro nivel el ejercicio de la libertad de expresión.
A los periodistas nos urge abrir la conversación en temas que son determinantes para el desarrollo de nuestra profesión. Dejar de atarnos a prejuicios y tabúes que inmovilizan perspectivas, proyectos y creatividades. Una vez levadas las anclas podríamos descubrir los traumas y lastres a echar en el basurero de lo trivial, e ir ágiles a tomar el lugar protagónico que corresponde con la irrupción de nuevas tecnologías de la información y la comunicación.
Por ejemplo, hace dos años fue aprobada la Ley que le da razón de ser al Instituto de Protección a Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas y con pesimismo adelantado cantamos la inutilidad del órgano garante. No ha sido fácil dar los pasos necesarios y menos comprender la importancia de caminarlos. Como nos lo recordó la Diputada Celia Jáuregui, Presidenta de la Comisión de Cultura y Artes del Congreso del Estado, para llegar aquí tuvieron que morir o desaparecer 28 periodistas y siete defensores de derechos humanos a lo largo de nuestra historia para voltear a ver cómo estos dos grupos ejercen en condiciones de vulnerabilidad los derechos a la libertad de expresión y acceso a la información en Sinaloa.
El balance sobre el IPPPDDHyP podría ser controversial según quien lo realice o desde cuál perspectiva se haga, pero en realidad la directora Jhenny Judith Bernal Arellano y los consejeros Rosina Ávila Palma, Griselda Inés Triana López, María Isabel Cruz Bernal, Luis Alberto Morones Rivas, Juan Mario Martini Rivera y Aldo Ruiz González, así como el equipo de trabajo, han sentado bases sólidas en poco tiempo para empezar la obra fundamental de la protección. El Mapa de Riesgos, el marco normativo interno, las 214 medidas preventivas y de atención determinadas en 2023 para los sectores amparados, las actividades de concientización y capacitación y la próxima designación del Órgano Interno de Control son frutos maduros de una cosecha que apenas comienza.
Pero mientras se afianza el Instituto de Protección en la esperanza y la confianza de periodistas y defensores de derechos humanos, a ambos grupos en tareas de alto riesgo nos apremian las circunstancias a reflexionar de otras condiciones a lograr para poder servir de mejor manera a los ciudadanos. Repasar el ayer buscando soluciones para el presente tal como lo hicimos ayer junto a los periodistas Marcos Vizcarra, reportero de Revista Espejo y corresponsal del diario Reforma; Andrea Miranda, directora de contenido de la empresa periodística El Debate; y Juan Mario Rivera Martini, director del medio informativo Paralelo 23, con la moderación de Jhenny Judith Bernal Arellano.
En el conversatorio coincidimos en que los principios básicos del periodismo, que son el profesionalismo, la ética y la vocación siguen intactos a pesar de la transición a la era digital y los instrumentos que ésta provee para que las nuevas generaciones engrandezcan la misión y visión de la labor de la prensa. Hay audiencias, muchas; falta saber qué, cómo y cuándo informarles poniendo en el centro del tesón reporteril y mediático los intereses más genuinos de la sociedad.
Cambiaron las reglas del juego comunicativo y sin embargo permanecen los propósitos fundacionales de la libertad de expresión y el derecho a la información. La Internet nos permite dar más rápido las noticias, pero el periodismo nos insta a darlas de mejor manera. La extinción de los públicos que consumían sábanas repletas de palabras en medios impresos convoca ahora a ser más compactos sin detrimento de los elementos con los cuales los receptores de los mensajes toman decisiones trascendentes.
El periodismo requiere conversar sobre las condiciones adecuadas para ejercerlo sin que el hecho de hablarlo le agregue nuevas consecuencias a las tantas que ya existen. Construir escenarios de seguridad social, salarios dignos, certidumbre familiar y mecanismos que arropen cuando parece que el cielo cae encima de nosotros. Ser menos hostiles entre el mismo gremio aún cuando en situaciones graves nos tomamos de la mano, somos como uno solo, en la autodefensa.
El conversatorio de ayer parece un buen punto de partida. Así como hace dos años no contábamos con la Ley y el Instituto de Protección y hoy, con todo y el resquemor de un gremio incapaz de intentar sus catarsis, sabemos que ya no estamos tan a la deriva frente a la intolerancia, el autoritarismo y las tentaciones por eliminar la crítica.
Para ser el bastón de la sociedad,
Cuando a ciegas tenga que andar,
Primero tenemos que caminar,
En el periodismo con seguridad.
Arturo Santamaría es un científico social que asiduamente explora en aquellos rincones de la fascinación humana prácticamente intocados, y hoy presenta su nuevo libro “Sinaloa milagro de luz”, que será comentado por Adrián López Ortiz y Jorge Ibarra Martínez. La cita es a las 19:00 horas en el Salón Yameto de Ángel Flores 282, Centro, en Culiacán.
-
sicairos6204@gmail.com