Lesiones por degeneración
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Amigo lector de Noroeste, cuántas veces ha escuchado ese dolor es por desgaste, este término coloquial, en su mayoría se refiere a lesiones secundarias a degeneración del sistema músculo esquelético, y esto puede ser de manera fisiológica, exagerar movimientos o cargas, traumatismos o enfermedades crónico degenerativas, pero sea cual sea la causa, el individuo tiene la obligación de buscar tratamiento adecuado para que con esto se tenga una mejor calidad de vida.
Una de las teorías propuesta dentro de la génesis de las lesiones por degeneración (desgaste) implica la presencia de una respuesta inflamatoria alterada. Se ha postulado que los pacientes obesos y con sensibilidad disminuida a la insulina poseen niveles mayores de factor de necrosis tumoral alfa, interleucina 6 y proteína quimioatrayente de monocitos, lo cual explicaría la mayor incidencia de tendinopatías en esta población.
Por otra parte, una de las características ante una lesión aguda tendinosa es la migración de macrófagos y monocitos; sin embargo, en este grupo de pacientes se observa una disminución de la cantidad de macrófagos y, en consecuencia, una respuesta de curación deficiente.
La característica esencial de las tendinopatías es un fallo en los mecanismos de curación, la degeneración de las células tendinosas y la alteración de las fibras de colágeno.
De manera paradójica, la falta de exposición a niveles fisiológicos de estrés por tiempo prolongado puede condicionar la aparición de lesiones por degeneración (desgaste). Esta subutilización tendinosa favorece un desequilibrio entre las metaloproteinasas de la matriz extracelular y sus inhibidores, con la consecuente degradación del tendón.
En el caso de las fracturas por estrés, la constante exposición a la sobrecarga genera la activación de osteoclastos de manera fisiológica y, por ende, el debilitamiento del hueso; el resultado es la producción de nuevo tejido óseo de refuerzo. Sin embargo, si este fenómeno de sobrecarga persiste, se producirán reacciones que eventualmente pueden progresar a fracturas por estrés. La osteocondritis juvenil disecante se caracteriza por la presencia de necrosis subcondral localizada, con o sin involucro del cartílago articular suprayacente.
De manera práctica los factores de riesgo se pueden dividir en dos grandes grupos: factores intrínsecos y extrínsecos. Los factores intrínsecos corresponden a las características biológicas individuales de cada individuo. Uno de los factores de riesgo de mayor importancia es la presencia de una lesión previa. Otros factores dentro de este grupo son un pobre nivel de acondicionamiento físico, el desarrollo asociado a la adolescencia que predispone a la susceptibilidad del cartílago de crecimiento y, por último, la presencia de amenorrea.
Los factores extrínsecos son aquellos factores relacionados con el ambiente circundante a la actividad física, tales como el tipo de deporte y las exigencias físicas particulares de cada uno. Los más importantes son: elevada frecuencia e intensidad de la carga de entrenamiento, programas de entrenamiento o competición inadecuados, técnica deficiente y uso de equipo y calzado inapropiado.
Bien, si usted va a iniciar con actividad física trate de apegarse a las normas y reglas de la actividad física a realizar, así como también, respetar su condición física y se salud.
También desde esta columna le invitamos a no bajar la guardia, siga las recomendaciones del Sector Salud, recuerde que usted puede llevar la muerte a su casa, haga caso, no le cuesta nada.