Lecciones de La Laguna: las
‘jugadas’ como puntos de violencia

Adrián López Ortiz
04 diciembre 2024

Les llaman “jugadas”, “casinitos” o “maquinitas”. Abundan en todo Sinaloa, especialmente en los centros urbanos grandes como Culiacán y Mazatlán. Son lugares donde se agrupan máquinas tragamonedas. Es un secreto a voces que las controla el crimen organizado. También se sabe que muchos de ellos son “puntos” de venta de drogas o alcohol ilegal.

No son nada nuevo, llevan años a la vista de todos y terminan siendo espacios de reunión de hombres jóvenes hasta altas horas de la noche.

Desde que la disputa entre los Guzmán y los Zambada comenzó y que las autoridades no han podido contener, esos puntos se han vuelto escenas del crimen: antier mataron a dos personas en una de ellas, ubicada en la colonia El Periodista de Mazatlán; hace cinco días, ocurrió algo similar cuando mataron a otros dos hombres en una jugada de la colonia Villa Bonita de Culiacán.

Del 2008 al 2011, cuando la zona conurbada de La Laguna (Torreón-Gómez Palacio) se vio asediada por la violencia tras la irrupción de Los Zetas, las “maquinitas” operaban con total impunidad en esa zona. Allá, se dieron cuenta de lo obvio: que el dinero de las maquinas financiaba la violencia que los criminales ejercían en el territorio y generaron una estrategia para erradicarlas.

Como explica Rubén Moreira, entonces Gobernador de Coahuila, en el documental Reconquistando La Laguna: “si uno le quiere pegar al crimen, primero es que no haya de donde reclutar gente; pero también tiene uno que quitarle el dinero; y sale de una cosa que se llaman maquinitas, los tragamonedas, y que se ponían por cientos...”.

En Coahuila hicieron dos cosas muy simples: decomisarlas y destruirlas públicamente o esperar que sus propietarios fueran por ellas; nadie las reclamó nunca.

Ayer, el Gobernador Rocha Moya se refirió a este tema en Sinaloa. Dijo que La Marina ya estaba en eso en Mazatlán, pero no dejó claro si será un operativo masivo para disminuir económicamente a las facciones en disputa o una simple acción de contención, lo que lo haría prácticamente inútil en términos estratégicos. Con 13 mil militares en Sinaloa, hay condiciones y capacidades para replicar lo hecho en Coahuila relativamente rápido.

En La Laguna, ciudadanos, empresarios y Gobierno lograron construir uno de los modelos más exitosos de pacificación sostenida en el País. Los laguneros dejaron de verse las costuras políticas y, además del tema de las “maquinitas”, hicieron muchas otras cosas de las que pueden extraerse valiosas lecciones para Sinaloa. Vale conocerlo, estudiarlo y aprender de esa experiencia si queremos salir de esta crisis, solo necesitamos abrir los ojos... y los oídos.

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@AdrianLopezMX