Las superbacterias y la resistencia a los antibióticos
Los medicamentos como antibióticos, antivirales, antifúngicos y antiprotozoarios son muy utilizados para tratar enfermedades en animales terrestres, animales acuáticos, plantas y la humanidad. La Organización Mundial de la Salud alerta que cada año fallecen al menos 700,000 personas a causa de enfermedades que desarrollaron resistencia a los medicamentos.
Un reporte de la ONU publicado en 2019 menciona que se han presentado niveles muy alarmantes de resistencia en poblaciones alrededor del mundo. En países que son parte de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), alrededor del 35 por ciento de las infecciones humanas comunes ya son resistentes a los medicamentos, mientras que en algunos países de ingresos bajos y medianos, las tasas de resistencia son de entre el 80 y el 90 por ciento para algunas combinaciones de antibióticos y bacterias.
¿Cómo sucede la resistencia? En palabras muy sencillas, las cepas evolucionan para asegurar su supervivencia y se adaptan para resistir al estar expuestas a los medicamentos que están diseñados para combatirlas.
Cada vez hay más estudios que demuestran el vínculo entre el uso excesivo de antibióticos en animales criados para consumo y las infecciones resistentes a medicamentos que enferman a la humanidad. Debido a que la industria ganadera básicamente obliga a los animales a nacer a conveniencia, en gran parte se utilizan antibióticos en animales sanos para prevenir el brote de enfermedades y para que crezcan en un menor tiempo, no sólo se aplican a animales enfermos, esto ha provocado que las cepas muten y se conviertan en las llamadas “superbacterias” y ahora sean resistentes a los antibióticos. Países como Dinamarca y Suecia tomaron medidas para frenar el uso de antibióticos no médicos en la agricultura animal en el año 1980, mientras que en 2006 la Unión Europea prohibió el uso de antibióticos para estimular el crecimiento de los animales.
Un estudio de la Escuela Politécnica Federal De Zúrich publicado en la revista Science menciona que a nivel mundial el 73 por ciento de todos los antibióticos se usan en animales criados para la alimentación. En el caso particular de Estados Unidos, el Consejo de Defensa de los Recursos Naturales estima que dos tercios de todos los antibióticos de importancia médica vendidos en el país son destinados a los animales. En México se utiliza clembuterol para aumentar el peso de los animales a pesar de que está prohibido en nuestro país desde el 2002.
Debido a la alarmante propagación de bacterias multirresistentes y panresistentes, el titular de la OMS pidió a todos los países firmar el Llamado a la Acción contra la Resistencia Antimicrobiana 2021. Se cree que en el año 2050 habrá más muertes relacionadas con las superbacterias resistentes que por cáncer. ¿Realmente vale la pena seguir comiendo animales?