¿Las mujeres en la política son menos corruptas que los hombres?

Omar Lizárraga Morales
29 noviembre 2020

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Omar_lizarraga@uas.edu.mx

Sin duda la corrupción política es uno de los grandes problemas de nuestro país. No es casual que las figuras con menor confianza por parte de los ciudadanos sean los políticos. Creo que todos (o al menos la mayoría de los mexicanos) queremos acabar con ese problema que padece nuestra sociedad.

Una de las pocas herramientas que tenemos los ciudadanos para combatir la corrupción política es ejerciendo nuestro voto por las, o los candidatos que consideramos menos corruptos. Pero, una cuestión que habrá que analizar es la que titula esta columna: ¿Las mujeres en la política son menos corruptas que los hombres?
Sería muy pragmático y erróneo responder a esta pregunta con un simple enfoque de género, pues la corrupción no está en los genes, sino es un problema estructural y cultural, que se da en mayores niveles en países y democracias con débiles instituciones.
Existe una abundante literatura que relaciona la variable de género y corrupción. Diversos estudios lo abordan desde distintos enfoques, pero aquí tratare de sintetizar las principales ideas.
Un estudio hecho por Anand Swany y sus colegas de la Universidad de Maryland, demuestra que, ante las mismas situaciones hipotéticas, en Estados Unidos las mujeres son más reacias a aceptar sobornos que los hombres. Además, afirman que las empresas cuyas propietarias o gerentes son mujeres, experimentan una menor percepción de sobornos.
Otro estudio realizado por David Dollar, publicado a inicios del Siglo XXI, argumentaba que los hombres son más individualistas que las mujeres en la vida pública, que éstas últimas tienden más a la solidaridad y al altruismo. Sin embargo, el estudio fue criticado posteriormente por otros académicos, al contrastar evidencia empírica en países en vías de desarrollo con altos índices de corrupción femenina.
En estudios comparativos como el de la académica Vivi Altas, sobre las actitudes hacia la corrupción en Australia, India, Indonesia y Singapur, basado en datos experimentales, encontró que salvo en el caso de Australia, los demás países no demostraban diferencias relevantes en cuanto a género y corrupción.
En el país africano de Ghana, otra investigación concluyó en que, cuando expuestas a una oportunidad de corrupción, las mujeres en la vida pública no resultan menos corruptas que los hombres. Claro, se trata de un país africano en vías de consolidar su democracia y sus instituciones políticas. Sin embargo, aquí los autores argumentaron que las mujeres sufren de una mayor aversión al ser descubiertas en actos de corrupción que los hombres, pues existe una mayor presión social sobre ellas.
En conclusión, la corrupción femenina depende del contexto social y político. La evidencia muestra que los factores que influyen en la relación género-corrupción son: 1. La solidez de las instituciones: en países donde hay equilibrio de poderes, instituciones transparentes y con alta participación ciudadana, las mujeres sí parecen ser menos corruptas que los hombres; y 2. La estructura de poder entre hombre y mujer en el ámbito político: aún con el reciente acceso de las mujeres al poder político en muchos de los países occidentales, hay aún pocas mujeres con altas responsabilidades en los gobiernos, así que existe una mayor expectativa y una mayor presión social sobre ellas.
La corrupción no es una cuestión de género, pero México debe dirigirse hacia una mayor igualdad en la arena política, y a la vez, trabajar en la mejora de nuestras instituciones y en una mayor exigencia por parte de los ciudadanos, tanto para los hombres, como para las mujeres que nos gobiernan. Sólo así disminuirá la corrupción política.
Es cuanto….