La verdadera victoria de las mujeres: una nueva era para los Juegos Olímpicos
A lo largo de la historia de los Juegos Olímpicos, las mujeres han atravesado un camino lleno de desafíos, resistencia y triunfos extraordinarios. Desde que las primeras mujeres fueron admitidas en los Juegos Olímpicos en 1900, su participación ha sido un reflejo del cambio social y cultural. En sus inicios, las mujeres enfrentaron barreras significativas, tanto sociales como institucionales, que les impedían competir en igualdad de condiciones. Sin embargo, su determinación y valentía han transformado este escenario. Con cada edición de los Juegos, las atletas han ido rompiendo moldes, prejuicios y normas sociales, estableciendo nuevos estándares de igualdad y equidad.
Al principio, su participación se limitaba a unas pocas disciplinas, con roles y oportunidades significativamente restringidos, luchando no sólo contra los rivales en el campo de juego, sino también contra estereotipos de género y estructuras patriarcales arraigadas que cuestionan su capacidad para competir al más alto nivel.
A lo largo de los años, y con el paso de cada edición olímpica, el panorama para las atletas ha cambiado drásticamente. La inclusión de nuevas disciplinas, la ampliación del número de eventos femeninos y la creciente visibilidad en los medios han marcado hitos importantes. Las mujeres han demostrado una y otra vez que tienen el coraje, la habilidad y la determinación necesarias para desafiar las expectativas y romper barreras.
Por ello, las reglas del juego están cambiando y por primera vez en la historia de los Juegos Olímpicos nuevas iniciativas están transformando la historia de muchas mujeres.
Los Juegos Olímpicos de París presentan la mayor igualdad de género de la historia, compiten 10 mil 500 deportistas, con 5 mil 250 hombres y 5 mil 250 mujeres, es decir, 50 por ciento de los atletas son mujeres. Lo de la paridad no es lo único, ya que los Juegos Olímpicos 2024 significan un aumento en las oportunidades de ganar medalla para las mujeres. Se disputan 152 eventos femeninos, 157 masculinos y 20 mixtos, por lo que más de la mitad de las competiciones tiene deportistas mujeres (Diario AS, 2024). Este hito da fe del incansable esfuerzo y los notables logros alcanzados por mujeres deportistas que están batiendo récords, haciendo añicos los estereotipos e inspirando a las futuras generaciones.
Otra de las iniciativas que empatizan con las mujeres es la implementación de salas de lactancia y guardería en la Villa Olímpica de París, un hito significativo en la inclusión y el apoyo a las deportistas que son madres. La idea de las salas de lactancia y guarderías surgió gracias a la velocista Allyson Félix, quien en su experiencia como mamá al integrarse en la Comisión de Atletas del Comité Olímpico Internacional (COI) buscó apoyo para ella y sus colegas que también ejercen la maternidad.
Así, con el objetivo de abordar las dificultades que enfrentan las atletas al equilibrar sus responsabilidades familiares con sus compromisos deportivos, las salas de lactancia y la guardería se han convertido en algunos de los lugares más importantes de la Villa Olímpica (Marie Claire, 2024).
Esta iniciativa muestra apoyo a las atletas que ejercen la maternidad y proporciona un beneficio significativo a las mujeres al permitirles participar plenamente en el evento sin tener que enfrentar la difícil elección la maternidad y estar en la cima de su carrera. Estas instalaciones aseguran que las atletas y el personal femenino puedan atender las necesidades de sus hijos mientras cumplen con sus compromisos deportivos y laborales, lo que fomenta una mayor inclusión y equidad de género en el ámbito deportivo.
Por otro lado, todavía existen cuestiones que aún tardan en ganar terreno: la menstruación. Aunque los síntomas menstruales varían de una mujer a otra, este problema femenino ha empezado a manifestarse visiblemente en todos los ámbitos.
Muchas atletas se han pronunciado acerca de este tema. Unos meses antes de su impresionante éxito en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, donde ganó medallas en la categoría de menos de 63 kilogramos y en el equipo mixto, la judoca Clarisse Agbégnénou se convirtió en embajadora de una marca francesa de productos menstruales. Su objetivo fue desafiar los tabúes asociados con la menstruación y resaltar la importancia de abordar las necesidades específicas del deporte femenino, como la menstruación y la protección sanitaria. “Como practicante de judo con kimono blanco, es complicado”, explicó a France Info.
Las reglas también han ganado terreno en los deportes de equipo. Gracias a la delantera inglesa Beth Mead, que dijo que el blanco “no era práctico cuando llega la época (de la menstruación)”, varias selecciones de fútbol jugaron con pantalones cortos azules en el Mundial femenino de 2023.
Unos meses más tarde, en Wimbledon, se permitió a las tenistas vestir ropa interior de color por primera vez en la historia del torneo, 146 años después de su creación. (Paris 2024 Olympics).
El tema de la menstruación aún es un tabú, pero existen programas que poco a poco visibilizan que esto podría afectar el rendimiento de las atletas y que al final es un ciclo naturalmente biológico por el que las mujeres atraviesan y debe importar.
Desde 2021, el programa Empow’Her del Instituto Nacional Francés del Deporte, Expertos y Rendimiento (INSEP) estudia el impacto de la fisiología femenina en el rendimiento de las atletas de alto nivel (Paris 2024 Olympics). El programa busca proporcionar información científica en un área con importantes vacíos de conocimiento, al mismo tiempo que ofrece apoyo a las mujeres atletas. Cuanto más se aborde el tema, menos tabú será.
Otro de los temas más polémicos dentro de los Juegos Olímpicos es la participación de personas trans; esto ha sido objeto de controversia y debate debido a varias razones que giran en torno a la equidad, la inclusión y la ciencia deportiva.
En los Juegos Olímpicos de París 2024 no participan mujeres trans. Pero por primera vez participa en box un hombre trans y al menos dos personas no binaries visibles competirán en atletismo y fútbol. La participación de atletas de élite abiertamente trans y no binaries es mínima. Sin embargo, la desinformación y narrativa sostenida por grupos antiderechos de una supuesta “ventaja injusta” ha provocado que las federaciones deportivas hoy tengan regulaciones más estrictas (PRESENTES, 2024). En resumen, la participación de atletas trans en los Juegos Olímpicos presenta un delicado equilibrio entre la justicia competitiva y la inclusión de derechos. Este debate está en constante desarrollo, impulsado por avances en la investigación, ajustes en las políticas y una mayor comprensión de las dimensiones biológicas y sociales del deporte.
En conclusión, aún existe un largo camino por recorrer y obstáculos que vencer, temas como el acoso a las mujeres, cerrar la brecha salarial de género y despejar cualquier obstáculo que impida a las niñas jugar y aprender, sin embargo, vamos en buen camino y la lucha se refleja en estos grandes cambios.
Los Juegos Olímpicos no sólo celebran la excelencia deportiva sin distinción de género, sino que también reflejan un compromiso más amplio con la igualdad y el empoderamiento. Cada competición se convierte en un escenario donde las mujeres pueden brillar con luz propia, inspirar a futuras generaciones y demostrar que el deporte es un terreno donde el talento y la pasión trascienden todas las limitaciones. La historia de las mujeres en los Juegos Olímpicos es un testimonio poderoso de cómo el coraje y la perseverancia pueden transformar el mundo del deporte y la sociedad en general.
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La autora es María Fernanda Casiano Rivas, Trainee Cualitativo en LEXIA Insights & Solutions, mercadóloga, aliada de la comunidad LGBTQ+, feminista, deportista y apasionada de vivir nuevas experiencias.
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