La vacuna de la esperanza
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rfonseca@noroeste.com
@rodolfodiazf
Existe mucha expectación acerca de cuándo estará lista la vacuna contra el Covid-19, así como cuál será la más efectiva y económica, además de qué país ganará el maratón para producirla.
Sin embargo, nunca debemos olvidar que la vacuna más importante no se produce en los laboratorios ni con fórmulas químicas especializadas, pues la vacuna más efectiva se elabora dentro de nuestro espíritu y se llama esperanza.
En efecto, se requiere un ánimo positivo para encarar todos los problemas que se generan en nuestra vida. En muchas ocasiones nos sentimos asustados, angustiados y deprimidos porque no sabemos qué nos traerá el día de mañana. En otras, experimentamos que la vida es una carga; no nos levantamos con optimismo, alegría y vitalidad; arrastramos los pies cansados, con desaliento y sin motivación; nos dejamos embargar por el tedio, frustración y desesperación.
Cuando padecemos estos miedos e inseguridades es cuando debemos recurrir con más entusiasmo a suministrarnos la vacuna de la esperanza. Esta virtud cardinal no la debemos confundir con un bálsamo barato, optimismo hueco o efímera ilusión. No, la esperanza es el motor de fuera de borda que propulsa nuestra embarcación cuando se siente amenazada por las olas del dolor o infortunio.
La vacuna de la esperanza nos fortalece y anima para luchar contra todo aquello que amenace nuestro desarrollo y realización. No nos promete paraísos ilusorios o ficticios, pero sí nos inyecta vigor para resistir y perseverar sin claudicar ni abandonar la lucha.
“Por muy larga que sea la tormenta, el sol siempre vuelve a brillar entre las nubes… En el corazón de todos los inviernos vive una primavera palpitante, y detrás de cada noche, viene una aurora sonriente, escribió Khalil Gibrán.
¿Me inyecto suficiente dosis de la vacuna de la esperanza?