La utopía de la salud universal
Cuando reflexiono sobre la palabra utopía, no puedo evitar recordar la sabia expresión de Eduardo Galeano: “La utopía está en el horizonte. Camino dos pasos, ella se aleja dos pasos y el horizonte se corre 10 pasos más allá. ¿Entonces para qué sirve la utopía? Para eso, sirve para caminar”. La aspiración a la salud universal para todos es una utopía que, en el contexto del Día Mundial de la Salud Universal (12 de diciembre), merece nuestra atención. Es imperativo destacar que aún nos queda un largo camino por recorrer para lograr una cobertura de salud real, que abarque a toda la población y cumpla con las tres dimensiones esenciales: cobertura para todos, garantía de servicios y protección financiera.
La cobertura universal implica el acceso de cada individuo a servicios de salud y tratamientos a través de un sistema público, respaldado por un marco jurídico que permita a los ciudadanos impulsar recursos en caso de incumplimiento. La garantía de servicios de salud equitativos y de calidad implica asignar el presupuesto necesario, gestionar recursos (humanos, materiales y tecnológicos), establecer mecanismos institucionales y jurídicos sólidos, y contar con un plan sectorial que coordine de manera clara los subsistemas del Sistema Nacional de Salud. Además, el acceso a los servicios de salud debe proteger financieramente a todas las personas de manera equitativa, generando un impacto positivo en la economía al reducir significativamente los gastos personales destinados a preservar la salud.
En el caso de México, nuestro marco jurídico reconoce el derecho de todas las personas a la protección de la salud, respaldado por diversos subsistemas como el IMSS, IMSS-Bienestar, ISSSTE, entre otros, encargados de proporcionar servicios de salud según el estatus laboral de cada individuo. Sin embargo, persiste la inequidad en el catálogo de servicios y la asignación per cápita entre estos subsistemas.
Actualmente, estamos siendo testigos de cambios trascendentales en el modelo de b atención en salud con la creación del Organismo Público Descentralizado IMSS Bienestar. Este organismo enfrenta el desafío monumental de cubrir a 66.4 millones de personas sin seguridad social, representando una oportunidad para una coordinación más eficiente a nivel local y federal. Aunque la transición aún no está completamente clara y no se ha comunicado de manera efectiva las implicaciones a la población, es crucial estar atentos a su desarrollo. Es probable que nos lleve algunos años para que el IMSS Bienestar esté presente en todas las entidades federativas y opere de manera efectiva.
Como sociedad, debemos luchar incansablemente por la construcción de un sistema de salud donde la salud universal deje de ser una utopía y se convierta en una realidad palpable para el beneficio de todos. La salud es un derecho fundamental y, sin ella, no podemos ejercer plenamente el resto de nuestros derechos. En este trayecto, recordemos siempre las palabras de Galeano: la utopía nos sirve para caminar hacia un futuro donde la salud sea verdaderamente universal.
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La autora es Frida Romay Hidalgo (@FridaRomayHgo), coordinadora del Colectivo Cero Desabasto y Jefa de la causa de Salud y Bienestar.