La UAS en la encrucijada político-judicial
Desacato a la justicia y obediencia a Cuén
Hace una semana, desde que el Partido Sinaloense obtuvo una importante porción de las candidaturas locales que peleará la alianza Fuerza y Corazón por México, en la Universidad Autónoma de Sinaloa rebrotó cierta actitud de envalentonamiento en cuanto a subrayar el poderío del PAS en la casa de estudios y proseguir con las coartadas jurídicas para aplazar los procesos judiciales en curso, o los nuevos, contra el ex Rector Jesús Madueña Molina, el Rector en funciones Robespierre Lizárraga Otero, y otros 10 funcionarios de la institución acusados de presuntos delitos contra el patrimonio universitario.
Se trata de una especie de desacato a la justicia enmascarado con cambios de abogados, defensores enfermos, destitución simulada de Madueña, utilización con fines electorales de la circunstancia legal, y designación de pasistas en cargos claves de la Universidad, pasando por alto lo que los jueces dictaminan y lo que los ciudadanos piensan sobre diligencias penales que transitan, absurdamente, de la esfera legal a la arena electoral.
Está a la vista la estrategia de la desobediencia con evidencias como la permanencia de Madueña en la nómina institucional donde sigue cobrando como Rector, y sus intervenciones y presencias en eventos institucionales en los cuales actúa como principal autoridad de facto a pesar de que carece de autoridad moral y jurídica para representar a la UAS. Tal dualidad de enjuiciado y poder detrás del trono la está presenciando la comunidad universitaria, que silenciosamente toma nota, y la sociedad que cada vez cree menos en el señuelo de la violación a la autonomía universitaria.
Pruebas: en secuencia insólita, en la misma semana Robespierre Lizárraga instaló a Daniel Emilio Cuén Lazcano, sobrino de Héctor Melesio Cuén Ojeda, como director del Centro de Investigación y Docencia en Ciencias de la Salud que funciona en el Hospital Civil de Culiacán, mientras que a cargo de las finanzas de la UAS, las que se encuentran bajo la fiscalización y judicialización de las instancias conducentes, le dio posesión a Eleazar Angulo López, militante pasista.
Y el miércoles 24 de enero, al acudir a la audiencia de apertura de nuevo juicio por posible abuso de autoridad, Madueña y Lizárraga reincidieron en la estrategia de cambiar abogados horas antes de asistir al Juzgado, lo que les valió que el Juez de Control Carlos Alberto Herrera pospusiera la imputación de cargos. Según documentó el periódico Noroeste, es la veinteava ocasión que aplazan diligencias en el caso Madueña y coacusados.
Partiendo del hecho de que los principales directivos de la Universidad sí están sentados en el banquillo jurisprudencial, con varios kilos de papel que sustentan el desparpajo administrativo cometido con recursos públicos, lo que pudiera aconsejar el más mínimo sentido común es que las negociaciones políticas que realiza Héctor Melesio Cuén Ojeda, dueño del Partido Sinaloense, marchen desvinculadas del funcionamiento de la casa de estudios, evitando que se cruce lo partidista (PAS) con lo institucional (UAS).
Es predecible que al aparecer ayer Cuén Ojeda en la lista de la coalición opositora que define las candidaturas a diputados federales plurinominales, en el lugar 5 de la primera circunscripción, los universitarios salgan más engallados aún de lo que han estado en los días recientes. Es síntoma de que la UAS le urgen asideros, los que sean y a como sean, aunque apenas se trata de pretensiones a cargos de representación popular que el voto determinará.
Aunque equivale hablarle al peor sordo, que es el que no quiere oír, las voces inteligentes que existen al seno de la UAS deberían aconsejarle al Rector sustituto y al Rector de facto que muestren mayor prudencia. A ningún asesor bien intencionado que los quiera desviar de la ruta al cadalso se le ocurriría recomendarles que en medio de la crisis jurídica de la Universidad, y la apuesta que hace el PAS por la sobrevivencia política al aliarse al PRI y PAN que el elector todavía los trae entre ceja y ceja, deban agregarle elementos de sustento a la creciente percepción de Universidad-partido.
Si se tratara solamente de los mandos sobrepuestos en la Universidad y el empoderado Cuén montado en la alianza de Xóchitl Gálvez, no hubiera problema y les competiría a ellos determinar cómo salen de sus juegos de dominio a ultranza. Sin embargo, siendo la casa rosalina la que está en medio de estas reyertas por el poder es asunto de los sinaloenses cuidar al alma máter y recuperarla para la sagrada misión de la educación de calidad y con academia libre de ataduras.
Cuén tiene a su partido y empresas que le dan fuerza política y económica; a Sinaloa nada más le queda la UAS como reserva moral y santuario de libertades y razonamientos. A Héctor Melesio le corresponde cuidar al PAS y sus negocios; a los sinaloenses nos toca quitarle lastres al águila rosalina, como siempre hemos podido hacerlo, para que prosiga en su vuelo libre hacia la cúspide.
Lo que Sinaloa no entiende,
Es que a la UAS nadie defiende,
Mientras les sobran los abogados,
A Madueña y coacusados.
En la otra Universidad, la Autónoma de Occidente, fluyen los acuerdos y se reduce la tensión al acordar tanto el Rector Pedro Flores Leal como el Congreso del Estado que este día inicie el proceso de reforma a la Ley Orgánica con la consulta a la comunidad universitaria y la elaboración de la correspondiente iniciativa de Ley. Esto demuestra que el Movimiento de Defensa para la Verdadera Autonomía de la UAdeO ondeaba banderas legítimas sin incurrir en prácticas que mediante el chantaje buscan sacar beneficios personales o grupales. Encomiable el liderazgo de Marco César Ojeda en esta coyuntura histórica para el campus lince.