La tizna presidencial
Sin ofrecer ni una sola prueba, cómo si con su palabra bastara, el Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, hizo lo que dijo que no haría: defender a uno de sus hijos mayores. Andrés Manuel López Beltrán, de 35 años, y chocolatero a partir de la llegada de su padre al Gobierno de la República.
El Presidente había aclarado que al único que defendería sería a su hijo menor de edad. Pero no había llegado ni a los tres años en la Silla del Águila, cuando ya, visiblemente molesto, aprovechó una de sus conferencias matutinas desde Palacio Nacional, para llamar mentirosos a periodistas y medios de comunicación que publicaron el reportaje Sembrando Vida y la Fábrica de Chocolate.
La pieza periodística, elaborada por los reporteros Tania Gómez y Sergio Rincón, con el auspicio de Connectas, fue publicada en cinco medios de comunicación: Notas Sin Pauta, Emeequis, Proceso, Aristegui Noticias, y Meganoticias, pero al Presidente le afectó, porque así lo evidenció la publicación en dos de esos cinco portales, el de Aristegui Noticias, de la periodista Carmen Aristegui, y Proceso, dirigido actualmente por Jorge Carrasco.
El Presidente, acostumbrado a utilizar la tribuna nacional para lo que él considera su “réplica”, en este caso lo hizo para “defender” a uno de sus hijos, el mismo que encabeza Rocío Chocolates y Finca Rocío, donde se siembra cacao y se produce chocolate, un negocio que el segundo hijo del Presidente inició en 2019 cuando su padre ya era titular del Ejecutivo federal.
El reportaje empieza por explicar el negocio del cacao en Tabasco, que, aunque no es nuevo, sí ha tenido un impulso considerable a partir del programa Sembrando Vida, elaborado por el Presidente López Obrador para incentivar a partir del otorgamiento de recursos, la siembra de árboles maderable y frutales, para activar el campo mexicano.
No escriben los reporteros que el hijo del Presidente se haya beneficiado del programa, pero sí del contexto generado por el mismo al promover en la región tabasqueña, por lo menos en 16 municipios, refiere el reportaje, la siembra del cacao.
También evidencian lo que podría ser un conflicto de intereses, dado que uno de los principales productores de chocolate es el empresario Hugo Chávez Ayala, quien fue nombrado por el Gobierno de la República y por un tiempo determinado, director técnico del programa referido. Además, documentaron cómo alguna de la estructura administrativa de Rocío Chocolates, ha sido promovida por Chávez Ayala, es decir, que ha puesto a disposición del hijo del Presidente, personal para la elaboración de trámites, además de vender también, los productos de los López Beltrán.
De hecho, fue documentado y aceptado por Chávez Ayala, el apoyo que ha dado a López Beltrán, y que son amigos desde la infancia, amistad que lo lleva, por obvias razones, a también conocer al ahora presidente de la República.
El reportaje es aderezado con entrevistas a parceleros de Tabasco quienes explican que no fueron consultados sobre la vocación que seguirían sus campos, sino que prácticamente solo les dieron la opción de la siembra de cacao, y en algunos casos esto no prendió debido a las condiciones y el ambiente para la siembra en la región. Algunos explican que la totalidad de su siembra se perdió y otros que intentaron salvar parte de la misma.
Los reporteros solicitaron entrevista con Hugo Chávez, con Andrés Manuel López Beltrán, y con el Presidente de la República. Solo el primero accedió a concederla. Sin embargo, a la publicación del reportaje, es el Presidente, y no su hijo, quien a su manera y desde Palacio Nacional, criticó la veracidad del reportaje y denostó a dos de los medios que lo publicaron.
Llama la atención la ácida crítica que López Obrador hace tanto a Proceso como a Carmen Aristegui, particularmente a esta última, pues en los 12 años que el tabasqueño se mantuvo buscando la Presidencia de la República, celebró los reportajes que publicó la periodista en los sexenios de Felipe Calderón Hinojosa, y de Enrique Peña Nieto, evidenciando corrupción, abuso de poder, tráfico de influencias, de hecho, el político defendió y exaltó a la periodista públicamente, en varias ocasiones.
Pero al publicar el reportaje que menciona a uno de sus hijos, el Presidente se fue por el ataque para encabezar la defensa del hijo, que, hasta la fecha, no ha salido a referir la pieza periodística en la cual es uno de los protagonistas.
Por ejemplo, en el pasado, López Obrador destacó la independencia de Carmen Aristegui como periodista y comunicadora, no obstante el lunes 29 de noviembre dijo que sí era independiente “pero del pueblo”, dijo: “Proceso y Carmen Aristegui nunca han estado a favor de nuestro movimiento yo sostengo que son independientes pero independientes del pueblo, que nunca se han involucrado nunca han hecho un periodismo en favor del pueblo”.
El Presidente de la República parece tener memoria selectiva, cuando aseveró que “ahora es distinto, pero la gente pensaba que Carmen Aristegui era una periodista de vanguardia, yo me quedaba callado, pero en el mismo movimiento nuestro, por respeto, pero era una especie de paladina de la libertad, y yo tengo otra opinión, porque cuando nosotros estábamos en la oposición me entrevistaba una vez cada seis meses y buscaba ponerme en entredicho, como buena periodista conservadora”, pues su otra opinión, al menos la pública, era otra, defendió a la periodista por su independencia, precisamente.
Las redes sociales refrescaron a los usuarios los conceptos que López Obrador tuvo, en 2011 0 2012, sobre Carmen Aristegui, presentando videos, como aquel donde le dice a Aristegui que ella cumplía con “aquello de que la libertad no se implora, la libertad se conquista”, o capturas de pantalla de tuits de la cuenta del ahora Presidente de la República, solidarizándose con Aristegui luego de la censura en el sexenio de Peña Nieto.
El Presidente se erige desde Palacio Nacional como el nuevo paladín de la verdad. Fustiga que son mentiras lo publicado, ataca a los medios de comunicación y defiende a su hijo, bajo la misma premisa de la que se queja: “cuando la calumnia no mancha, tizna”.
Para el Presidente, develar la corrupción, el tráfico de influencias, el conflicto de intereses, en sexenios pasados, fue una hazaña de libertad de expresión que encabezaron algunos medios en el centro y los estados del país, como el caso de Aristegui, pero para el Presidente, que eso suceda en su sexenio, es muestra del “conservadurismo” que predomina en los medios de información.
El doble rasero del Mandatario una vez más presente, presume que hay independencia en los medios de comunicación, pero no cuando se trata de su familia, su movimiento, su gobierno, su persona. Entonces, dejan de ser independientes para ser tachados de conservadores, total, “cuando la calumnia no mancha, tizna”.