La tercera vía en Sinaloa: transición tersa. El soporte, la buena relación AMLO-QOC

Alejandro Sicairos
22 enero 2020

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alexsicairos@hotmail.com

 

Al darse por descartado que el Gobernador Quirino Ordaz Coppel entre en confrontación con el Presidente Andrés Manuel López Obrador, a la posible disyuntiva del Gobierno de coalición en Sinaloa que en el contexto de la sucesión 2021 se planteó ayer en este mismo espacio, se agregó la tercera vía: transición tersa negociada entre el Movimiento Regeneración y el Partido Revolucionario Institucional, para que el poder pase sin sobresaltos de un equipo político a otro.

La mayoría de los priistas activos en el servicio público, desde el Senado, Congreso del Estado, presidencias municipales y el Gabinete de Ordaz Coppel se inclinan por la alternancia negociada dando por hecho que la intención del voto continuará en la línea invariable de respaldo y validación al nuevo régimen que tiene como cabeza y cuerpo completo a López Obrador.

En esta alternativa entrarían solamente Morena y el PRI, dándole forma a lo que popularmente se le conoce como PriMor. Es decir, a diferencia del Gobierno de coalición que tendría como sustancia la inclusión de todas las fuerzas políticas locales, en el caso de la transmisión del poder en un marco de terciopelo pretendería tender los puentes para que el trato Federación-Estado prosiga en la misma empatía y colaboración que ahora tiene.

Esto se finca en la percepción de que Ordaz Coppel ha operado como un facilitador de la buena relación de AMLO con Sinaloa y enlace de cordialidad con otros gobernadores, y que es casi imposible que altere tal función de cordialidad entre mandatarios estatales de filiación priista y el Presidente que es bujía y motor entero de Morena. En sentido opuesto a sus homólogos panistas, que se instauran como oposición a todo lo que venga del lópezobradorismo, QOC se ha plantado en la cortesía política pese a todo.

Y al decir pese a todo significa que las políticas públicas de la Cuarta Transformación son las mismas para Sinaloa que para el resto del País, con restricciones presupuestales que alteran el pacto federal y ponen encima de los estados pesados aparatos burocráticos como lo son la salud y educación, con la única diferencia de que los panistas se quejan a cada rato y Quirino Ordaz aprieta el cuerpo y además sonríe, haciendo creer que todo está bien.

La referencia más reciente es la visita del Secretario de Hacienda, Arturo Herrera, el 8 y 9 de enero, ante quien el Gobernador afirmó que López Obrador ha otorgado todo lo que se ha pedido para Sinaloa, lo cual también opera a la inversa pues todo lo que AMLO le ha pedido a Quirino se le ha concedido, hasta un estadio de beisbol para hacer retornar a Algodoneros de Guasave a la Liga Mexicana del Pacífico.
Entonces sí tiene sustento la tercera conjetura, la de la transición afelpaba. La interrogante es qué lograría Quirino Ordaz en esa especie de acuerdo o alianza entre Morena y el PRI para que López Obrador obtenga el control político total de Sinaloa, que actualmente lo ejerce de manera parcial al ser afines a él la mayoría de los diputados locales y federales, senadores, igual que los Alcaldes que mandan en los Ayuntamientos con mayor número de electores. Al Presidente solo le falta la Gubernatura y por supuesto que la quiere para 2021.

En lo que se refiere a su partido, el PRI, Quirino Ordaz no hallaría objeciones de peso ni a nivel local ni nacional. En el ámbito federal es un hecho que el PriMor está vivito y coleando y que la gobernabilidad en México orbita bastante en torno a tal híbrido de izquierda recalcitrante y oposición light. Es más, le resultaría más conflictivo a Ordaz Coppel entregarle la candidatura del PRI a la Gubernatura a siglas o personajes ajenos al priismo, PAN o PAS por ejemplo, que asociarse con López Obrador y Morena.

Es verdad que falta bastante trecho a recorrer en la ruta de la sucesión en Sinaloa, sin embargo, las calabazas se están acomodando con anticipación debido a que la carreta futurista es jalada un día hacia un lado y al otro cambia de orientación. Tan así que a menos de ocho meses de que arranque formalmente el proceso electoral se da por hecho que Morena ganará la elección y que el que se reclute en otra opción se quedará chifando en la loma.

Más tarda en llegar Semana Santa que en desatarse el arribismo y oportunismo pre electoral con desbandadas significativas hacia Morena y sus candidatos. ¿Y que hará el partido de López Obrador? Los abrazará a todos, así como Palacio Nacional se convirtió en la cueva de Manuel Bartlett y sus 40 traiciones a México, porque ya sea de coalición o de transición tersa, ganar el Gobierno de Sinaloa justifica los medios por más pueriles que estos pudieran ser.

 

Reverso

Ve al PriMor a que te cobije,
Y no lo creas tan horrendo,
Es como tener un alebrije,
De tus entrañas comiendo.

 

Herencia maldita

¿Quién está matando a los Servicios de Salud en Sinaloa? ¡La impunidad, señor! Esto queda claro con la información de la Secretaría de Salud federal que le atribuye al Gobierno de Sinaloa una deuda por más de 7 mil millones de pesos, la segunda más alta a nivel nacional, y que lleva a recordar el gran negocio sexenal que intentó hacer Mario López Valdez con la construcción de hospitales mediante contratos de inversión público privada que comprometerían por 25 años una cuarta parte de los recursos del Fondo de Aportaciones para el Fortalecimiento de las Entidades Federativas. Pues resulta que al caérsele el negocio al empresario Hipólito Gerard Rivero, cuñado del ex Presidente Carlos Salinas de Gortari, este inició un procedimiento legal todavía en curso para que el Gobierno de Sinaloa lo indemnice por más de 5 mil millones de pesos. Qué cinismo, qué legado tan maligno, qué manera de querer más riqueza a costa de la salud de los sinaloenses.