La solidaridad de los mexicanos
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La tragedia del sismo del 19 de septiembre, 32 años después del ocurrido en 1985, fue el escenario adecuado para mostrar una vez más la gran solidaridad y esperanza del pueblo mexicano.
Los medios internacionales difundieron con profusión que los mexicanos no se arredran ni se postran ante la adversidad, sino que se crecen ante las dificultades y problemas.
Eliezer Budasoff, corresponsal de The New York Times, escribió una crónica titulada Una noche de brazos levantados en México. “La primera noche del terremoto fue una noche de respuestas espontáneas: entrenados en la desesperación y el recuerdo trágico, los mexicanos parecen saber por instinto que, ocuparse de los otros, es la mejor forma de disipar la angustia, de resistir la noche”, señaló.
Carlos Manuel Álvarez, otro corresponsal, escribió un comentario sobre cómo vivió el sismo. “Nada provoca tanto envejecimiento en tan corto tiempo como un terremoto. La convulsión es súbita, le viene a la ciudad desde la boca del estómago.
“Los huracanes son un fenómeno horizontal, una larga pieza de teatro que hasta cierto punto puede predecirse. Uno asiste a su evolución: se fortalecen en aguas cálidas, arrasan durante su trayecto, declinan en tierras continentales y finalmente se diluyen. Pero el terremoto es sorpresivo, viene rompiendo de abajo hacia arriba como un vómito. Su latigazo breve y fulminante tiene la forma de un haikú”.
Nota principal
El terremoto de México fue la nota principal en varios medios informativos del mundo, como El País, de España; The Independent, de Inglaterra; Il Corriere della Sera, de Italia; Los Angeles Times, de Estados Unidos; El Clarín, de Argentina, le dedicó una cobertura especial; Le Monde, de Francia, no le concedió la nota principal, pero sí consignó el hecho en portada; Bild, periódico alemán, le dedicó también la nota principal, por citar solamente algunos medios internacionales.
Un país entrenado
en la angustia
En su boletín acostumbrado, The New york Times publicó: “El martes 19 de septiembre, un sismo de magnitud 7,1 sacudió la zona central de México y partió en dos la vida cotidiana del país, que ese mismo día recordaba el terremoto de 1985, el más mortífero de su historia.
“Nadie se detuvo a pensar en coincidencias trágicas: en Ciudad de México, la región más afectada por el sismo junto con el estado de Morelos, la gente se volcó masivamente a las calles para ofrecer sus brazos y ayudar a los más perjudicados.
“La cifra de muertos pronto se contó en cientos, los edificios colapsaron por decenas y miles de personas no pudieron regresar a sus casas, pero nadie estaba solo: el trabajo febril de los voluntarios y los rescatistas se volvió un conjuro contra el miedo y la desesperación.
“Estos días, el equipo de The New York Times se dedicó por completo a informar lo que estaba ocurriendo, para poder mostrar a sus lectores la realidad de un país entrenado en la angustia pero también en el orgullo colectivo frente a la tragedia”.
Tratamiento
en Noroeste
Como era de esperar, Noroeste le brindó desde el inicio la noticia principal a esta gran tragedia. El miércoles 20 de septiembre le dedicó toda la portada principal y cabeceó: “Cimbra sismo a México”. Como kicker se escribió: “Más de 200 muertos”. Como sumario se publicó: “En la misma fecha que el de 1985, y a 12 días de otro ocurrido, un terremoto remece al centro y sur del País”.
El jueves 21 le dedicó una vez más toda la portada principal y cabeceó: “Responde México con solidaridad”. En el kicker se escribió: “Tras sismo de 7.1 grados”. En el sumario se publicó: “La catástrofe que ha dejado hasta el momento más de 200 muertos, también ha aflorado la capacidad de ayuda y movilización de los mexicanos”.
El viernes 22 se le dedicó la nota principal y la segunda nota; la tercera versó sobre una declaración del titular de la Secretaría de Desarrollo Económico, Javier Lizárraga Mercado, acerca de un asunto local: “Amenazan, extorsionan y ‘cobran piso’ a mineros”.
En la nota principal se cabeceó: “Cobra sismo vida de mujer sinaloense”. En el kicker se escribió: “De Juan José Ríos”. En el sumario se escribió: “Alma Trinidad Quiñónez, una maestra jubilada que estaba de visita en la CDMX, muere junto con su nieta al caer edificio de departamentos donde se encontraba”.
En la segunda nota se cabeceó: “Inexistente ‘Frida Sofía’ mantiene en vilo a México”. En el kicker se escribió: “En colapso del colegio Rébsamen”. En el sumario se publicó: “Desmiente la Marina que haya una niña sepultada en los escombros de la escuela tal como se difundió por televisión; lo atribuyen a confusión”.
El sábado 23 le dedicó toda la portada, incluyendo como nota principal los sismos que sacudieron el estado. En la nota principal se cabeceó: “Alarman” 3 sismos a los sinaloenses”. En el kicker se escribió: “Autoridades llaman a la calma”. En el sumario se publicó: “Tras la “sicosis” que generaron en parte de la población los tres movimientos telúricos frente a las costas de Sinaloa, Protección Civil urge a no generar rumores ni desinformar”.
En la segunda nota se dio seguimiento al sismo de México. Se cabeceó: “A casi 100 horas aún buscan vida”. Como kicker se escribió: “Edificios colapsados”. La tercera nota abordó la despedida que se hizo a la maestra de Juan José Ríos: “Dan al adiós a víctima sinaloense del sismo”.
Algunos errores
Un lector de Culiacán se comunicó el miércoles 20 con el siguiente mensaje: “Me pregunto, ¿contemplaría el director general publicar la portada de hoy en blanco y negro en señal de duelo por los acontecimientos de ayer? Por otro lado, le bajarían costos a la edición”.
No sé si al lector le gustara la portada en blanco y negro, además de que no permitiría apreciar de igual forma la magnitud del terremoto. Sin embargo, lo que sí faltó en la edición fue el moño negro que se colocó a partir del jueves 21.
En la edición de ese día se publicó una nota recordando el terremoto de 1985. En el primer párrafo se escribió que fue de 8.1 grados en la escala de Richter, mientras que en una columna de datos útiles se destacó. “8.0 de intensidad en escala de Richter”.
De igual forma, en la nota se dijo que ocurrió a las “7:17 de la mañana”, mientras que en los datos útiles se destacó que ocurrió a las “6:19 horas (tiempo del Pacífico)”.
Una lectora de Culiacán telefoneó el viernes 22 para preguntar a este defensor si era cierto que había temblado en Sinaloa, porque Noroeste no lo informó. Desgraciadamente es cierto, por el horario de cierre no se llevó en la edición. En el portal sí se publicó adecuadamente.
Victoria frustrada
En una reunión que tuvo este defensor del lector con editores de Noroeste el viernes 15 en Mazatlán, la directora editorial, Guillermina García, se felicitó porque se cambió oportunamente en la edición de Culiacán (el 8 de septiembre) los años de Noroeste en el cabezal: XLV. Sin embargo, a partir del 16 de septiembre el diseñador consiguió su independencia y regresó al año XLIV.
Espero sus comentarios, quejas, dudas, críticas y sugerencias.
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