La prioridad

Miguel Ángel González Córdova
16 julio 2021

Antecedentes como los que surgen en torno a la tragedia de la Línea 12 del metro capitalino en Tláhuac conturban el ánimo al revelar el grado de irresponsabilidad que acusa la actitud de las autoridades que autorizaron la realización de esa obra sin atender en lo más mínimo la serie de advertencias sobre los riesgos de deslizamientos del subsuelo que amenazaban en esa zona de la ciudad, lo cual hacía deleznable una construcción de esa magnitud.

Desde 2007 y 2008, antes del inicio de la obra, y por tanto a tiempo de haber considerado cualquier posibilidad de modificación del proyecto, vecinos de Tláhuac promovieron una infructuosa gestión opositora apoyada por estudios calificados, entre ellos el del ingeniero Jacinto Ruiz Aquino, egresado del IPN, quien, en 1989, al conocer las características del caso, proponía como alternativa la zona de Mixcoac, donde el subsuelo no indicaba los mismos riesgos.

Estos y otros aspectos referidos en la crónica que sobre el caso publicó la organización periodística SinEmbargo.MX presentan planteamientos de profesionales de la construcción, así como testimonios del grupo opositor de vecinos cuyos dirigentes declaran haber sido tratados despótica y hasta burlescamente por las autoridades de la Secretaría de Gobierno y de la Secretaría de Obras y Servicios del Gobierno del entonces todavía Distrito Federal. Cabe observar que, al parecer, nunca fueron recibidos por Marcelo Ebrard, ni por Miguel Ángel Mancera.

Como muestra de los perfiles ofensivos de la cerrazón oficial que enfrentó el grupo ciudadano opositor, el mismo trabajo periodístico anota las declaraciones de José González Cedillo, vecino de la Línea 12, quien menciona que Juan José García Ochoa, funcionario de la Subsecretaría de Gobierno, siempre les dio largas y los tildó como “los locos” o “los talibanes de Culhuacán”.

El mismo vecino consideró puntual referir que al iniciarse el movimiento de protesta contra la Línea 12, don Pilar Martínez, octogenario residente del pueblo de Culhuacán, le dijo una mañana que “esos del metro” estaban cometiendo un sacrilegio al escarbar sobre Tláhuac que era un camino sagrado, usado para las peregrinaciones de nuestros antepasados.

Hasta ahí el contenido raya en lo anecdótico, pero don Pilar acotó una advertencia que hoy cobra carácter de predicción y que late en los siguientes términos: “Además es el cauce de un río seco y hay ojos de agua; hay cavernas con agua dulce. ¡Diles que no lo hagan porque lo van a pagar con sangre!”. Y los que pagaron con su vida fueron 26 usuarios inocentes, y con su padecimiento los numerosos lesionados que compartieron el desastroso saldo del 3 de mayo.

Me he permitido recalcar el contenido de la entrega de SinEmbargo.MX porque expone patéticamente los riesgos que en el caso de la Línea 12 fueron motivo de una apremiante advertencia ciudadana que se estrelló contra el indolente rechazo oficial. Y una inevitable asociación de ideas conduce a contemplar demostraciones actuales de intolerancia ante las objeciones de grupos ciudadanos en relación con obras como el aeropuerto de Santa Lucía, la refinería de Dos Bocas y el Tren Maya, entre otras decisiones que no parecen ofrecer espacios a una consideración consensuada.

El actual repunte del Covid-19 en el ámbito nacional presenta un aspecto malo y uno bueno. El lado malo es el preocupante índice de contagios que crece día tras día y amenaza con superar las cifras registradas en las dos primeras olas de la pandemia; pero esta tercera Ola ha mantenido un signo reconfortante por cuanto a la tendencia a la baja en el registro diario de defunciones, lo cual es acreditable como efecto atenuante de la vacunación en curso. Otro motivo tranquilizador es que la ocupación de los hospitales no se ha disparado en las proporciones anteriores.

Por cuanto al ámbito sinaloense el embate pandémico acusa inquietante crecimiento en hospitalización, e incluso en defunciones, y ante los signos de agresividad de esta nueva cepa viral, la vacunación de la población más joven surge como una urgente prioridad.