La política y la banalidad del mal
@isaacarangureconacentoenlae
Adolf Eichmann fue un oficial alemán de las SS durante la Alemania nazi. Fue uno de los principales responsables de la organización y ejecución del Holocausto, el genocidio perpetrado contra los judíos y otros grupos durante la Segunda Guerra Mundial. Eichmann estuvo involucrado en la logística de transporte y deportación de judíos a campos de concentración y exterminio. Después de la guerra, se escondió en América del Sur hasta que fue capturado por el Mossad (servicio de inteligencia de Israel) en 1960 y llevado a Israel para ser juzgado. Fue condenado y ejecutado en 1962.
La “banalidad del mal” es un concepto que fue acuñado por Hannah Arendt, una filósofa y teórica política alemana-judía.
Ella exploró este concepto en su libro “Eichmann en Jerusalén: Un estudio sobre la banalidad del mal”, que fue publicado en 1963. En este libro, Arendt examina el juicio y la naturaleza del mal a través del caso del criminal de guerra nazi Adolf Eichmann.
En su ensayo “Eichmann en Jerusalén: Un estudio sobre la banalidad del mal”, Hannah Arendt plantea varias premisas importantes. Estas son algunas de las premisas principales que Arendt discute en su obra:
1. La tesis de la banalidad del mal: Arendt argumenta que el mal no siempre es perpetrado por personas extraordinariamente malvadas, sino más bien por individuos comunes y corrientes que actúan de manera rutinaria y sin cuestionar las normas sociales y las órdenes superiores. Eichmann, el principal sujeto de estudio de Arendt, fue un burócrata nazi que participó en la organización y ejecución del Holocausto, pero que aparentemente no mostraba síntomas evidentes de maldad o sadismo.
2. La responsabilidad individual: Arendt sostiene que cada persona tiene la responsabilidad de sus acciones y decisiones, incluso en situaciones extremas o bajo la influencia de órdenes superiores. Rechaza la idea de que individuos como Eichmann pudieran simplemente alegar que solo estaban siguiendo órdenes y, por lo tanto, no eran moralmente responsables de sus actos.
3. El papel del pensamiento y el juicio crítico: Arendt enfatiza la importancia del pensamiento y el juicio crítico en la construcción de una sociedad éticamente responsable. Critica la mentalidad burocrática y obediente que prevalecía en la maquinaria nazi, donde se esperaba que los individuos dejaran de lado su sentido de responsabilidad personal y simplemente cumplieran con las órdenes.
Estas son solo algunas de las premisas fundamentales que Arendt explora en su ensayo. Su trabajo plantea cuestiones significativas sobre la naturaleza del mal, la responsabilidad individual y el papel de la sociedad en la prevención de atrocidades.
¿Por qué viene este ensayo a colación? Argentina tuvo elecciones y buena parte de su electorado decidió abstenerse al no verse representados por ninguna opción en la boleta, sienten que es un caso peculiar, yo no estaría tan seguro por lo que estamos viviendo acá, de frente a elecciones, no percibo que Argentina esté viviendo este fenómeno en solitario.
Un sistema que sigue permitiendo y pervirtiendo voluntades a fin de seguir exactamente igual. Cuidado los tiempos se agostan y ¿hasta dónde llegará el hartazgo?
Por cierto, y a propósito de Israel, que la historia nos sirva siempre para no repetirla.
Gracias por leer hasta aquí, nos leemos pronto.
Es cuanto.