La política económica del actual gobierno y la cancelación de apoyos a la comercialización
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Con la presentación a la Cámara de Diputados del Presupuesto de Egresos se evidencia un cambio radical en la política económica de México, al eliminar prácticamente el presupuesto de apoyos a la comercialización de 6 mil 707 millones de pesos en 2018. Este refleja un cambio muy importante en la política económica del gobierno actual en el primer año, con una gran contradicción: un país todavía neoliberal sin soberanía alimentaria.
Sin embargo, pretender eliminar estos apoyos que son neoliberales, pero que son necesarios para enfrentar otra media neoliberal, como la apertura total del sector agrícola en México a la competencia de la producción americana de granos y oleaginosas.
No será posible mantener la apertura total y eliminar los apoyos a la agricultura comercial.
Fue Milton Friedman, Premio Nobel de Economía 1976, fundador de la teoría monetarista, según la cual “las fuerzas del libre mercado son más eficientes que la intervención pública a la hora de fomentar un crecimiento económico estable”, quien lo etiquetó en su libro de 1980: “Libertad de elegir, hacia un nuevo liberalismo económico”. El mayor exponente académico, seguido de la Primer Ministro del Reino Unido, Margaret Thatcher y el Presidente Ronald Reagan.
“Washington” significa el complejo político-económico-intelectual integrado por los organismos internacionales (Fondo Monetario Internacional, Banco Mundial), el Congreso de los EUA, la Reserva Federal, los altos cargos de la administración y los grupos de expertos.
La política neoliberal se puede resumir con el CONSENSO de Washington, según la propuesta que resume John Williamson en 1990, en diez temas de política económica, incluida entre otras la liberación comercial, la disciplina presupuestaria y la privatización generalizada.
En 2018 Joseph Stiglitz, también Nobel de Economía 2001, publica el último de tres libros “Globalization and its discontents”, en que critica primero las decisiones tomadas por funcionarios del FMI, obligando a países subdesarrollados a aplicar recetas neoliberales sin sentido práctico, basado en su experiencia personal como vicepresidente del Banco Mundial:
Trump señala el descontento del “Rust belt”, cinturón industrial del noroeste del país, que sufrió con los TLC’s y los recluta para su campaña. Trump culpa a “la firma de los peores tratados”. Seguramente el TLCAN, de la pérdida de empleos en esta zona. Pese a que los Estados unidos y otros países avanzados escribieron las reglas de la globalización. Pero que muchos países subdesarrollados, manifiestan su inconformidad que pudo observar como vicepresidente del Banco Mundial.
Las clases bajas y medias de los países industrializados se unen a esta inconformidad. Porque ahora los acuerdos internacionales y otras instituciones son injustas, afectando a Estados unidos. Con excepción del 1 por ciento más ricos de los Estados Unidos que se han beneficiado de la globalización, la clase baja y media ha sufrido con la ella, cuyos ingresos se han estancado. Esto tiene como consecuencia que la esperanza de vida ha disminuido. Todo esto producto de la globalización. Los únicos que han mejorado son el 1 por ciento más ricos y la nueva clase media de China e India.
Como resultado, hay una mayor desigualdad en el mundo. El comercio global ha crecido 50 por ciento más rápido que el crecimiento total. Debido a: La reducción de los costos de transportación. Pero más importante: la reducción en aranceles de importación, producto de los acuerdos de libre comercio. Trump acusa a los negociadores de que fueron engañados. Nada está más lejos de la verdad.
Pero nuestro interés es la política agrícola de México, que está sujeta a los límites que marca el tratado comercial con Estados unidos y Canadá. Que obviamente es un exceso del neoliberalismo. Pero que nos tiene amarrados, no podemos cerrar la frontera ante la existencia del dumping de los principales granos, con una caída en precios del 50 por ciento que nos obliga a competir con la producción americana de maíz y otros granos, que nos exportan de EU con competencia desleal, además de los niveles de competitividad mayor del productor americano. En una colaboración anterior reportaba esa diferencia en 1,100 pesos por tonelada más la competencia desleal.
Estados Unidos continua con su política agrícola que incluye varios subsidios neoliberales, con apoyos desvinculados a la producción, como nuestro ingreso objetivo copiado de la ley agrícola americana; El PLC o ARC, el seguro agrícola que cubre riesgo de bajos rendimientos y su subsidio, y el esquema que inició en 2014 con un seguro de protección de ingresos que cubre la baja en los precios y el rendimiento real. ¿Así, a donde llevará la agricultura comercial en un par de años?
Porque estamos entrampados con una política neoliberal incompleta, apertura total de la agricultura comercial nos obliga a aceptarla, pero no nos compensa las perdidas como al productor americano. Se requiere que se cierre la frontera o se busque una solución menos radical.
En el reciente debate de los precandidatos demócratas a la presidencia, destacaron la Senadora Elizabeth Warren y el Senador Bernie Sanders con una propuesta para la nueva ley agrícola que, si logra algunos de los dos ganar su nominación, podría ofrecer una ventana de oportunidad para introducir cambios en el T-MEC.
Si hay rutas de solución, aunque difícil, con una defensa más proactiva de la relación con este país, que requiere una solución con una estrategia bien integrada.