La pifia de Krauze: Alfaro no es Otero
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SinEmbargo.MX
Enrique Krauze puede considerarse un historiador con cierta reputación, pero como tuitero francamente no parece ser brillante. Al menos eso puede deducirse de su mensaje en Twitter el pasado 5 de junio cuando pretendió comparar al jurista y político jalisciense del Siglo 19, Mariano Otero y Mestas, con el actual Gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro Ramírez.
“El gobernador @EnriqueAlfaroR honra la tradición liberal de Jalisco. También Mariano Otero enfrentó gallardamente el acoso injusto del gobierno. Y pasó a la historia por resistir”, escribió. Krauze tuvo incluso el mal tino de elogiar a Alfaro, el mismo día que se desplegó el operativo represivo que terminó en el Halconazo tapatío con la detención ilegal y desaparición forzada de decenas de jóvenes que pretendían manifestarse contra la muerte de Giovanni López, a manos de la policía.
Al día siguiente, el Gobernador de Jalisco agradeció en Twitter el mensaje del historiador. “Nunca olvidaré estas palabras de un hombre al que admiro y respeto”.
Y un día después, el internacionalista Álvaro Quintero subió a su cuenta de Twitter la carátula del contrato mediante el cual el Gobierno de Jalisco paga un millón 31 mil pesos a Editorial Vuelta, que publica la revista Letras Libres, dirigida por Krauze. El pago fue por el concepto de “difusión por medio de mensajes sobre programas y actividades gubernamentales”.
El 8 de junio el portal Polemón, añadió un contrato más, este a Editorial Clío (también dirigida por Krauze) por 4.3 millones de pesos por el mismo concepto: “difusión por medio de mensajes sobre programas y actividades gubernamentales”. En suma, tras el elogioso tuiter del Enrique historiador al Enrique Gobernador se reveló el pago de 5.4 millones de pesos a empresas dirigidas por el escritor que comparó a Alfaro con Otero. Más allá de estas revelaciones, no anecdóticas, vale la pena revisar si tiene sentido la comparación.
A Mariano Otero (nacido en Guadalajara el 4 de febrero de 1817) se le reconoce habitualmente por su contribución al campo del derecho, por ser autor del juicio de amparo en México, junto con el jurista Manuel Crescencio Rejón. Pero es menos conocida su veta de historiador y sociólogo.
A juicio de Esteban Garaiz, quien en 1986 prologó un libro de Otero, este era un genio de la generación de liberales reformistas del Siglo 19 mexicano. Se graduó de abogado a los 18 años y a los 25 escribió el Ensayo sobre el verdadero estado de la cuestión social y política que se agita en la República Mexicana, considerado por muchos como un tratado histórico de avanzada donde pone en el centro del análisis la propiedad privada agraria y la estructura de clases en el país.
Este ensayo ha sido destacado por algunos autores marxistas, como Andre Gunder Frank en su libro América Latina: subdesarrollo o revolución (editorial ERA, México, 1973). Gunder Frank escribió: “El lector nos disculpará si concluimos las observaciones de un mexicano que conoció a su país muchísimo mejor que nosotros”, y cita a Otero: “Veamos ahora cómo la repartición de la propiedad ha dividido a la población en las diversas clases que constituyen el Estado, las relaciones ha establecido entre ellas y los resultados de estas relaciones (...) necesitamos, pues, un cambio general, y este debe comenzar por las relaciones materiales de la sociedad, por estas misma relaciones que hasta hoy han decidido de nuestra situación, y que en todos los pueblos de la tierra han producido los diversos fenómenos sociales que hemos visto”.
Por esta concepción materialista de la sociedad, Esteban Garaiz ha destacado que la obra del jalisciense se escribió seis años antes que Marx y Engels escribieran el Manifiesto del Partido Comunista. Mariano Otero no podría considerarse un socialista o comunista, pero sí un liberal radical que abogaba por una reforma agraria y una socialización de la propiedad. Del liberal jalisciense del Siglo 19, Jesús Silva Herzog escribió: “Otero quiere que se establezca en México un orden social equitativo y justo, en el cual la libertad sustituya a la servidumbre, la igualdad a los privilegios ya la voluntad de todos a la fuerza bruta”. Otero falleció joven en 1850 en medio de otra epidemia: la de cólera.
Este breve apunte da una idea de quién fue Mariano Otero, ¿es comparable Enrique Alfaro al ilustre jurista-político del Siglo 19 como propone Krause? Hasta ahora no.
Alfaro es un político pragmático (nació a la política profesional en el PRI, pasó al PRD y ahora actúa en Movimiento Ciudadano), que tiene elocuente oratoria, pero al que no se le conoce un texto político o ensayo a la altura de los que escribió Otero.
Además, políticamente parece ser más cercano a posturas políticas autoritarias y conservadoras, que a posturas progresistas o de izquierda. De hecho una palabra recurrente en los discursos de Alfaro es la palabra “orden” a la que suele acompañar para desplegar operativos de control, por ejemplo contra comerciantes ambulantes a los que incluso llegó a reprimir siendo Presidente Municipal de Guadalajara (2015-2018). La palabra orden parece venir de su simpatía por políticas de control y ordenamiento ligadas a la postura de “tolerancia cero” y la teoría de las ventanas rotas, que puso de moda el Alcalde de Nueva York, Rudolph Giuliani.
Pragmático y ambicioso como es, Alfaro ha diseñado su carrera por la candidatura presidencial tratando de convertirse en eje de oposición al Gobierno que encabeza Andrés Manuel López Obrador. En varias ocasiones ha cuestionado medidas o políticas del Gobierno de la Cuarta Transformación, como el pacto fiscal, las medidas de contingencia sanitaria ante la pandemia y recientemente acusándolo de promover las manifestaciones ocurridas los primeros días de junio en Guadalajara, tras conocerse el asesinato de Giovanni López Ramírez a manos de la policía municipal de Ixtlahuacán de los Membrillos.
Es pronto para saber si las actuales escaramuzas políticas entre Alfaro y el Presidente López Obrador son una lucha entre federalistas contra un centralismo opresor o meras reyertas entre facciones de la clase política profesional en la burda pelea por los votantes. Pero en definitiva, Krauze erró al comparar al actual Gobernador de Jalisco con el ilustre liberal del Siglo 19. Alfaro no es Otero.