La pichada del Presidente en Sinaloa
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Desde hace meses, la conversación pública en Sinaloa, gira en torno del sucesor o sucesora del Gobernador Quirino Ordaz Coppel, de los posibles candidatos de Morena y del PRI, y de las alianzas que ambos partidos por su parte construirán, sabedores de que las coaliciones además de recursos dan los votos necesarios para ganar elecciones.
Con el tiempo encima, la efervescencia política alcanza ya fuertes niveles de presión, lo que derivará en próximas renuncias por parte de quienes buscan una candidatura a un cargo de elección popular. Pero también, se antojan rupturas al interior de los partidos políticos, lo que configurará nuevos escenarios.
Y es que en la primera quincena de diciembre de 2020, el Congreso del Estado emitirá la convocatoria a elecciones, y a más tardar el 23 de diciembre los partidos deberán presentar la solicitud de convenio de coalición ante el Instituto Electoral del Estado de Sinaloa.
Mientras tanto, en Morena se ha definido que las candidaturas a las 15 gubernaturas en juego en 2021, deberán resolverse, o al menos perfilarse claramente, entre el 15 de noviembre y el 15 de diciembre. El proceso se advierte de sumo complejo. Tan complejo como lo fue la renovación de su dirigencia nacional, a no ser que los principales actores políticos en disputa, reconozcan inequívocamente en el tiempo, las señales que antes ha enviado el Presidente.
A saber, la eficacia en sus encargos públicos y la promoción a toda prueba de la unidad, son dos elementos que el Presidente valora. Así construyó Morena; así formó su gobierno y se han quedado quienes hasta ahora lo acompañan; así se conformaron y se han mantenido las coordinaciones parlamentarias en el Senado y en la Cámara de Diputados, y así la dirigencia nacional del partido.
Sin embargo, comprender los mensajes que envía el Presidente con los habituales cambios de ritmo y velocidad, no es una tarea sencilla. Ciertamente, lo que dice y no dice, lo que hace y deje de hacer, da pie a naturales interpretaciones por parte de quienes no sólo presumen cercanía y amistad, sino además, por quienes tienen la singularidad de aspirar con facilidad y considerar que cuentan con méritos suficientes.
No obstante, a estas alturas, creo que la decisión está prácticamente tomada y muy seguramente se han corrido las cortesías políticas que las circunstancias ameritan. La lectura de las encuestas que señalan que Sinaloa se morenizará en 2021, no es carta abierta para imponer a cualquier candidato o candidata. Es más bien, la oportunidad de elegir la opción que garantice gobernabilidad y continuidad del proyecto Morenista que ha iniciado en Sinaloa desde el Congreso del Estado.
Andrés Manuel, ayer como dirigente social y político, y hoy como Presidente de la República, ha dado sobradas muestras de calibrar con tiempo suficiente sus decisiones. Que las vea quien las quiera ver. A eso también se refiere el Presidente cuando refiriéndose a la política, afirma que vivimos “tiempos interesantes”, tiempos en que pareciera todo puede ocurrir. Y en efecto, ocurre.