La peligrosidad de las corrientes litorales en playas de Mazatlán
Anualmente en playas turísticas del país se ahogan decenas de personas al ser arrastradas por las corrientes litorales; desafortunadamente las playas de Mazatlán no son la excepción. De acuerdo a fuentes periodísticas locales durante el año 2022 al menos 283 bañistas fueron rescatados en el mar por elementos del cuerpo de salvavidas y 10 personas perdieron la vida.
El oleaje además de su peligrosidad por la turbulencia que genera al romper, origina corrientes que se desplazan a lo largo de la playa o hasta perpendicularmente a ella. Estos sistemas de corrientes litorales se producen cuando las olas se aproximan a la playa en un ángulo oblicuo generando un flujo paralelo a la línea de costa. Las corrientes litorales pueden originarse también por variaciones en la altura de la rompiente de las olas, dando lugar a que el nivel del agua en la porción de la playa donde rompen las olas más altas sea mayor que el de la porción de la playa donde rompen las olas más bajas, por lo que el agua fluye hacia esta zona. Al fluir el agua como corriente paralela a la playa, eventualmente retornará al océano. Esta corriente denominada “corriente de retorno” o popularmente “resaca”, puede ser peligrosa ya que fluye directamente hacia el mar con una velocidad elevada, del orden de dos nudos, considerablemente más rápida de la que puede alcanzar un hombre nadando. Afortunadamente las corrientes de retorno están limitadas a canales relativamente estrechos (generalmente menores de 25 m.) y el bañista experimentado puede salirse de ellas simplemente nadando una distancia corta paralela a la costa. Estas corrientes se desintegran a corta distancia mar adentro (figura).
En un artículo de hace casi 100 años publicado en la prestigiada revista Science (62, 1925), el Ingeniero M.P. Hite, las describe casi poéticamente:
“Una corriente de retorno es una especie de río, un torrente que se percibe fácilmente y se desplaza con una velocidad de un caballo pura sangre. La corriente es tan rápida y poderosa que una lancha motorizada no puede mantenerse contra ella. Puede acarrear hacia el mar, bloques, rocas y aun pedazos de metal. En su dominio impetuoso, el nadador más poderoso deberá encontrarse indefenso como un bebé”.
Prácticamente en todos los tramos de playa de Mazatlán se forman estos tipos de corrientes, sobre todo en playas abiertas como: Marina Mazatlán-Cerritos–Punta Gruesa, zonas donde han proliferado la construcción de torres de condominios y fraccionamientos aledaños, que sin duda originarán que concurran más personas a esas peligrosas playas.
El bañista debe tener precaución en playas céntricas más concurridas como: Isla de la Piedra y Olas Altas. En el tramo norte de las playas del Malecón, del Acuario al Valentino (Punta Camarón), las playas son riesgosas para el bañista, ya que el oleaje incidente normalmente entra franco y concentrado y genera corrientes litorales fuertes que pueden ser peligrosas.
Las playas de la llamada “Zona Dorada” entre Punta Camarón y Punta Sábalo, se consideraban hace algunos años como las mejores playas del Puerto, pero las ilegales y abusivas construcciones sobre la playa, las han hecho más estrechas, irregulares y peligrosas.
Cuando se vaya a meter al mar acostúmbrese a revisar las banderas preventivas que coloca el cuerpo de salvavidas. Las banderas de color rojo indican condiciones peligrosas y sugieren (y mandatan) no introducirse al mar.
* El autor es Oceanólogo