La paz de Nicolás Maduro
El pasado 28 de julio, Venezuela celebró elecciones presidenciales en las que el actual Presidente, Nicolás Maduro, buscó su reelección. Postulado por el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), Maduro se enfrentó a una oposición que, aunque con algunas divisiones, acudió unificada bajo la figura de Edmundo González, respaldado por María Corina Machado. Esta contienda electoral, cargada de tensiones y desconfianza, marcará el futuro del país hasta el 2031.
Las elecciones son la respuesta técnica al problema político que consiste en crear autoridades y representantes con legitimidad. La pregunta que en general resuelven las elecciones es: ¿quién o quiénes tienen derecho a gobernar legítimamente? La respuesta en un plano de normalidad democrática es: quien gane las elecciones.
Desde luego, para que las elecciones sean legítimas deben ser transparentes, libres y auténticas, eso es lo que el Consejo Nacional Electoral (CNE) de Venezuela parece haber olvidado. Veamos algunos elementos de las elecciones de aquel país.
En Venezuela, la edad mínima para votar es de 18 años y el voto no es obligatorio. Las elecciones comienzan a las 6:00 horas y concluyen a las 18:00 horas, o hasta que termine la fila de votantes. El CNE es la entidad encargada de organizar y supervisar estos procesos, en un país dividido en 23 estados y un distrito capital. Según datos del CNE, más de 21 millones de ciudadanos estaban habilitados para votar, distribuidos en 15 mil 797 centros de votación y 30 mil 26 mesas electorales. La República Bolivariana de Venezuela se organiza bajo el principio constitucional de división de poderes. El Poder Ejecutivo recae en el Presidente, quien se elige por voto directo, universal y secreto. El mandato tiene una duración de seis años y se puede reelegir de manera ilimitada.
Nicolás Maduro intenta ser reelegido por tercera ocasión. En 2018 ganó con una amplia ventaja del 46.9 por ciento, aunque con una participación electoral de apenas el 46 por ciento, la más baja desde 1978. Actualmente, el PSUV controla 253 de las 277 diputaciones en la Asamblea Nacional, dejando a los partidos de Oposición con sólo 24. Los índices de democracia liberal y elecciones libres están en mínimos históricos desde 1980, mientras que la polarización política alcanza su punto máximo.
A lo largo del día de la elección, informes de observadores indicaron una aparente normalidad en la jornada electoral. Sin embargo, las encuestas de salida comenzaron a dar como ganador a Edmundo González con una ventaja de más de 30 puntos porcentuales.
Pese a ello, antes de conocer los resultados oficiales, mandos militares ofrecieron una conferencia de prensa en la que el mensaje central era que las fuerzas armadas garantizarían la paz y el respeto a la voluntad del pueblo. Una franca amenaza para quienes se manifestaran contra el resultado electoral y una maniobra autoritaria para tratar de disminuir la tensión política por la inconformidad de la Oposición frente a los resultados de las elecciones y por la falta de transparencia de las autoridades electorales.
Durante la jornada, se registraron grupos de motociclistas civiles apoyando al gobierno cerca de los centros de votación. Además, el CNE no permitió mecanismos de transparencia ni el acceso de la Oposición a los centros de recepción de datos de votación electrónica. Los ciudadanos contaban los votos en las calles, reflejando una clara desconfianza en el proceso oficial.
Al cierre de las votaciones, Maduro emitió un comunicado acusando a varios países de intervenir en el proceso electoral y violar la soberanía de Venezuela.
A las 12:06 de la noche, el CNE anunció los primeros resultados con el 80 por ciento de las mesas escrutadas: 59 por ciento de participación electoral, 51.20 por ciento de votos para Maduro y 44.2 por ciento para González. El presidente del CNE, Elvis Amoroso, denunció acciones terroristas contra el sistema electoral y llamó a respetar la voluntad del pueblo y la paz.
Como se sabe, los resultados generales de la elección provienen de una sumatoria de los resultados a nivel centro de votación que se contienen en las actas. Además, en Venezuela utilizan mecanismos electrónicos de votación, es decir, que los resultados de cada centro de votación se conocen prácticamente de manera inmediata. Pues bien, el CNE no dio a conocer dichas actas dentro del plazo legal de 48 horas, es más, a dos semanas de la elección, las autoridades electorales venezolanas no han dado a conocer las actas con los resultados.
Sin embargo, la Oposición, en una efectiva maniobra política, basándose en el conocimiento del régimen de Maduro, diseñó un mecanismo de transparencia para dar a conocer en internet los resultados de las actas en su poder. Frente a la previsible opacidad del CNE, los opositores construyeron una vitrina transparente de los resultados acta por acta.
Maduro celebró su victoria como un triunfo de la paz y la dignidad de Venezuela. Sin embargo, la comunidad internacional, con pronunciamientos directos de los presidentes de Chile y Costa Rica, expresó desconfianza y rechazo a los resultados. La Oposición, encabezada por María Corina Machado, declaró haber ganado las elecciones y exigió transparencia al CNE.
Desde las primeras horas del 29 de julio, organizaciones nacionales y extranjeras demandaron al CNE la publicación de las actas de cada mesa receptora de votación. La situación en Venezuela sigue siendo crítica, y la legitimidad del proceso electoral continúa bajo escrutinio.
La proclamada paz de Maduro está lejos de ser una realidad aceptada por todos, y el futuro del país ya no puede depender de la capacidad de sus instituciones, pues no garantizaron de origen un proceso democrático, genuino y transparente. Todo lo contrario, la concentración del poder por Nicolás Maduro lo convirtió en la cabeza de todas las instituciones; paradójicamente, hoy más que nunca necesita de una salida institucional independiente e imparcial que no tiene, pues él mismo se encargó de cancelarla.
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Este artículo se benefició del trabajo profesional del Observatorio de Reformas Políticas en América Latina del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM.
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Especialista en materia político-electoral, comunicación política e innovación
@RobertHeycherMx
Animal Político / @Pajaropolitico