La paradoja del 'machismo' intercultural

Omar Lizárraga Morales
01 julio 2024

Con las migraciones globales, las relaciones interculturales han crecido exponencialmente, y una consecuencia de ello, han sido los matrimonios entre personas de distintas nacionalidades.

En este tipo de matrimonios, ambos integrantes traen a la relación consigo, experiencias culturales, como pueden ser expectativas de género, formas de crianza, un idioma, y en general, un estilo de vida.

En nuestra región no es la excepción, pues miles de hombres y mujeres sinaloenses se han casado con extranjeros que conocen en distintas circunstancias. Tan solo en el periodo de 2015 a 2020 el Registro Civil del estado de Sinaloa documentó un total de 1,832 matrimonios entre ciudadanos estadounidenses y sinaloenses. De ese total, 1,026 fueron entre hombre estadounidense y mujer sinaloense. El resto fueron entre hombre sinaloense y mujer estadounidense.

Pues bien, en un estudio que realizamos en la Facultad de Ciencias Sociales de la UAS, nos propusimos analizar la dinámica cultural al interior de esos matrimonios. En este caso, elegimos parejas que al casarse emigraron al extranjero; se fueron a vivir al país de origen de su esposo.

Al fenómeno de “casarse hacia afuera” con un hombre de otra nacionalidad, se le conoce como exogamia. El término es utilizado para referirse a la unión conyugal entre personas pertenecientes a grupos de población distintos y con fronteras culturales claras, ya sea en cuanto a cultura o nacionalidad.

En esa investigación, en un primer momento se les preguntó a ambos cónyuges, qué fue lo que más le atrajo de su pareja para decidir casarse con él/ella. Las respuestas fueron variadas, pero una respuesta que se repitió muchas veces entre las mujeres, fue que rechazaban la masculinidad “machista” de los hombres mexicanos, y que veían en los extranjeros una masculinidad más igualitaria.

Por otra parte, al preguntar a los hombres extranjeros qué les atrajo más de sus esposas mexicanas, también las respuestas fueron múltiples, pero una respuesta que también se repitió mucho, fue que les atraía el tipo de feminidad mexicana; que son más “tradicionales”, “dóciles” y “serviciales”. Y que las mujeres de su país de origen eran más empoderadas e insumisas.

Estos hallazgos me llevaron a reflexionar y conceptualizar la paradoja que titula esta columna. Algunos datos que refuerzan esta paradoja son por ejemplo que, en varias de las parejas entrevistadas, en las que ambos cónyuges trabajan formalmente, es la mujer quien asume la mayoría de las responsabilidades domésticas, aún cuando las responsabilidades financieras se reparten por igual.

Este hallazgo es fundamental para entender mucho de la hegemonía de poder al interior de estas familias, pues aún en los casos en los que la mujer es mayor de edad que ellos, y trabajan formalmente, son ellas las responsables de los trabajos domésticos y asumen la crianza de los hijos.

Lo anterior nos da a entender que el poder al interior de sus hogares, se basa en algo más allá del ingreso económico. Se basa en el modelo de masculinidad hegémonica que se da en las sociedades tradicionales.

Es cuanto...

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omar_lizarraga@uas.edu.mx