¿La médico o la médica?

Rodolfo Díaz Fonseca
03 febrero 2018

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Un lector culiacanense envió un correo electrónico para preguntar si se debía decir la médico o la médica, pues se quedó con la duda después de leer una nota publicada en la portada de la sección Local del miércoles 24 de enero, en la que se señaló que una maestra del grupo de jubilados y pensionados de la sección 27 del SNTE se desmayó en el Congreso local y fue auxiliada por “la médica de la Legislatura, Verónica Ochoa”.

En un artículo publicado por Jorge Linares Angulo el lunes 14 de mayo de 2007, en el diario El Tiempo, de Venezuela, se dio respuesta a esta pregunta.

 

¿La médica o la médico?

“A menudo escuchamos decir o leemos: «Margarita es médico», «Mireya se graduó de ingeniero», «Laura es odontólogo», «Janeth es arquitecto», etc. Ocurre con frecuencia y es una de las irregularidades del uso del español: se cree que los nombres de las profesiones son masculinos solamente e incluso las mujeres mencionan su profesión atribuyéndole el género masculino.

“Lo cierto, sin embargo, es que los nombres de los oficios y profesiones responden a los dos géneros (ello no es nuevo: las ediciones contemporáneas del DRAE siempre lo han señalado). No solamente se puede sino que se debe decir (refiriéndose a la mujer, claro está): médica, abogada, ingeniera, arquitecta, odontóloga, farmacéutica, bióloga, física, psicóloga, zoóloga, química, fisióloga, pedagoga, bibliotecaria, filósofa, técnica, consultora, ministra, jueza, música, senadora, procuradora, biógrafa, etc., etc.

“Existen también -y son una minoría- los nombres comunes, atribuibles a ambos géneros. Son los, en su origen, terminados en «a»: psiquiatra, terapeuta, pediatra, fisiatra. Basta con anteponerles el artículo determinado «el» o «la» para designar el género: el psiquiatra, la psiquiatra. Otros como «conserje», «cónsul», igualmente declarados comunes, forman su género con el mismo artículo: el conserje, la conserje, el cónsul, la cónsul (aunque la Real Academia Española -RAE- también admite «consulesa»).

“Hay particularidades -yo incluso diría rarezas- como el término «contralor», designado por la Real Academia sólo como masculino. El DRAE otorga a este vocablo tres significados, todos coincidentes en la indicación de la persona encargada de la supervisión y examen de los gastos oficiales (de las casas reales, algunas instituciones castrenses y entidades públicas). Digo rarezas porque en este caso la RAE -al confinar el término al género masculino- sólo admite que el cargo u oficio de contralor es ejercido por hombres y ello supone una incongruencia porque como se constata a diario la mujer ha asumido todos los roles profesionales en la sociedad. Habría que decir, según la fórmula de la RAE, por ejemplo, «Carmen Pérez es el contralor del estado» puesto que ni siquiera podría decirse es «la contralor». No hay duda de que el confinamiento masculino de este término es un verdadero arcaísmo porque la RAE define sus significados apoyada en razones históricas, todas superadas en este caso. Por tanto, con respaldo en la lógica del habla y la legitimidad del uso, el vocablo «contralor» puede emplearse tal como se emplean los nombres de las profesiones en general respecto de los géneros. A pesar de la RAE y su instrumento de campaña, el DRAE, es absolutamente correcto decir «Carmen Pérez es la contralora del Estado».

“Tan es cierta la consagración de los dos géneros para los nombres de las profesiones que el DRAE hace la salvedad de que solamente las cuatro tradicionales (de abogado, médico, ingeniero y arquitecto) «morfológicamente pueden usar la forma masculina para designar el femenino». Es decir, consagra ambos géneros para estas cuatro profesiones, pero concede que la forma masculina puede designar el femenino, lo cual es una estupidez sólo explicable porque se trata de las cuatro profesiones liberales que en el pasado sólo fueron ejercidas por hombres. Y es también un rasgo de la inercia conservadora de la Academia que, amén de contradictorio, introduce una perniciosa inseguridad en los hablantes.

“Nada hoy en día autoriza el empleo exclusivo del masculino para nombrar las profesiones y oficios. Decir que «Migdalia Suárez es médico» o abogado, ingeniero, odontólogo, etc. es intrínsecamente incorrecto y secuela de una larga tradición sexista afectada de impropiedad semántica, completamente desautorizada por la realidad. Perogrullo tiene la palabra: basta ya de una discriminación pueril; las mujeres no sólo han alcanzado plenitud de derechos sino que han abordado todas las profesiones con una solvencia irrefutable. Mujeres que me leen: reivindiquen en el lenguaje su género y no se dejen intimidar por el prejuicio de la costumbre”.

https://www.fundeu.es/noticia/la-medica-o-la-medico-3763/

 

Actualización de la RAE

El artículo citado de Jorge Linares Angulo, como se señaló al inicio, fue escrito en el año 2007. Siendo justos, habrá que subrayar que actualmente el Diccionario de la RAE indica ambos géneros en el concepto contralor: “contralor, ra”. http://dle.rae.es/?id=AZzNfhE).

El Diccionario panhispánico de dudas es, también, muy puntual y preciso: “médico -ca. ‘Persona que ejerce la medicina’. El femenino es médica (→ género2, 3a): «La médica quiere tratarle la cistitis con nitrato de plata» (Futoransky Pe [Arg. 1986]). No debe emplearse el masculino para referirse a una mujer: la médico”.

http://lema.rae.es/dpd/?key=m%C3%A9dico+o+m%C3%A9dica

 

¿Tabús o tabúes?

Una lectora culiacanense hizo una consulta telefónica sobre una cabeza publicada en la portada de la sección Gente del sábado 27 de enero: “Exhortan a eliminar tabús?”. Su pregunta fue acerca de si el plural es tabús o tabúes.

“El sustantivo tabú que significa ‘prohibición de tocar, mencionar o hacer algo por motivos religiosos, supersticiosos o sociales’ tiene dos posibles formas de plural: tabús y tabúes, ambas correctas según el Diccionario panhispánico de dudas.

“De este modo son correctos los plurales de este término registrados en los siguientes ejemplos de la prensa: «Existen muchos tabús, muchos falsos tópicos alrededor de la retirada de los deportistas» y «Una generación sin tabúes».

https://www.fundeu.es/recomendacion/tabu/

En efecto, el Diccionario de la Real Academia Española prescribe lo siguiente:

“Sustantivos y adjetivos terminados en -i o en -u tónicas. Admiten generalmente dos formas de plural, una con -es y otra con -s, aunque en la lengua culta suele preferirse la primera: bisturíes o bisturís, carmesíes o carmesís, tisúes o tisús, tabúes o tabús”.

http://lema.rae.es/dpd/srv/search?id=Iwao8PGQ8D6QkHPn4i

Aprovechando la recta, como se dice en el argot beisbolístico, en el sumario de la nota se omitió una coma muy importante: “Amparo Medina preside la conferencia Educación afectiva, mitos y realidades sobre el sexo evento a favor del Seminario Diocesano de Culiacán”. Al omitir la coma, parece decir que se efectuó un sexo evento.

 

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