La inútil visita de Polevsnky a Sinaloa. Vino a defenderse ella, no a Morena

Alejandro Sicairos
09 enero 2020

""

alexsicairos@hotmail.com

 

Más complicado que pronunciar su nombre es el lío fenomenal que Yeidckol Polevnsky Gurwitz ocasionó entre los militantes y simpatizantes del Movimiento Regeneración Nacional en Sinaloa. Se creía que la dirigente de este partido traería reconciliación interna y claridad sobre el perfil de las candidaturas que jugarán en la elección de 2021, pero dejó más intrigas, dispersión y confusión de las que ya había.

Nada de quién dirigirá a Morena en Sinaloa, ausencia total de sanciones a las traiciones que convierten al partido en pelea entre lobos, desconocimiento cómodo de las actitudes de alcaldes que creen que las leyes se hicieron para violarlas y ningún llamado de atención a morenistas que no solo se creen con las candidaturas en la bolsa sino con elecciones ganadas. Todo está perfecto: “siempre hay diferencias, pero eso no debe de espantar porque es normal”.

La presidenta nacional de Morena es en sí parte de la alambrada en que luce atorado el partido del Presidente Andrés Manuel López Obrador. La legitimidad de ella como líder del morenismo trastabilla en la cuerda floja de la desconfianza porque en octubre de 2019 el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación la inhabilitó para participar en la contienda interna de renovación de dirigencia, además de aparecer en la lista de grandes contribuyentes beneficiados por el Sistema de Administración Tributaria con condonaciones de impuestos en el periodo 2007-2015.

Con tales fantasmas pisándole los talones, en la reunión que presidió en Culiacán la tarde del martes, Polevnsky dejó la impresión de que vino a salvarse ella en lugar de acudir a rescatar a Morena de los resquebrajamientos que presenta en Sinaloa, echando abajo la esperanza de que trajera al adhesivo político que ayudara a reparar el destartalado mecanismo que mueve lento y con trampas al morenismo estatal.

Ni siquiera a engrudo llegó en tal intento de cohesión porque las referencias vagas, los personajes grises y la desinformación que alegó en descargo la pusieron en una posición nula, sin correctivos o equilibrios, ya que durante casi tres horas dijo tantas cosas y ninguna a la vez en la fallida maquinación para serenar a los grupos locales de Morena que a la menor insinuación de pleito se traman entre ellos.

Por ejemplo, se pronunció por evitar a los “ocurrentes” (oportunistas, quiso decir) y frente a ella estuvo sentado en la reunión Gerardo Vargas Landeros, el dirigente estatal de Redes Sociales Progresistas, a quien Polevnsky considera un cuadro político que Morena debiera tener en sus filas.

Polevnsky falta a la verdad al decir que no conoce a Gerardo Vargas. Se han encontrado cara a cara. En noviembre de 2018 tanteó el terreno al interior del partido con miras a que el ex Secretario de Gobierno en el sexenio de Mario López Valdez tomara el mando morenista en Sinaloa, fracasando en el intento por la oposición de actores políticos locales que le advirtieron del alcance de tal despropósito.

Tampoco se le puede creer que siendo la cabeza de Morena en México no tenga información del desastroso desempeño de los alcaldes de Mazatlán, Luis Guillermo Benítez Torres; de Culiacán, Jesús Estrada Ferreiro, y de Ahome, Manuel Guillermo Chapman Moreno, anunciando que apenas verificará la mala actuación de estos ediles. ¿Acaso se enteró del intento orquestado por morenistas golpistas para destituir a Graciela Domínguez como presidenta de la Junta de Coordinación Política del Congreso del Estado?

Destaca asimismo la simulación contra el “chapulineo” porque Polevsnky alienta a morenistas que desempeñan puestos de representación popular para que participen en las elecciones concurrentes del 6 de junio de 2021. A no ser que se trate de un mensaje directo para Rubén Rocha Moya, quien se postularía al Gobierno de Sinaloa antes de concluir el período para el que fue electo como Senador, detrás de la advertencia a los saltarines no hay más que fingimiento.

La Polevsnky que vino a Culiacán no es la que Morena necesita en Sinaloa para serenar a acelerados, renegados, golpistas y fracasados. Es la líder de unos cuantos, representados en militantes y aprontados que asistieron a la reunión, pero igual es la encarnación de discordias, personificadas en los ausentes que la consideran factor de segregación y descomposición.
Es la Yeidckol Polevnsky que al respaldar la decisión que en octubre tomó el Comité Ejecutivo Nacional de Morena, de suspender la elección de dirigente de este partido, ganó tiempo en la estrategia de seguir al frente de la organización que fundó Andrés Manuel López Obrador. Y ahora que estuvo en Culiacán evidenció la campaña personalísima para extender su liderazgo y, sin importar la legitimidad o idoneidad, alterar la democracia intramuros.

 

Reverso
Como si en el fut sucediera,
Que un árbitro anote gol,
Aquí no hubo quién le creyera,
A la narrativa de Yeidckol.

 

El loco de la Casa Blanca
Qué terriblemente caro le está costando al mundo la demencial campaña de Donald Trump para reelegirse como Presidente de Estados Unidos. Cuando el proyecto continuista se le caía por el procedimiento de juicio político que le abrió el Congreso de su país, el actual habitante de la Casa Blanca creó una guerra con el solo pretexto de que Irán planeaba un “ataque inminente” contra los estadunidenses. Y, como siempre, es la comunidad internacional la que paga por las locuras de quien en su ambición sin límites es también capaz de detonar crisis internacionales de repercusiones infinitas. Hoy menos que nunca dejemos de recordar que en México tenemos un vecino incalculablemente peligroso.