La FIL y el conflicto Alfaro-UdeG
Difícilmente alguien regatearía que la Feria Internacional del Libro (FIL) es el acontecimiento literario, cultural y de debate político más importante de Guadalajara y uno de los más relevantes de México y América Latina. Por sus salones y pasillos han pasado los autores literarios más importantes del mundo; creadores culturales, intelectuales, artistas y científicos más significativos de la cultura contemporánea. Gracias a esta iniciativa de la Universidad de Guadalajara (UdeG) lanzada en 1986, miles de mexicanos y extranjeros hemos podido conocer de viva voz la creación y el pensamiento de estos personajes.
Justo por su propio peso cultural y literario, la FIL también es un foro y botín político. Por un lado, su realización ha propiciado que el grupo político que gobierna la UdeG, con Raúl Padilla López a la cabeza, haya tejido relaciones y vínculos con estos creadores e intelectuales del país y del mundo que ha capitalizado para su beneficio, legitimando su control de la UdeG. De otro lado, los adversarios de Raúl Padilla López han tratado de afectar la FIL con el propósito de confrontar al grupo UdeG.
El sábado se inauguró la edición 37 de la FIL en un contexto político marcado por la confrontación que el grupo político que controla el Gobierno del estado, con Enrique Alfaro Ramírez a la cabeza, decidió lanzar en contra de las autoridades y el grupo que gobierna la UdeG.
¿Por qué un Gobierno estatal decide emprender acciones contra las autoridades de la UdeG? No es usual que los gobiernos de los estados confronten a sus universidades públicas. En el caso de Jalisco, se debe al peso patrimonial y político que tiene la UdeG. Con un presupuesto cercano a los 14 mil millones de pesos su gasto público se asemeja al de Gobierno estatales como Colima y Nayarit. Con sus casi 28 mil académicos y trabajadores la UdeG es el segundo aparato público en Jalisco, luego del Gobierno estatal. Y con su más de 315 mil estudiantes es la segunda universidad pública de México, luego de la UNAM.
Un aparato público de estas dimensiones genera apetitos e intereses políticos. Actualmente la UdeG es gobernada y controlada desde hace 32 años por el grupo que encabeza Raúl Padilla López, ex dirigente estudiantil y ex Rector de casa de estudios de 1989 a 1995. El control de la UdeG ha hecho de este grupo político uno de los más fuertes en la entidad y desde antes de este grupo que encabeza Padilla, los dirigentes universitarios han pasado por puestos públicos. Antaño el viejo PRI solía darle una diputación local al grupo dominante en turno. En el caso del actual grupo, ha tejido distintas alianzas con candidatos y partidos políticos, desde el PRI, el PRD, hasta Movimiento Ciudadano. Y recientemente promovió la creación del partido estatal Hagamos.
El actual Gobernador de Jalisco ha buscado el acuerdo con el grupo UdeG en dos ocasiones: en 2009 cuando buscó la Presidencia Municipal de Tlajomulco. Alfaro rompió la relación con los universitarios alegando que pretendían más posiciones en el Gobierno de las que aceptaría darles y trató construirse una imagen de un político que no aceptaba el “cacicazgo” de Raúl Padilla.
Pero de modo paradójico, Alfaro y su grupo buscaron nuevamente la alianza con los universitarios. Fue en 2018, cuando buscó el gobierno de Jalisco.
Después de estos dos momentos en que el grupo de Alfaro ha buscado y pactado una alianza y un acuerdo político con el grupo que encabeza Raúl Padilla, en agosto de 2021 el Gobierno estatal decidió romper este acuerdo y embestir a la UdeG primero recortando recursos para la construcción del Museo de Ciencias Ambientales y posteriormente ampliando la confrontación a otros ámbitos como el Poder Judicial y el Poder Legislativo, donde se cierran los espacios para actores políticos identificados con el grupo UdeG.
Después de la alianza que lo ayudó a llegar al poder, ahora el Gobernador sostiene que llegó el fin del control de la UdeG por el grupo que encabeza Padilla, alegando que hacen negocios personales a costa del manejo de la universidad.
La respuesta del grupo UdeG con los pronunciamientos y las marchas hacia Casa Jalisco, la residencia y oficina del Gobernador Alfaro, ha sido tomado como un desafío y se ha respondido con un escalamiento del conflicto, en lugar de buscar un diálogo y una negociación.
Luego de un intento fallido de encontrar un acuerdo a comienzos de este año, desde el grupo gobernante estatal se ha escalado el conflicto y se ha materializado en el recorte y control presupuestal, en visitas sin invitación por parte del Gobernador a los centros universitarios y más recientemente un nuevo recorte presupuestal de más de 37 millones de pesos por el supuesto gasto en las marchas que han realizado los universitarios.
El recorte de presupuesto decidido por los diputados de Movimiento Ciudadano y sus aliados en el Congreso de Jalisco al presupuesto de la UdeG fue calificado como un “impuesto por manifestarse” y como un acto de censura por las movilizaciones que incomodan al Gobernador.
Pero el conflicto escaló a un nivel sin precedente ahora que se conoce que el grupo del Gobernador quiere boicotear las actividades de la FIL, primero prohibiendo la asistencia al evento de los funcionarios del Poder Ejecutivo e instruyendo a los representantes de los poderes Legislativo y Judicial, así como a los gobiernos municipales en manos del partido gobernante. Prácticamente esta instrucción del Gobernador es como una confesión de parte que él manda sobre todos los poderes públicos y los ayuntamiento en manos de MC, olvidando toda división e independencia de poderes y niveles de Gobierno.
Aunado a esto, se convocó a una marcha en las inmediaciones de la FIL el sábado 26 cuando fue inaugurada la 37 edición de la FIL, supuestamente para respaldar a Enrique Alfaro de los “ataques de la UdeG” a su Gobierno, según mensajes de voz de transportistas a quienes se obliga a asistir a este mitin. A los trabajadores del Poder Ejecutivo se les exige que asistan y lleven a tres personas más a la manifestación con la consigna “Más universidad y menos negocios”. Esta provocó roces entre universitarios y seguidores de Alfaro y la obstrucción de varias personas que asistían al primer día de la Feria del Libro.
Además de esto, existe la preocupación de que durante los días de la FIL puedan organizarse protestas pagadas por militantes de MC o funcionarios estatales dentro de Expo Guadalajara, tratando de provocar situaciones de riesgo durante el evento. Muchas veces los adversarios o críticos del grupo que controla la UdeG han cuestionado o han dejado de asistir a la FIL, pero nunca desde un Gobierno se propuso un boicot a gran como está ocurriendo hoy contra este evento literario de alcance mundial. Una decisión que se interpreta más como un berrinche inmaduro del actual Gobierno en lugar de encontrar cauces para resolver el conflicto. Un evento como la FIL debería quedar al margen de la confrontación entre grupos políticos.