La Fiesta de las Linternas

Alfonso Araujo
09 febrero 2020

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Hoy es el día que tradicionalmente marca el final de las festividades del Festival de Primavera, o Año Nuevo Chino: son dos semanas completas que comenzaron el 24 de enero y que terminan con la bellísima Fiesta de las Linternas. Si bien ya no se toman oficialmente las dos semanas completas de vacaciones, muchas fábricas chinas sí permiten que sus trabajadores regresen a trabajar hasta pasada esta celebración.

Este es el día en que se han concluido las visitas a la familia de cerca y lejos, que se han intercambiado toneladas de comida y cientos de “sobres rojos” con dinero de buena suerte, y hoy es que se encienden miles de lámparas rojas tradicionales para por fin inaugurar el nuevo ciclo agrícola, alejando definitivamente a los espíritus malignos con el sonido de los fuegos artificiales.
Este año, sin embargo, la Fiesta de las Linternas tiene un tono triste. La misma víspera de Año Nuevo recibimos las noticias de que la emergencia sanitaria era grave, de que debíamos quedarnos en casa, y de que las celebraciones serían básicamente canceladas. Durante 16 días hemos vivido una cuarentena autoimpuesta en todo China, mientras somos testigos del cerco sanitario más grande de la historia, y vemos con angustia cómo la gente de la provincia de Hubei se enfrenta a situaciones que mueven a las lágrimas. Al mismo tiempo nos preocupamos por nuestros trabajos, haciendo home office mientras las cosas vuelven a la normalidad, pero sabiendo que la economía y los planes de este año sufrirán fuertes golpes para los que debemos prepararnos.
Pero cuando vemos la solidaridad de la gente, los sacrificios que se realizan, el apoyo dentro y fuera de China, y la velocidad a la que científicos de todo el mundo se han puesto en contacto a trabajar en este problema, el corazón se reconforta. Somos mejores que nuestras diferencias y nuestras manías, y ciertamente somos mejores que nuestros prejuicios. Un antiguo proverbio chino dice que “en tiempo de paz somos como los dedos de una mano abierta, cada quien por su lado; pero en tiempo de guerra nos cerramos como un puño ante el enemigo”. Ese refrán está pensado en el contexto de guerras entre naciones, pero valga hoy para ser repensado para la humanidad ante los retos que nos esperan en el futuro. Que el coronavirus sea ejemplo de los reales enemigos que afrontamos como especie.
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El autor es académico ExaTec y asesor de negocios internacionales radicado en China


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