La esclavitud del Siglo 21: ‘El nivel de vida’
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¿Piensas que es inconcebible que tú no viajes a los mismos lugares que viajan tus vecinos? ¿Te preocupa qué van a pensar otros si cambiaras a tus hijos de la escuela cara en la que están hoy a una más barata? ¿Comparas tus autos con los de tus vecinos y piensas que debes cambiarlo antes de que esté más viejo que el de los demás? ¿Te sientes atrapado en un empleo o actividad que no te hace feliz, pero, paga las cuentas? ¿Te parece imposible siquiera considerar el bajar tu nivel de vida?
Si algo de esto te hace clic (muy internamente porque entiendo que no lo vas a admitir fácilmente) quizá debes preguntarte si no eres “Esclavo de tu nivel de vida”. En estos tiempos, un mal que aqueja a la clase media (y aun a la clase alta) es la excesiva preocupación por el qué dirán e incluso lamentablemente por aparentar lo que no se tiene. Mucha gente te puede decir que no, que no le importa lo que los demás piensen, pero en la realidad sus acciones apuntan a cosas muy diferentes. Un indicador muy representativo es el uso del crédito. Si la mayoría de las cosas que tienes las debes, puedo decirte con cierta certeza que están viviendo en un nivel que no te corresponde y que lo único que estás haciendo es pasar el problema más adelante. Robert Kiyosaki y nuestro querido Donald Trump en un libro titulado “Queremos que seas rico” dicen que no existe la clase media, solo existen ricos y pobres. Cuando alguien interpela que entonces ¿Qué es la clase media como la conocemos? Trump contesta que son pobres aparentando ser ricos. No estoy de acuerdo al 100 por ciento, con esa afirmación, pero sí considero que es demasiado común el que mucha gente aparente tener más de lo realmente tiene o se hace de cosas que no podrá pagar utilizando para ello el crédito, que, dicho sea de paso, es extremadamente caro. Un crédito de tarjeta va de 25 al 55 por ciento. Claro, están los meses sin intereses, sin embargo, eso no quita que estás adquiriendo cosas por arriba de tu capacidad de compra real, que tarde o temprano tendrás que pagar.
La esclavitud del nivel de vida tiene varias aristas riesgosas:
1. Vives a través de los demás, y como sabemos a los demás nunca les vas a dar gusto. Se convierte en una penosa carrera por presumir, por ver quien hace la fiesta infantil más grande (casi a nivel de una boda) para un niño que a veces no tiene ni edad para apreciarla y simplemente le estás enseñando que su valía va en función de tener una fiesta más grande y cara que sus compañeros.
2. Si tu nivel de ingresos no es suficiente contraes deudas que ponen en serio riesgo tu futuro financiero y en el mejor de los casos, si no te endeudas, tampoco te permite destinar una parte de tu ingreso al ahorro e inversión para trabajar en tus sueños, planes futuros, tu vejez y tu independencia financiera.
3. Sé que va a sonar muy fuerte lo que te escribiré a continuación, pero esta reflexión la escuché en un curso y realmente me marcó de manera importante. Cuántas personas hay que están atrapadas en un trabajo que odian, simplemente porque el sueldo es muy bueno y han contraído un nivel de gastos tal que no podrían prescindir de su empleo. Esto es lo que Kiyosaki llama “la carrera de la rata” imagina al hámster en su rueda, mientras más corre más gira la rueda, pero no va a ninguna parte. Cuando tienen un aumento inmediatamente suben su nivel de vida y su esclavitud de prolonga. Lo fuerte de mi comentario es lo siguiente “¿Qué diferencia tiene esto con la prostitución?”. No estás acaso dando lo mejor que tienes: “Tu vida, tu felicidad, quizá tu integridad en un empleo que no te satisface” a cambio de dinero.
¿Cómo se rompe con esta esclavitud? Creando y siguiendo un plan para lograr independencia financiera que pasa por crear una base sólida de activos (muy pronto te compartiré artículos sobre conceptos básicos de activos y pasivos y sobre presupuesto familiar). No te digo que, si estás en esa situación simplemente renuncies, porque entonces estarás comprando un problema serio al corto plazo, pero lo que sí deseo es que reflexiones sobre esto y te preguntes: ¿Soy realmente feliz haciendo lo que hago? ¿No puedo renunciar a lo que hago porque tengo una carga financiera imposible de cubrir con la opción de trabajo que me haría feliz?
La vida es bastante corta y un día puedes despertarte dándote cuenta que la has desperdiciado haciendo lo que no te gusta solo por ganar dinero, que los que amas se han ido y no pudiste estar con ellos porque estabas muy ocupado haciendo dinero para darle gusto más que a tu familia, a otros que no te importan, en el juego de aparentar o de querer poner la felicidad en sentir que tienes más que los demás.
Ahora, si honestamente respondes que no te importan los demás, pero que sencillamente no podrías dejar de vivir como vives, solo te pido que reflexiones si realmente tener tantas cosas te vuelve pleno y feliz, o bien, si una vez que tienes aquello que tanto deseabas, pierde su encanto y ahora están buscando algo nuevo para que el ciclo se repita.
Quizá es trillado recordar que el valor de una persona no está en lo que tiene sino en lo que es. Nadie vale más por tener una mejor casa o un mejor coche sino por ser una mejor persona.
Sé valiente y atrévete a buscar que tus recursos te lleven a la felicidad y no a darle gusto a otros. Si haces un buen plan financiero te darás cuenta que muchos de tus gastos realmente no son necesarios o no abonan a tu verdadera felicidad: por favor dedica un rato de tu tiempo para pensar si lo que hoy en día haces realmente te hace sentir pleno y realizado.
Recuerda que el dinero que logres hacer en tu vida no te lo podrás llevar, solo te llevas lo que hayas hecho por los que te rodean y los que amas. Y aunque creas lo contrario, por lo general no recordarán las cosas que compraste para ellos sino el tiempo y el amor que les dedicaste. No puedes comprarle el éxito en la vida a tus hijos dándoles una educación cara. Su éxito dependerá más de los valores y virtudes que tú les inculques, que de su título profesional.
Director Comercial en Ingredion México
Profesor del área financiera y control en ICAMI Región Occidente
ICAMI, Centro de Formación y Perfeccionamiento Directivo