La 'erosión democrática', en marcha

Francisco Ortiz Pinchetti
16 febrero 2022

Después de toda una campaña de descalificación del órgano electoral mexicano, este viernes el INE emitirá la convocatoria para la consulta constitucional sobre Revocación del Mandato al Presidente de la República. El supuesto ejercicio de participación ciudadana directa llega a estas alturas absolutamente distorsionado, manipulado, desprestigiado y cuestionado.

Por principio de cuentas, la consulta no cumplirá con los preceptos legales señalados por la Carta Magna, al ser imposible para el INE montar un aparato equiparable a una elección constitucional debido al recorte presupuestal que limita los recursos de que dispone. De entrada sólo podrá instalar una tercera parte de las 161 mil casillas que funcionaron en las elecciones intermedias de 2021, el más reciente referente. Sólo serán 57 mil las mesas de votación las que se instalen en todo el país.

Se dilapidarán sin embargo mil 579 millones de pesos en una no-consulta que supuestamente sólo servirá para “ratificar” el mandato de Andrés Manuel y no para preguntar a la ciudadanía si está de acuerdo o no en que se le revoque ese mandato; pero tampoco ese objetivo personal y partidario se logrará, porque para ser efectiva la consulta se requeriría la participación de más del 40 por ciento del electorado inscrito en el padrón, lo que cualquiera puede asegurar que no se cumplirá, ni con mucho.

Tan inútil como la “consulta popular” de 2021 para enjuiciar a los ex presidentes de la República: no sirvió para nada. Y se botaron en ella mil 500 millones de pesos.

Ahora, pese al mandato del Tribunal Electoral en el sentido de que el Gobierno federal a través de la Secretaría de Hacienda (SHCP) debería garantizar los recursos suficientes para efectuar la consulta de revocación en sus términos constitucionales, la dependencia hacendaria le negó al INE los mil 738 millones de pesos adicionales requeridos. Así, ni modo, tendremos un supuesto ejercicio democrático “mocho”.

En suma, este sainete en el que se han visto involucrados además del órgano electoral el propio Presidente López Obrador, la SCJN, el Congreso de la Unión, los partidos políticos y el Tribunal Electoral federal, sólo ha servido para desprestigiar y debilitar deliberadamente al INE, como preámbulo a la ya anunciada intención de menguar su autonomía y convertirlo en un órgano controlado otra vez por el gobierno en turno, mediante una contrarreforma electoral como la que ya esbozó varias veces el Mandatario tabasqueño durante sus sermones matutinos desde el púlpito presidencial.

Hace unos días, por cierto, el tema de la “erosión democrática” en el mundo fue abordado en un diplomado organizado por el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, sobre “Elecciones, Representación Política y Gobernanza Electoral. Reglas, actores, procesos e innovación democrática”.

Especialistas de diversos países expusieron ahí que existe creciente preocupación a nivel internacional por dicha “erosión democrática”, porque los regímenes parecen ser desmantelados desde adentro por fuerzas políticas que han llegado al poder por la vía democrática; es un proceso que no es nuevo, pero parece multiplicarse en años recientes, llegando incluso a países como Hungría, Polonia y, potencialmente, Estados Unidos.

Y que ahora lo vemos también, nítidamente, en México.

El investigador de la Universidad de Notre Dame, Aníbal Pérez Liñan, quien ofreció la charla “Las elecciones bajo sospecha: El ataque a las instituciones electorales y la defensa de la democracia”, detalló que actualmente se debate si ese fenómeno genera una ola de autocratización en el mundo, o si se trata de un proceso aislado en algunas naciones.

A su vez, al clausurar los trabajos de esta actividad académica, el director del IIJ, Pedro Salazar Ugarte, recordó que el contexto en el cual se desarrolló permite visualizar el momento en el que se encuentran los procesos democráticos dentro y fuera de México. Comentó que un diplomado de este tipo, que no se centra en las elecciones, sino en la representación política y la gobernanza electoral, y que incluye distintas dimensiones de actores, reglas y procesos, es importante y vigente.

Las maniobras realizadas desde el poder para quitarle credibilidad al INE y descalificar a los consejeros integrantes de su Consejo General, impulsadas desde Palacio Nacional, obedecen puntualmente a una estrategia de regresión democrática, que en pocas palabras es un proceso en el que las normas e instituciones básicas de una democracia son gradualmente erosionadas y a la larga destruidas, casi siempre de manera legal, ojo, por líderes y partidos que fueron electos popularmente. Y generalmente se trata de un proceso lento, visible... y anunciado. Válgame.

VAMOS BIEN. Un aeropuerto que será inaugurado en mes y medio con sólo dos aerolíneas y tres vuelos diarios, sin transporte público desde la ciudad y que tendrá que ser subsidiado durante cuatro años; un trenecito que ya es un desastre y vuelve a modificar su ruta, y una refinería acuática cuya retrasada construcción costará 40 por ciento más, cuando menos, que lo presupuestado originalmente. Vamos requetebién.