La detención de los africanos en México

Rubén Aguilar
30 octubre 2023

En los últimos tres años la detención de migrantes africanos en México, camino hacia Estados Unidos, creció en 1,250 por ciento, según la Secretaría de Gobernación (Segob). Los arrestados en 2012 fueron 1,560; en 2022, 5,560, y en lo que va de 2023 son ya 21,158. La mayoría de los detenidos por las autoridades son de Senegal, Mauritania, Guinea y Ghana.

El Instituto Nacional de Migración (INM) sostiene que la llegada de migrantes africanos en las actuales proporciones es una nueva realidad en México. Este fenómeno está asociado a la radicalización del cierre de las fronteras de los países de Europa, para la migración africana, en particular Italia y Francia.

Eso ha provocado que estos migrantes vean a Estados Unidos como un nuevo punto de llegada y para eso es necesario transitar por México, que tiene un acuerdo de no dejarlos pasar. En los hechos la política de las autoridades mexicanas no difiere en mucho a la de los países de Europa. La Organización Internacional de la Migración (OIM) dice que en nuestro país hay también racismo y xenofobia.

La detención de los migrantes africanos corre a cargo de la Guardia Nacional (GN), convertida en policía migratoria, como lo señala Eunice Rendón, coordinadora de la organización Agenda Migrante. En la actualidad hay 34,158 efectivos destinados a la tarea de arrestar migrantes en el marco del “Plan de Migración en la Frontera Norte y Sur”.

Para Tonatiuh Guillén, que fuera titular del INM al inicio de la actual administración, la creciente migración africana no llega a números preocupantes. Todo lo que va en 2023 equivale a un mes de la migración de Honduras o Venezuela.

Es un hecho que la migración africana hacia Estados Unidos, pasando por México, seguirá en aumento ante las condiciones de África con conflictos armados, inestabilidad política y los efectos del cambio climático en la agricultura y la ganadería.

A esto se añade que ahora y hasta el 2050 la mitad del crecimiento de la población mundial se dará en ese continente, lo que sin duda aumenta el número de los migrantes en su intento por llegar a Estados Unidos.

En ese marco México tiene dos posibilidades: dar continuidad a la política migratoria represiva que se concentra en detener migrantes y luego deportarlos, o buscar cómo los integra a la actividad económica nacional. Distintos especialistas sostienen que si cambia la política migratoria, muchos migrantes se podrían quedar a trabajar en el país. Ahora hay zonas que están urgidas de mano de obra en el marco de la relocalización (nearshoring).

Rendón menciona el proyecto piloto auspiciado por el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), en colaboración con el gobierno mexicano, donde participaron 30,000 migrantes.

Se les conectó con empleadores, se les asesoró para abrir una cuenta bancaria y como resultado de su empleo en el transcurso de un año pagaron 170,000,000 de pesos al fisco. Hay otras posibilidades que solo la política represiva. Eso depende de las autoridades.