La consulta de AMLO: más leña al fuego

Alejandro Sicairos
09 agosto 2020

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¿Y la corrupción en planta de amoniaco?

 

A toro pasado, todo hace suponer que en lugar de solucionarlo agudizará más el conflicto la consulta que prometió Andrés Manuel López Obrador para que los primeros afectados decidan si se instala o no en Topolobambo la planta de fertilizantes. Una vez que el Presidente regresó a la Ciudad de México después de estar en Culiacán el 5 de agosto, los ánimos se recalentaron y las posturas a favor y en contra proceden a reagruparse en preparación del gran momento para derribarse entre sí, encono que dificultaría el referendo pacífico y socialmente acatable.
Aparte, las consultas realizadas por López Obrador nunca han acabado bien. La realizada en la tercera semana de diciembre de 2019 en estados del sureste mexicano arrojó el resultado abrumador del 92.3 por ciento que apoyó la obra del Tren Maya, sin embargo, eso no apagó las controversias por el daño que sufrirá el medio ambiente. La de Mexicali del 21 de marzo de 2020 que definió el destino de la cervecera Constellation Brands presentó una oposición mayor al 70 por ciento de la gente que participó y todavía un fuerte segmento poblacional lamenta las barreras impuestas a la inversión privada cuando más se necesita.
En el caso de la planta de amoniaco en la bahía de Ohuira, que según organismos ambientalistas y etnias tradicionales afecta el humedal protegido, clasificado como sitio Ramsar, la salida que ofrece AMLO más bien parece el lavado de manos ideal para el Jefe del Ejecutivo Federal sobre quien recae la responsabilidad de tomar la decisión fincada en el ámbito de sus atribuciones.
Es decir, el Estado mexicano estaría obligado primero a investigar y castigar a quienes durante el gobierno de Mario López Valdez (2011-2016) llevaron al grupo Proman, de capital suizo-alemán y el principal productor de amoniaco en el mundo, a esta aventura sólo por beneficiarse al venderle a precios de oro los terrenos que compraron malovistas a indígenas como si fueran tierras estériles. He ahí el origen de todo: ni la empresa que quiere instalar la planta ni los ciudadanos que se oponen tienen la culpa. Son las codicias y los negocios al amparo del poder los que generaron el problema.
Entonces la consulta es inviable y resulta extraño que Gas y Petroquímica de Occidente se haya adelantado a dar el voto de fe a López Obrador el mismo día que éste anunció aventarle el brete a la gente. Al celebrar la decisión presidencial y ofrecer que “en su momento acataremos el resultado de este ejercicio de democracia participativa”, la subsidiaria de Proman puso en alerta a los integrantes del colectivo “Aquí no”.
¿Por qué entregarle a AMLO tan espléndido cheque en blanco? Es muy probable que si la consulta se realizara en todo el estado la pudieran ganar los socios de la planta de amoniaco, pero de efectuarse solamente en el municipio de Ahome el resultado sería controvertible y estaría sujeto a muchas sospechas. Esto lo dice bien Jaime Montes Salas, coordinador de Programas Sociales Federales en Sinaloa: “Tenemos que estar observantes todos, pero con objetividad, claridad, basados en la ciencia; tenemos que ver la manera de que todos los procesos se hagan de acuerdo a la ley”.
Por lo pronto, el Presidente vino a alborotar la bitachera. Ya le dijo el Diputado federal panista Carlos Castaños que “es un chiste que quiera tomar una decisión como gobierno basado en una consulta sin metodología ni rigor científico”, y también ya le avisaron habitantes de Santa María, Topolobampo y Ohuira que no aceptan el mecanismo amloísta y que proseguirán por la vía legal en sus alegatos del daño ecológico y peligro para las familias que representa la fábrica de fertilizantes.
Por otro lado están las diputadas federales y locales de Morena, Yadira Marcos, Beatriz Adriana Zárate y Lucinda Sandoval que presentan una propuesta más cuerda, consistente en sortear los daños ambientales y mantener a la vez el crecimiento económico con un acuerdo para la reubicación de la planta de amoniaco en algún lugar de Sinaloa donde pueda operar sin complicaciones para nadie. ¿No es esto lo que deberían estar cabildeando el Presidente Andrés Manuel López Obrador y el Gobernador Quirino Ordaz Coppel?
La consulta, en caso de realizarse, arrojará el veredicto que prolongará durante años las huellas del disenso. Si gana el “no”, se irá de Sinaloa una inversión de 1,200 millones de dólares que es fundamental para reactivar la economía; si predomina el “sí”, la presión social y política le restarán estabilidad a un proyecto que sí le sirve mucho a la agricultura regional, al tener cerca de las parcelas y a precio bajo unas 2,200 toneladas métricas diarias de amoniaco.
Finalmente, la alternativa de la consulta es tomada de pelo por donde se vea. Los que se oponen a la planta acusan que la complicación está en la intervención con fines de lucro económico que tienen los exgobernadores Francisco Labastida Ochoa y Mario López Valdez; los directivos de GPO niegan tal intromisión. Y de todo esto lo más aconsejable es limpiar de corrupción el tema, acordar con las partes una salida airosa, facilitar a la empresa la opción de reubicarse y desechar la pifia de ponerle a la gente en sus manos esa papa caliente.

Reverso
Al sentido común insulta,
La salida falsa tomada,
Pues saben bien que la consulta,
Es un salto hacia la nada.

Suposiciones sin madre
Y como prueba de que una vez que el gobierno de López Obrador dejó abierta la posibilidad del mecanismo de consulta cada parte del diferendo acudirá a sus mejores tácticas de guerra, con la explosión ocurrida en Beirut, Líbano, los que rechazan la planta de fertilizantes auguraron en redes sociales un accidente en Topolobampo de similares consecuencias, jugando irresponsablemente con los compuestos amoniaco y nitrato de amonio que ni por asomo son la misma cosa. Qué ignorancia y qué poca progenitora.
alexsicairos@hotmail.com