La consolidación de la división de poderes en Sinaloa

Daniel Ramírez León
28 junio 2020

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Durante la sesión del pasado 25 de junio, el Congreso del Estado de Sinaloa, reformó, adicionó y derogó el contenido del artículo 6 de la Ley de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria del Estado, lo que viene a establecer la autonomía presupuestal y la consolidación de la división de poderes en Sinaloa.

Hecho por demás histórico. Por asombroso que parezca, el Poder Ejecutivo en Sinaloa controlaba los recursos de los poderes Legislativo y Judicial y de los Órganos Autónomos Constitucionales. En otros términos, el Poder Ejecutivo jugaba el rol de poder de poderes. Pagaba la nómina de los legisladores, magistrados, funcionarios públicos y personal administrativo, con lo cual se daba de facto una grosera dependencia y subordinación.
En uso de la tribuna, el Diputado morenista Marco César Almaral Rodríguez, señaló: “Que los bienes de un poder estén en manos de otros, no es más que la evidencia de la caricatura que históricamente desde el Poder Ejecutivo y por quienes siempre controlaron este Congreso, tenían o entendían por separación de poderes. Con ese control de un poder sobre otros que además de los bienes, se controlara hasta los presupuestos era visto hasta natural por quienes suponían o por quienes todavía asumen, que sobran los contrapesos constitucionales”.
Similar fue la postura del Diputado del PAN, Jorge Iván Villalobos Seañez, que desde la tribuna compartió: “Déjenme decirles que cuando un servidor fue a cobrar su primer cheque a esta Soberanía, el cheque sigue diciendo Secretaría de Administración y Finanzas [del gobierno del Estado] y la verdad es que la pregunta era por qué, y me contestaron por qué así ha sido siempre Diputado, no se enrede”.
Sin duda, la verdadera alternancia en el poder fortalece la democracia, permite construir nuevas agendas y con ello reivindicar exigencias sociales y recuperar libertades. No puede entenderse de otra manera. La llegada de una nueva mayoría parlamentaria al Congreso local, en este caso de Morena, ha permitido avanzar en temas impensables hasta hace unos meses. La autonomía presupuestal de los poderes, por ejemplo, es a todas luces condición sine qua non para consolidar la división de poderes.
Desde luego que con ello gana la sociedad porque se fortalecen los equilibrios y contrapesos, lo cual permitirá que los poderes ejerzan sus funciones con absoluta libertad e independencia. Anótese que estamos hablando no sólo del Legislativo y Judicial, sino también del Instituto Electoral, del Tribunal Electoral, de la Fiscalía General, de la Comisión Estatal de Derechos Humanos, del Consejo Estatal de Evaluación de la Política de Desarrollo Social, del Tribunal de Justicia Administrativa del Estado y de la Comisión Estatal para el Acceso a la Información Pública, que no tendrán que tocar más la puerta del Gobernador para que éste les libere los recursos que necesitan para su funcionamiento.
De ahora en adelante, los poderes constitucionales podrán manejar, administrar y ejercer sus presupuestos de egresos observando lo que disponga la Ley en la materia, sin estar sujetos a las disposiciones del gobernante en turno. Y aquí bien vale regresar a los discursos de los diputados anteriormente citados: “Había legislaciones pasadas que mantenían el status quo…No podemos seguir arrastrando las inercias de un pasado de un partido dominante y hegemónico en el Estado”, refirió Villalobos y antes, Almaral sentenció: “Ya no más subordinación entre poderes independientemente quien esté al frente del Poder Ejecutivo estatal”.
ramirezleond@hotmail.com