La centralidad de la filosofía
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@rodolfodiazf
Al ser humano actual le interesa lo que sea medible, cuantificable y, sobre todo, redituable. Es por ello que en los últimos años acrecentó su interés por las carreras técnicas y menguó el de las humanistas. Hoy priman la eficacia, la eficiencia y la rapidez porque el hombre está más volcado al exterior que al interior, pero se constata claramente la falta de un ancla que le permita ganar peso y profundidad.
El pensamiento filosófico es esencial para el desarrollo integral del ser humano. La filosofía no se encuentra situada en el plano de lo útil, sino de lo verdadero y fundamental. La filosofía es necesaria para aclarar, dilucidar, comprender, distinguir, esquematizar, proyectar y proponer. Sin filosofía no se puede elaborar un plan o programa de vida que sea realista, que tenga bases, que cuente con objetivos, estrategias y políticas.
La filosofía no es sólo una materia escolástica ni una disciplina sistemática reservada para los iniciados o entendidos. El pensamiento filosófico tiene que ver con el hombre sencillo y cotidiano, con el obrero que gana con fatiga su sustento y con el jornalero que alegre se levanta al despuntar el día. Los seres humanos filosofamos espontáneamente. Filosofar es entendernos a nosotros mismos y calibrar los problemas del mundo.
La filósofa estadounidense Ayn Rand precisó que el hombre no puede detenerse a pensar si adopta o no una determinada filosofía, sino cuál filosofía escoge o elige para iluminar su camino:
“Para vivir el hombre debe actuar; para actuar, debe tomar decisiones; para tomar decisiones, debe definir un código de valores; para definir un código de valores debe saber qué es y dónde está. Necesita metafísica, epistemología y ética... Filosofía. No puede escapar de esta necesidad”.
¿Tiene la filosofía un lugar central en mi vida?