La apuesta del ‘caballo naranja’
Cuando en agosto de 2023 Movimiento Ciudadano decidió no sumarse a la alianza opositora del PRI-PAN-PRD, una voz fue fundamental en las deliberaciones internas del partido naranja: la de Jorge Álvarez Máynez.
El coordinador de los diputados federales encabezó un grupo de análisis que, con base en una batería de encuestas financiadas por la coordinadora nacional de MC, convenció a Dante Delgado -y a la mayor parte de los dirigentes y legisladores de ese partido- de que era mucho mejor apostar por sí mismos, que unirse a una alianza con los partidos más rechazados por la sociedad.
Los estudios hechos por la empresa Eu-Zén y Rafael Valenzuela -una especie de gurú tapatío que desde hace años se ha convertido en el estratega principal de las campañas emecistas- llevaron al partido naranja a tomar la decisión más significativa de la carrera presidencial 2024: no sumarse a la candidatura de Xóchitl Gálvez y tratar de construir una tercera vía.
La decisión causó inconformidad en el Gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro, uno de los dos pilares de MC, pero entusiasmó al otro: el Gobernador de Nuevo León, Samuel García, que, de inmediato, se convirtió en el precandidato natural.
La estrategia -correcta si se considera que, en efecto, PRI-PAN-PRD no han logrado enderezar una campaña efectiva, atractiva y competitiva frente a Morena y Claudia Sheinbaum- se topó con el conflicto por la licencia de Samuel García en el Congreso de Nuevo León, y la maniobra del PRI y el PAN para impedirle continuar con su precampaña.
Eso descolocó a MC, lo dejó sin precandidato, provocó que el partido naranja se perdiera las precampañas, que corrían del 20 de noviembre al 18 de enero, y puso a Dante Delgado contra las cuerdas: mientras Xóchitl Gálvez y Claudia Sheinbaum protagonizaron un primer round, su partido salía de escena y perdía los puntos que Samuel García había ganado en algunas encuestas.
La ausencia de un perfil que sustituyera a Samuel provocó que, incluso, se especulara con una candidatura del propio Dante Delgado, un político de la vieja guardia que dirige un partido que apuesta por la juventud como su principal divisa.
El tiempo perdido en precampaña, sin embargo, fue aprovechado para medir a Álvarez Máynez, posicionado como coordinador de la precampaña de Samuel y uno de los portavoces más severos de MC en su crítica a la “vieja política” representada -según él- por el PAN, el PRI y el PRD.
Fue la pregunta que se hicieron muchos el pasado 9 de enero, cuando Samuel García y Mariana Rodríguez lo destaparon en un video grabado en una mesa con botanas, vasos tequileros y cervezas Carta Blanca.
Lo primero que hay que decir es: porque ya no había nadie más. Mujeres como Patricia Mercado, Senadora y ex candidata presidencial en 2006, habían anticipado su decisión de no ir; Enrique Alfaro no sólo no se ha reconciliado con la cúpula de MC, sino que se ha convertido en un factor disruptivo que aún podría causarle dolores de cabeza a Dante y al propio Máynez. Y Dante, un hombre de 73 años, no encaja con el estereotipo de juventud y frescura que pretende proyectar MC.
Es decir, en primer lugar, fue Álvarez Máynez porque no quedaba de otra.
Pero, en los estudios que alcanzaron a hacer los estrategas de MC sobre su ahora precandidato presidencial, destacan otros atributos: “joven, audaz, innovador”, y capacidad de crecimiento en un electorado que aún no lo conoce.
En las entrevistas que dio la semana pasada, Álvarez Máynez fue cuestionado por llegar tarde cuando Sheinbaum y Xóchitl han alcanzado ya suficientes niveles de reconocimiento. Y él ha contestado que ese 80 por ciento del electorado que no lo conoce, lejos de ser una desventaja, implica una amplia posibilidad de crecimiento.
Otro factor jugó en su favor: la ausencia de candidatos independientes y el hecho de que Eduardo Verástegui no haya alcanzado las firmas para estar en la boleta presidencial. En ese escenario, Álvarez Máynez se colocará como el único varón -joven- en una campaña dominada hasta ahora por dos mujeres de más de 60 años de edad.
En sus primeros discursos, el emecista ha sido especialmente duro con la alianza PRI-PAN-PRD, la “vieja política” que descarriló a su compadre Samuel, la que defraudó a su generación con una transición que construyó alternancias electorales sin alternativas democráticas.
Álvarez Máynez ha dicho, sin embargo, que su rival es Claudia Sheinbaum, descartando en automático a Xóchitl Gálvez, y ha anunciado que llegará hasta el final de la campaña.
Eso quiere decir que Álvarez Máynez estará en los tres debates presidenciales (7 de abril, 28 de abril y 19 de mayo), en los que podrá mostrar otro de los atributos que juegan a su favor: capacidad retórica, agilidad mental y libertad para criticar todo, tanto a los gobiernos del pasado, como al gobierno actual encabezado por Morena.
En esas circunstancias sí es posible que Álvarez Máynez construya una especie de tercera vía entre Morena y la alianza PRI-PAN-PRD, con posibilidades de aumentar significativamente la votación de MC respecto a otras campañas presidenciales. En 2018, cuando MC fue aliado con el PAN y el PRD, obtuvo apenas el 1.7 por ciento de la votación en la presidencial y en este 2024 las encuestas que menos votación le pronostican hablan de un 7 por ciento.
¿Álvarez Máynez podría desplazar a Xóchitl Gálvez como la candidatura opositora mejor posicionada frente a Morena? Ésa es la apuesta de su partido y sus consultores.
¿Podrá ganar la Presidencia? Se antoja imposible.
Álvarez Máynez no ha ganado una elección por voto directo en la última década. Las dos veces que fue electo diputado federal por el estado de Jalisco (2015 y 2021) compitió por la vía plurinominal. Y en 2010, cuando fue electo diputado local en un distrito de Zacatecas, fue postulado por una coalición Nueva Alianza-PRI, que él mismo se ha encargado de borrar de su biografía.
El rompimiento de Enrique Alfaro y el Grupo Jalisco, del que originalmente surgieron algunos de los principales cuadros emecistas como Clemente Castañeda, Verónica Delgadillo y el propio Máynez, seguirá siendo un nubarrón sobre la precampaña, no sólo la presidencial, sino la de la Gubernatura, encabezada por Pablo Lemus, quien tampoco la lleva bien con los alfaristas.
Cuando tu partido es en realidad dos grandes partidos locales -en este caso, Jalisco y Nuevo León- no es un buen augurio que uno de ellos no jale contigo.
El tercer factor que juega en su contra y que es quizás el más importante, es la falta de arraigo de MC en otros estados que no sean Jalisco y Nuevo León.
En las elecciones de gubernaturas ocurridas entre 2019 y 2023, MC sólo fue competitivo en Nuevo León -que ganó- y Campeche, donde quedó en segundo lugar postulando a un ex panista. En el resto del País se ha desdibujado, a grado tal que, en 2023, decidió no competir ni en Coahuila ni en el Estado de México. ¿Qué partido que pretende ganar la Presidencia decide no competir en la entidad con el padrón electoral más grande del País?
Para 2024, MC ha batallado para conseguir candidaturas mínimamente atractivas para las nueve entidades que renovarán su Poder Ejecutivo local.
Salomón Chertorivski, en Ciudad de México, es quizás el más conocido, pero aparece muy rezagado frente a Clara Brugada y Santiago Taboada.
Pablo Lemus parte como favorito en Jalisco, pero aún ahí la competencia será dura frente a un Morena reforzado con los programas y el aparato del gobierno federal.
Las precandidatas ya postuladas en Yucatán, Morelos y Guanajuato son poco conocidas, y aún es una incógnita a quién postularán en Puebla, Veracruz, Tabasco y Chiapas.
Álvarez Máynez llega a la carrera presidencial cuando le quedaban cuatro días a las precampañas. Junto con Sheinbaum y Gálvez, deberá guardarse un mes mientras transcurre la intercampaña, y prepararse para la campaña formal, que inicia el 1 de marzo.
Él mismo se ha autodenominado “el caballo naranja” de 2024, pero su disyuntiva es complicada.
Si su campaña es exitosa, crecerá lo suficiente como para llevarse una tajada importante del voto contrario a Morena, y entonces PRI y PAN lo acusarán de haber dividido a la oposición para allanarle el camino a Sheinbaum. Sin embargo, una buena votación podría convertir a MC en una fuerza influyente en la próxima Legislatura, con posibilidades de crecimiento en el nuevo sexenio.
Si Álvarez Máynez se vuelve irrelevante en una campaña polarizada entre Claudia y Xóchitl, entonces MC habrá perdido la apuesta. La “tercera vía” se quedaría quizás con su 3 por ciento necesario para conservar el registro, y se convertiría en una fuerza marginal en el Congreso de la Unión.
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