Jesús Estrada engaña a quienes lo defienden. Alcalde mintiendo y Congreso enjuiciándolo
A Jesús Estrada Ferreiro no le interesa hacer valer las leyes en materia de protección a grupos vulnerables de Sinaloa; lo que quiere es jugar a las vencidas con el Gobernador Rubén Rocha Moya y, sobre todo, a como sea resultar ganador o mínimo salir en situación de víctima merecedora de la lástima popular. Siendo así, la Comisión Instructora del juicio político instaurado contra el Alcalde de Culiacán mantiene viva la materia legal para continuar con el procedimiento y hasta para resolver la destitución del Presidente Municipal y designar a un sustituto provisional y luego al definitivo.
El Congreso del Estado, al parecer, no se está yendo con la estrategia de simulación seguida por Estrada Ferreiro, convertido de la noche a la mañana en una de esas aves petulantes que se echan clavados al pantano de la ignominia y aun así creen salir blancas, inmaculadas, sin manchar el plumaje. La Comisión Instructora se mantuvo firme en la sesión de ayer en cuanto a continuar el juicio de procedencia por no tener evidencia alguna de que se haya agotado el correspondiente sustento jurídico.
El acusado mantiene la táctica de hablarles a sus incondicionales con voz amorosa, mirada triste y futuro desvencijado, pero va más lejos en la altisonancia hacia aquellos que lo quieren ajustar al lícito proceder en que debe desempeñarse cualquier funcionario. Trae un melodrama para atraer la solidaridad de la gente; retórica grosera y prepotente para asambleístas, Mandatario estatal y el Movimiento Regeneración Nacional que lo dejó huérfano de partido, y un trauma que no sana al sentirse con tanto poder a tal grado de que no reconoce al Gobernador democráticamente electo.
Es absurdo que los funcionarios y seguidores leales al Alcalde insistan en defender a una sola persona en detrimento de los derechos afectados a muchas minorías que, juntas, constituyen el ataque a garantías y aspiraciones del conjunto social. La finta de recular en todo mientras en los hechos arremanga a los opositores, no borra en sí los agravios ni certifica que el funcionario que los comete desistirá en volverlos a perpetrar.
Estrada les quiere tomar el pelo a los culiacanenses, al Congreso del Estado, al Gobernador Rubén Rocha y también a los órganos jurisprudenciales en materia constitucional. En cuanto se vea a salvo de la acción legislativa-judicial dirigida a corregir sus abusos contra la gente en estado de indefensión y sancionarle la rebeldía contra el Poder Legislativo, volverá a ser el político que en el conflicto halla las condiciones idóneas para resaltar por sus dislates de impacto mediático y pasar inadvertido por los logros en beneficio de los gobernados.
En la médula del razonamiento estradista está muy arraigada la lógica de “ya que no tengo razón, déjenme al menos tener protagonismo” resultándole más importante el hecho de ser mártir que la conveniencia de ajustar los actos y conductas al marco jurídico. Ya lo dijo Rocha Moya en la semanera de ayer: al compromiso de pagarle los adeudos a las viudas de policías caídos en el cumplimiento del deber, el Alcalde le adjuntó el mensaje de que de todos modos se trata de una acción inconstitucional “que nos puede llevar a juicio político a usted y a mí”.
¿Esto puede considerarse un tema zanjado, casi a punto del corolario de todos contentos? Por supuesto que no. Deletréese con lupa la frase del Gobernador: “Vergüenza le debería dar a un gobernante de Morena acudir a controversias que afectan a viudas de policías, personas discapacitadas y adultos mayores”. Y téngase la agudeza para ver los intersticios de la treta en que se empeña el Presidente Municipal, siempre urdiendo camorras, eternamente sórdido.
Así está maniobrando Estrada. A quienes ingenuamente lo creen víctima les habla de la persecución política que existe solamente en su imaginación; a quienes llevan a cabo el procedimiento de juicio político los chamaquea con el ilusorio retiro de las causas que sustentan tal causa; con una mano en el pecho y la otra escondida blandiendo la daga de la traición a Rocha Moya le solicita clemencia, le ofrece apegarse a los programas sociales del Presidente Andrés Manuel López y le suplica detener los trabajos de la Comisión Instructora de la 64 Legislatura.
Pobre Presidente Municipal aquel que apela a la compasión ciudadana portando la botarga de ángel de la bondad y de las mejores prácticas públicas. Criaturita. Cómo van a juzgarlo por negarles lo que la ley establece en solidaridad a las viudas de policías, descuentos a grupos vulnerables en cobros por agua potable y predial, tener un pésimo desempeño en el gobierno y decirles a los tres poderes legalmente establecidos que se le echan encima “como perros rabiosos”.
Caer en el garlito del Alcalde de Culiacán es otorgarles la celada perfecta a quienes desde el servicio público derriban los principios de legalidad, representatividad, frente en alto y manos limpias al estar en el Gobierno. Permitir que el juego sucio, el ardid tenebroso, puedan estar por encima de la Constitución sólo porque la cortesía política acostumbra a que el Estado de derecho le ofrezca la otra mejía a quien lo violentó.
Si Estrada juega a las vencidas,
No es el favorito de la gente,
Porque la muñeca del oponente,
Doblará al de las fuerzas caídas.
También para las lámparas opacas y caras del Alcalde de Mazatlán, Luis Guillermo Benítez Torres, tuvo dedicatorias Rubén Rocha en la conferencia de prensa semanera. El Gobernador se dijo mortificado él “por seguir la norma estrictamente en lo que es la licitación; no quiero buscarle pretextos que se vayan a convertir en un conflicto porque a la hora que hagan las revisiones van a encontrar la irregularidad” y solicitó que los presidentes municipales sean responsables en este tipo de decisiones haciendo las compras con la debida transparencia y no den lugar a sospechas de parte de la ciudadanía, que es la que importa.