Interprete
La comunicación es una habilidad esencial del liderazgo, pilar de muchas otras competencias. Un buen jefe ejerce un liderazgo positivo con su comunicación, se conoce lo suficiente para comunicar mejor sus ideas, sabe escuchar a los demás, utiliza la conversación para despertar ideas, es hábil para hacer preguntas y ayuda a otros a encontrar respuestas con su diálogo, un buen jefe reconoce los signos del lenguaje corporal de su equipo y reconoce el alcance de lo que comunica al conducirse por el entorno aun sin pronunciar una palabra.
Estos buenos jefes, como líderes enfrentan hoy el desafío de interpretar un entorno lleno de elementos impredecibles, desafiantes, con una diversidad cada vez más exponencial. La comunicación en las relaciones interpersonales del equipo hoy se ve impactada de más elementos a los tradicionalmente conocidos como el código, el lenguaje, los canales o los participantes directos en el proceso. Elementos como las historias vividas influyen hoy en los resultados de la comunicación en un equipo.
Aprendimos a reconocer las emociones en el cuerpo como cuando una persona está estresada o inconforme, lo sabemos por la expresión de su rostro, su tono de voz y la forma en la que interactúa con otros. Pero, ¿qué ocurre cuando esa persona se conduce por la oficina de forma contradictoria?, cuando parecía estar estresada y de repente logras observarla poniendo música divertida y compartiendo en el grupo de WhatsApp de la empresa un meme con emojis felices.
La comunicación ha evolucionado desde el momento en que los canales evolucionaron y así hoy puedes comunicarte incluso en varios canales al mismo tiempo, los códigos se han diversificado en formas más complejas y a menudo confusas porque vivimos en un mundo en donde escribir ok, OK, okei, oki en un mensaje detona múltiples significados, ¿cómo interpretarlos?, ¿qué significa cada uno?, sobre todo cuando no existe un manual que lo facilite y para cada persona va a significar lo que su historia haya contado.
La historia de las personas, ese elemento que siempre ha estado ahí como parte de la comunicación, pero no hemos reconocido como un miembro formal del proceso, depende de la historia la forma en la que reaccionamos, la forma en la que interpretamos, escuchamos o callamos. Nuestra historia define cómo nos conducimos y hoy para un líder para un buen jefe es indispensable conocer la historia de cada integrante de su equipo, y así poder reconocer realmente cuando una persona está preocupada o feliz.
Si aprendemos de las personas, nos esforzamos por conocerlas, sin duda estaremos siempre vigentes. Porque, aunque los líderes necesiten mantener actualizada su versión de liderazgo, las personas y su historia siempre estarán ahí.
*Profesora de ICAMI en las áreas de Administración y Operaciones
ICAMI Centro de Formación y Perfeccionamiento Directivo