Información y cifras profusas, difusas y confusas
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Rafael Morgan Ríos
cp_rafaelmorgan@hotmail.com
Hay tanta profusión y difusión de información y datos, que le es fácil a la sociedad confundirse y tomar decisiones equivocadas sobre todo en asuntos de salud, de economía, educación y seguridad pública. La profusión y difusión se da en prensa, radio, televisión, y desde luego en las redes sociales.
En primer lugar, atemorizan y confunden las cifras sobre el número de contagios y el número de decesos. Tal vez con el ánimo de no inquietar a los mexicanos, las autoridades de salud iniciaron sus informes con datos discretos y proyecciones muy bajas que han tenido que aumentar constantemente, pero además, organizaciones internacionales de salud e instituciones educativas como la UNAM y el ITESM, al aplicar modelos estadísticos diferentes, preveían un desarrollo más agresivo de la enfermedad. La propia Organización Mundial de la Salud, a través del Director de Emergencias Sanitarias, sostuvo que “es probable que la epidemia en México esté subestimada”. Además, la Universidad de Washington estimó que México llegaría a 130 mil defunciones en los próximos 100 días, o sea 700 diarios, una cifra mayor que las que estima el Subsecretario López Gatell.
Todo lo anterior, con la confusión que ha causado el asunto del cubrebocas que desde el principio las autoridades desdeñaron e igualmente sobre la “sana distancia” que inicialmente se minimizó.
Si la autoridad confunde o se confunde, la sociedad termina por confundirse y se pregunta: ¿cuántos contagios realmente se tienen en el País?, ¿cuántos decesos reales se sufren todos los días?, ¿están los hospitales públicos y privados con capacidad para atender a todos los enfermos, no sólo de Covid, sino de las otras enfermedades?; y es que casi todos los hospitales se ven saturados.
Otra información que se difunde con profusión es sobre las medicinas en el sistema de salud; mientras las autoridades sostienen que no hay desabasto, se publican noticias de niños con cáncer y sin medicinas; se quejan doctores y enfermeras de falta de medicamentos suficientes y oportunos y los derechohabientes que cada mes reciben sus tratamientos, no siempre obtienen los medicamentos que les habían prescrito, porque los médicos generales prácticamente no consultan.
Las cifras e información sobre el combate a la delincuencia organizada son también motivo de confusión; el número de muertes dolosas y culposas también se confunden, según si el conteo lo lleva la federación, los estados o las organizaciones sociales; el propio Secretario de Seguridad Pública ha proporcionado información que luego corrige o se desdice, y hasta el Presidente ha tenido que aclarar sus “otros datos”, por ejemplo, cuando afirma que la Guardia Nacional cuenta con 90 mil elementos, pero según El Universal, el periodista Arturo Rangel en “Animal Político”, publicó que la Guardia Nacional le informó que el reclutamiento era cero desde su fundación y que sólo tenía 26 mil 736 elementos, los provenientes de la Policía Federal, el resto son elementos transferidos del Ejército y la Marina, con “oficio de comisión” y están en las nóminas de las fuerzas armadas. La Guardia Nacional con jefes y elementos del Ejército, no existe como corporación no militar.
Con profusión se anuncian las cifras de las remesas en dólares que envían los trabajadores mexicanos en Estados Unidos a sus familias y que cada año se rompe récord en importes enviados, aún en momentos críticos como durante la persecución del Presidente Trump contra los migrantes o también durante estos meses de pandemia en Estados Unidos, cuando muchos negocios como hoteles, restaurantes, fábricas, talleres, etc., cerraron o bajaron su ritmo de actividades. Las remesas siguen llegando en mayor cantidad y se han convertido en un factor clave para la economía nacional. Sin embargo, también se puede decir que la actividad de los cárteles de la droga en México no ha decrecido, sino que se ha incrementado ante las facilidades dadas por el Presidente López Obrador de “abrazos no balazos”, por lo que es de suponerse que muchas de esas remesas son transferencias “hormiga” de los narcos a su personal. Una prueba de lo anterior la tiene el lector si visita las dos manzanas cercanas al “Mercadito”, por la calle Rafael Buelna, donde opera “a los cuatro vientos” un mercado de compra-venta de dólares con decenas de compradores y multitud de vendedores y donde se manejan miles de dólares diarios, cuya procedencia es muy sospechosa.
Esta información tan profusa y difusa mantiene confusa a la ciudadanía que bien merece confiar más en sus autoridades.