Imelda Castro, a vicepresidencia del Senado. ¿Y la candidatura? Primero el proyecto, dice
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Para que el tema fuera la agenda que llevará al Senado en el primer período ordinario del tercer año de trabajos legislativos, atrajo mucho la atención de periodistas la conferencia que vía Zoom ofreció Imelda Castro Castro ayer en Culiacán. Aunque hay dos motivos, concatenados uno al otro, para que los reflectores apunten hacia ella: asumirá en septiembre la vicepresidencia de la Cámara Alta y tiene posibilidades reales de que el Movimiento Regeneración Nacional la postule al Gobierno de Sinaloa.
Con la distinción de sus compañeros senadores, la aprobación por supuesto de Andrés Manuel López Obrador y el impulso que recibe de Ricardo Monreal, coordinador de la bancada guinda, Morena resalta a la legisladora sinaloense en el momento más puntual posible. Le da visibilidad y estatura política nacional para los fines que a Castro y al partido convengan en la cada vez más cercana elección intermedia del próximo 6 de junio.
El peso de lo demás se traduce en lo específico de su labor en la 64 Legislatura del Senado, sin embargo, hoy atrae como figura política de alto nivel al ser una de las opciones que tiene el Presidente para resolver la elección de Sinaloa en 2021, definición que hasta el momento no existe y quien se diga con la postulación en la bolsa incurre en la alevosía del engaño.
Imelda Castro, Rubén Rocha Moya y Tatiana Clouthier Carrillo constituyen en igualdad de condiciones la tercia de ases de donde saldrá el candidato morenista para competir por la titularidad del Ejecutivo Estatal y más allá del ruido que hagan las encandiladoras fotos de pretensos abrazados o saludados por AMLO, el líder de la Cuarta Transformación ni por asomo ha decidido a quién de los tres abanderará.
Si algo no le gusta a López Obrador es que lo utilicen para manipular emociones populares ligadas a proyectos políticos. Baste como referencia la visita a Culiacán del 5 de agosto donde evitó fintear que apoya a uno u otro al marcar distancia de los actores locales de la 4T que se dicen privilegiados por el dedo presidencial. Quien diga que el Presidente López Obrador ya lo designó para el proceso electoral donde resultará el sucesor de Quirino Ordaz Coppel, lo único que evidencia es el desconocimiento total del estilo, “colmillo” y vivencias del Mandatario nacional en el terreno comicial.
Por esa razón Imelda, que sabía que a la prensa local le interesa el tema electoral y que la cuestionaría al respecto, fue cauta al responder y de paso lanzó un pequeño pero certero petardo a los pies de quienes ya se sienten candidatos, e inclusive actúan como si fueran Gobernador obviando la jornada de votaciones. Primero el proyecto para Sinaloa, después la aspiración personal, dijo y también aclaró que ser o no ser no es lo que le quita el sueño ya que “no me importa si encabezo o no el proyecto en términos personales sino que haya un cambio en términos reales. Eso sí y de manera incondicional me voy a sumar”.
Si algo ha demostrado Imelda Castro en su larga trayectoria de lucha desde la izquierda, pero en la oposición de a deveras, aquella sacada adelante con sacrificios, aguantando amenazas y poniendo los principios por delante, es no ser una mujer que se doble ante escenarios complicados. Es de esas luchadoras que entre más cuestarriba ve el camino más fuerte pedalea y nunca abandona la ruta ni le echa la culpa a la bicicleta. Y otra cosa que sabe muy bien la sinaloíta-guasavense es que cuando la liebre salta significa que llegó la hora de comer conejo asado.
Lo de los asuntos que llevará al Senado, ahora desde la segunda posición camaral más importante, sí importan a los sinaloenses aunque también la población en edad de votar, y la que no también, está en la búsqueda de quién signifique alternancia real, no aquel cambio que acabó en más de lo mismo cuando Mario López Valdez se tiñó de azul y recobró luego la tintura priista, sino la transformación de Sinaloa que signifique crecer en honestidad, seguridad pública, oportunidades económicas y justicia social.
En síntesis, el desenlace adelantado de la decisión presidencial sobre el candidato para Sinaloa constituye más el deseo de algún pretenso que la relatoría de un caso cerrado. Vive, con el oxigeno de la equidad de género, la eventualidad de que una mujer contienda por el Gobierno estatal con las siglas de Morena y existe de igual forma el escenario alterno de la característica civilidad femenina para aceptar con dignidad lo que suceda en sentido opuesto a tal proyección. En cualquiera de las dos circunstancias, apuesten, prevalecerá la dignidad de las de faldas y zapatillas.
A Imelda Castro no le ha dicho López Obrador que ella será la candidata de Morena al Gobierno de Sinaloa. Tampoco le ha notificado que no. A nadie ha alborotado aún el señor de las canas, el que sí ha repartido muchos abrazos entre los pretensos pero no dedazos. Revisen sus listas, priistas; quédense serenos, morenos.
Reverso
Sí le entra Imelda Castro,
A recorrer ese trayecto,
Pero quiere dejar el rastro,
Primero de un buen proyecto.
Mujer con carácter
Digan lo que digan, la Diputada priista Gloria Himelda Félix Niebla realiza un excelente desempeño como presidenta de la Mesa Directiva del Congreso del Estado, poniéndole orden al debate parlamentario pero con respeto a las muy distintas fuerzas políticas con presencia en la 63 Legislatura local. Con especial tino aplicó la Ley Orgánica, y es mucho decir pero así es, navegó firme en el turbulento océano que controla Morena y en ningún momento empequeñeció su temple por el hecho de ser parte de la primera minoría. Toda una sorpresa al frente de la Cámara a pesar de que misóginos adversarios auguraban que terminaría como la maestra Canuta en cualquier día de “La Escuelita”.