Idónea
Lo hemos dicho y lo reiteramos: nuestro país marcha con certidumbre hacia convertirse en una de las economías sólidas en el mundo; no es falso alarde, existen elementos que alientan el desarrollo de nuestra economía, se empiezan a ver notables señales de lo que afirmamos.
Sólo la oposición aldeana no ve los indicadores macroeconómicos del desarrollo de nuestra economía, y cuál es el lugar que se le empieza a reconocer a nuestra economía entre los países más desarrollados a nivel mundial. Para darnos cuenta cómo avanza nuestra economía en rubros básicos para su despegue es cuestión de observar los problemas que vienen afrontando las economías de los países más desarrollados del planeta, para deducir nuestra viabilidad y lo que, en este sexenio, hemos avanzado para salir del subdesarrollo. Hay múltiples indicadores, fuera de los que les interesan a los agoreros del neoliberalismo -ganancias del gran capital, traspaso de empresas estatales al capital privado, etc.-que indican el despegue de nuestra economía.
Desde hace tiempo, hemos venido señalando el rumbo ascendente que ha tomado nuestro desarrollo, con sólidas bases que le dan certeza en un futuro próximo. Incluso, se va a empezar a ver con claridad, en el corto plazo, cuando impacten directamente las megaobras construidas durante el actual sexenio. Sin ninguna duda, así camina positivamente este país, con pasos firmes en su economía, basada en el bienestar de todos y no de una minoría rapaz.
Y, como de la mano de la economía marcha la política, vemos buenas expectativas en el porvenir del país. Todo indica que la transformación en marcha cuenta con el respaldo mayoritario de los ciudadanos, que no titubean en confirmar su apoyo político a la cuarta transformación, sabedores que este proyecto trae buenas noticias a las clases trabajadoras y a las clases medias, que siempre han anhelado una economía acompañada de bienestar y democracia. Ese ha sido el centro de sus afanes superiores, por eso han luchado siempre, para consolidar una vida mejor para sus familias. Y saben que votando porque siga la transformación caminan con pasos seguros de alcanzar lo que por tanto tiempo han luchado.
En este país los ciudadanos nunca han arreado banderas en su meta de consolidar un mejor nivel de vida y han encontrado la oportunidad que buscaban por medio de la cuarta transformación. Y, esa meta, lejos de desvirtuarse, se fortalece, gracias la entereza y la participación de los ciudadanos, que cuidan con suma atención que el rumbo que han iniciado no se estanque bajo ninguna circunstancia. El pueblo es sabio y conoce con certeza cuáles son sus metas para lograr su plena liberación de los dolores que le aquejan y cómo superarlos.
Los ciudadanos tienen claras sus expectativas y no van a aflojar el paso hasta consolidar el futuro del país, junto con los objetivos que se han propuesto. Caminan con paso firme por esos logros, con plena conciencia que han iniciado el camino de construir una sólida república, con instituciones limpias de corrupción y democráticas. Y no se detendrán hasta lograr el progreso al que aspiran en el más amplio sentido de la palabra, nada de medias tintas.
Todo indica que se va por buen sendero y que a los ciudadanos les espera un halagüeño porvenir. En general, ven un prometedor futuro. Las cosas en la política marchan firmes. La ciudadanía se muestra resuelta, en la elección que viene, a hacer valer su sufragio y darle continuidad al proceso de regeneración del país. Las elecciones que vienen confirmarán esta voluntad ciudadana de que continúe la transformación democrática del país. La ciudadanía se muestra alegre y con buen ánimo, tiene la seguridad que sus expectativas van viento en popa, hacia adelante, con infalible certeza en su presente y futuro.
Ve su futuro y el del país con mucho optimismo, con la seguridad que alcanzará sus metas en bien de los núcleos más desprotegidos. Y apoya resueltamente las políticas públicas que el presente régimen viene aplicando, consciente de que se trata de una estrategia idónea para salir del subdesarrollo, económico y político. Además, están dispuestos a sostener con su voto dicha política de transformación hasta su consolidación, en bien de la sociedad entera. Lo hemos señalado: los ciudadanos están unidos de manera plena en torno a la cuarta transformación, están seguros de que el rumbo que ha elegido el gobierno, para consolidar el desarrollo del país, es correcto, no titubean en su decisión inmarcesible.
Cuando las masas populares se deciden a apoyar una causa la hacen suya y no se andan por las ramas, sino que van a la raíz de la problemática social y la extirpan desde sus origines, buscando siempre el progreso para la sociedad toda.
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