Héroes anónimos de la ciudad
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Culiacán no fuera lo que hoy es sin la participación de miles de personas que ejercen su trabajo con pasión y compromiso a reserva de estigmas o riesgos que ello implique. Siempre les he tenido un especial respeto a las personas que se dedican a las labores de limpieza y aseo de la ciudad. Es una tarea que se intensifica o se ralentiza en función de nuestros buenos o malos hábitos de consumo.
Las brigadas que se encargan de recoger la basura domiciliaria, hacer una labor titánica y tienen que soportar nuestras críticas constantes. En algunos sectores de la ciudad la ciudadanía piensa que tiene el derecho a exigir un servicio diario de recolección de basura y todos los días saca su basura sin preocuparse si pasa o no pasa el camión recolector. Luego de sacar su basura a la calle transfieren -indebidamente- la responsabilidad al gobierno. Existe una mala interpretación ciudadana de que si la calle se llena de basura (de nuestra basura) es problema del Ayuntamiento y no de quienes la producimos.
Estos trabajadores, héroes anónimos que todos los días levantan la basura domiciliaria, hace en cada jornada una carrera pedestre casi al ritmo del recorrido del camión. Corren, brincan, cargan y se cuelgan de los camiones para hacer la labor lo más rápido posible y con ello cubrir una mayor ruta. Todo ello incluye constantes riesgos de accidentes por la mezcla de desperdicios que manejan. Frecuentemente se encuentran con vidrios rotos, filosas latas, espinas, jeringas, etc.
La ciudad se extiende cada vez más a ritmos que no soporta ya la cobertura de un servicio tan poco sostenible como es recolectar y trasladar kilómetros la basura urbana; sobre todo, si está mezclada (orgánica e inorgánica) lo que complica las posibilidades de un posterior aprovechamiento. A pesar de ello, en la medida de lo posible, los recolectores de la basura hacen una primera separación de los desechos que ellos consideran recuperables y con ello contribuyen a reducir el volumen de basura que llega a su destino final. Los camiones recolectores, que no están fabricados para desarrollar esta separación, llevan infinidad de aditamentos que el mismo personal diseña para hacer esta valiosa separación, que termina también siendo un sustento extra para ellos.
Por ese respeto a quienes hacen esta labor, nuestra aportación domiciliar consiste en separar lo mejor posible la basura. La basura orgánica la mantenemos refrigerada y la sacamos al momento que pasa el camión o sólo los días que sabemos que pasará. El resto, la basura inorgánica -siempre limpia de restos orgánicos- la sacamos cualquier día sin problema. Puede ser incluso, solo un día a la semana pues es basura que no huele mal y no destruyen los animales callejeros. Procuramos siempre dejar a la vista lo que sabemos que los recolectores aprovecharán (papeles, plásticos y aluminio, principalmente).
Así podríamos colaborar todos y honrar esta labor de nuestros héroes anónimos de ciudad, que merecen nuestro agradecimiento cada día, aun y aquellos días que no pasan frente a nuestro domicilio.
jccarras@hotmail.com