Golpe a transparencia: ¿y Sinaloa qué?
Larga vida a la CEAIP, la lupa ciudadana

Alejandro Sicairos
22 noviembre 2024

Una vez que en el Congreso de la Unión aniquiló el Instituto Nacional de Acceso a la Información, fruto de la larga y áspera lucha cívica en México a favor de la transparencia y rendición de cuentas, la pelota o papa caliente cae en la cancha del Gobernador Rubén Rocha Moya por la decisión que deberá tomar en relación a los entes autónomos que en el ámbito estatal hacen la función de lupa colocada encima de gobiernos y funcionarios que manejan recursos públicos. Mitad preocupación y mitad expectativa, lo que resulte marcará para bien o para mal a la Cuarta Transformación sinaloense.

El acto autoritario en que incurrieron en la Cámara de Diputados los partidos Movimiento Regeneración Nacional, Verde y del Trabajo, al aprobar la desaparición del INAI, trasmutó a la inquietud de la sociedad civil y órganos independientes por el curso que tomará en Sinaloa dicha estructura de prevención y combate de la corrupción. Al ser apagada la todavía tenue luz que iluminaba en lo federal las sentinas en que se fraguan fraudes, cohechos y peculados, nadie quiere tal oscuridad en lo estatal.

De seguro habrá pronto una definición de parte del Gobernador en lo que concierne a la Comisión Estatal de Acceso a la Información Pública, institución creada en abril de 2002 con el sustento de la Ley de Transparencia de Sinaloa y que marca desde entonces la huella histórica de la jornada por administraciones públicas translúcidas. Sin bien es cierto que la CEAIP es obra en permanente construcción, el promedio de 43 solicitudes que recibe cada día habla de lo trascendente y sólida que es.

Es decir, el destino del órgano garante de la transparencia en Sinaloa no tiene por qué ser el mismo que el burdo manotazo neandertal que propinó la mayoría legislativa de la 4T en la Cámara de Diputados al arrasar también con el Instituto Federal de Telecomunicaciones, Comisión Federal de Competencia, Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social , Comisión Nacional para la Mejora Continua de la Educación, Comisión Nacional de Hidrocarburos y Comisión Reguladora de Energía.

Este avance de Sinaloa en el mismo sentido que la tendencia mundial a favor de la rendición de cuentas les corresponde defenderlo al Gobernador, Congreso del Estado y principalmente a la sociedad civil. Siendo engranaje esencial del Sistema Estatal y Municipal Anticorrupción, la CEAIP debe continuar, fortalecerse y legitimarse en sus rieles de independencia. Descarrilar ahora el tren de la transparencia nos dejaría varados a todos en la estación de los pusilánimes.

En síntesis, sin entrar en conflicto con lo federal, Sinaloa sí puede sostener sus propios andamiajes de transparencia. Si hace 22 años el gobierno de Juan Millán Lizárraga se adelantó a poner la muestra con la Ley correspondiente, ahora lo crucial tiene que ver con el reforzamiento de la CEAIP que se traduzca a la vez en el fortalecimiento de la estructura anticorrupción, entendiéndolo así desde la lógica que determina que la desaparición del INAI obligará a los estados a mantener y robustecer a sus entidades garantes de la rendición de cuentas.

Constituiría contradicción extrema el hecho de que el Gobierno de Sinaloa decidiera también vigilarse a sí mismo en cuanto a la disposición de recursos públicos, cerrándole a la ciudadanía las ventanas que construyó con tenacidad y pertinencia para observar de manera acuciosa cómo es ejercido el dinero que el pueblo aporta vía impuestos. Significaría algo así como dejar a cargo de lobos la seguridad de un gallinero.

En lo otro, que tiene que ver con el voto destructor de los diputados federales de Morena, PVEM y PT, pues que vengan los legisladores sinaloenses a dar la cara y justificar los marrazos asestados a la transparencia. No se vale que los “representantes populares” Graciela Domínguez Nava, Ana Ayala Leyva, Fernando García Hernández, Felícitas Pompa Robles, Jesús Alfonso Ibarra Robles, Olegaria Carrasco Macías, Adasa Saray Vázquez y Karina Isabel Martínez Montaño lancen la piedra y escondan la mano. Y tampoco valdría la política del avestruz para los senadores Imelda Castro Castro y Enrique Inzunza Cázarez si se suman al refrendo de la acometida contra el INAI que seguramente ocurrirá en la Cámara alta.

Pero puntos ciegos en materia de acceso a la información, en Sinaloa no. El mismo Rocha Moya registra en su hoja de vida acciones como impulsor de la transparencia, bandera que tomó en movimientos sociales, cargos públicos y labor legislativa, ganándose así el privilegio de la duda respecto a si rescatará a entes autónomos que le son tan vitales a los sinaloenses como le es la lluvia a la tierra de los once ríos. Sin adelantar vísperas, tomemos la posición de salvaguardar a la CEAIP y demás órganos no gubernamentales que trabajan en la limpidez de la función pública.

Aunque ya nos apagaron la vela,

Podremos seguir en la oscuridad,

A la negra y siniestra estela,

De los esbirros de la opacidad.

Ya debería existir el posicionamiento público del Pleno de la Comisión Estatal de Acceso a la Información Pública, los acercamientos con el Gobernador Rubén Rocha, los cabildeos con el Congreso del Estado y los lazos con la sociedad civil, en la misión rescatar juntos a esta institución autónoma frente a cualquier tentación por asignarle el mismo destino que le asestaron al INAI. Los Comisionados Liliana Margarita Campuzano Vega, presidenta, y José Alfredo Beltrán Estrada y José Luis Moreno López, deben ponerse al frente de la estrategia de permanencia de la CEAIP antes de que los sujetos obligados que son enemigos de la transparencia echen a vuelo las campanas de la opacidad.

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