Gobierno e IP: juntos en pacificar Sinaloa
Reunión de empresarios, Harfuch y Rocha
¿Muy poco trascendió de la reunión que sostuvieron el lunes los principales empresarios de Sinaloa con el Secretario de Seguridad Pública del Gobierno federal, Omar García Harfuch, y el Gobernador Rubén Rocha Moya, pero lo poco que se sabe tiene que ver con el tono realista y sincero utilizado por ambas partes en lo referente a la situación de violencia reinante desde el 9 de septiembre, con severas repercusiones para la población y sectores en general. No tanto por los resultados sino por el encuentro en sí, las mujeres y hombres de negocios y las autoridades salieron satisfechos.
Todo indica que fue restablecido el hilo comunicante entre el Gobierno federal y estatal y la Iniciativa Privada para que, trabajando en sintonía, adquiera celeridad el plan de recuperación de la seguridad pública y la construcción de paz de largo plazo. García Harfuch y Rocha Moya expusieron lo que se está haciendo y lo que se ha logrado; los empresarios dijeron lo que ven, las soluciones que creen convenientes y el deseo de colaborar para que Sinaloa salga bien librado en la actual coyuntura difícil.
La cúpula empresarial estatal pareció asimilar que más vale tarde que nunca la interlocución con el Gobierno y que valió la pena la espera pues lo planteado allí, y el acuerdo de mantener estos enlaces y coordinación, los conocerá la Presidenta Claudia Sheinbaum que recorre los estados que enfrentan crisis por violencia con la convocatoria a la unidad nacional para ganarle la guerra a las organizaciones del crimen organizado, no con más con abrazos y sí con el despliegue de la mayor fuerza militar y policial.
El buen ánimo en miembros del Consejo Sinaloense de Empresarios constituyó el voto de confianza sin que sea por lo pronto un cheque en blanco dado a las instituciones de seguridad y protección y quienes las dirigen. La IP no llevó un planteamiento concreto ni reclamos en particular a Rocha Moya. Estuvo muy al margen de posturas políticas y sólo expuso la necesidad del cese a la violencia como condición sine qua non para que la comunidad de la tierra de los once ríos vuelva a vivir tranquila.
Por su parte, García Harfuch expuso el deseo de la Federación de arreglar las cosas a través de la restructuración de operativos que durante la primera fase funcionaron en la estrategia de reacción y persuasión para evitar mayor dispersión de la violencia, y que actualmente consisten en labor de inteligencia, volantas, retenes y respuesta más rápida ante hechos delictivos que sea reportados. Eludió la imprudencia de ponerle fecha al fin del conflicto derivado de la lucha interna por el control del Cártel de Sinaloa, aunque ofreció trabajar intensamente para una solución pronta.
Cabe la acotación prudente de que los dueños de grandes empresas que le han apostado a Sinaloa como polo operativo y sede estratégica fueron en igual estado de ánimo que el que invade a todos los sinaloenses. Calibran las acciones contra la delincuencia con base a la eficiencia medible de la seguridad pública, que no es otra cosa más que el anhelo común de recobrar la tranquilidad y Estado de derecho en lo cual, hay que reconocerlo, existen trazos de esperanza según se ve en la población y sus quehaceres.
Por ejemplo, con la romería de adoración a La Guadalupana, ayer prosiguió la lucha ciudadana por la recuperación de los espacios públicos, celebraciones y actividades económicas para refrendar que a los primeros asomos de mínima seguridad pública la sociedad civil hará lo propio en romper el régimen de restricciones que el crimen organizado le impone a la gente pacífica. Culiacán y Mazatlán, las dos ciudades más sacudidas por la violencia, restablecen gradualmente la vida ordinaria como anticipo de la expectativa a que llegue pronto la paz completa y perdurable.
La notoria peregrinación a los templos católicos le dio continuidad a eventos masivos como el desfile navideño del 8 de diciembre que sacó de sus encierros a más de 20 mil culiacanenses que se concentraron por la avenida Álvaro Obregón, y al antecedente de la activación “Jalemos con la banda” con el aguachile tipo récord Guinness y la tambora monumental donde la participación de la gente dejó en claro que ni siquiera el miedo nos aparta a los sinaloenses de las tradiciones y fervores.
Pero también las actividades productivas cobran confianza en el proceso de paz que, obviamente, no será concretado de la noche a la mañana. Ahí están como muestra la Expo Comercial Canaco 2024 del 11 de diciembre con más de 50 marcas participantes, y el Tianguis de Sementales efectuado el 10 y 11 organizado por la Unión Ganadera Regional de Sinaloa, Asociación de Criadores de Razas Puras y Secretaría de Agricultura y Ganadería, que benefició a 44 productores pecuarios con la adquisición con el apoyo del Gobierno del Estado de 363 sementales bovinos, ovinos y caprinos.
Se avanzó y determinar hoy qué tanto es improbable porque el seguimiento a la reunión clarificará el valor de las palabras empeñadas. Ojalá que del acercamiento al fin cristalizado emanen acciones tangibles que eliminen el trecho que siempre existe entre el dicho y el hecho.
Este encuentro, por supuesto,
Le puso fin a la percepción,
Del teléfono descompuesto,
En la tan crucial interacción.
La lente popular está atenta a lo que haga o deje de hacer el Congreso del Estado en cuanto al presupuesto para la seguridad pública en Sinaloa para el año 2025. Hay quienes plantean que por la gravedad de la ola violencia en cuya cresta vamos todos lo mínimo que se requiere es duplicar los 2 mil millones que propone para este rubro Rubén Rocha, aunque otros consideran que el incremento debe ser mínimamente del 50 por ciento, con enfoque de atención a la complejidad presente y al plan de paz duradera. ¿Qué harán las diputadas y diputados de la 65 Legislatura?