Gobernando hacia el rumbo correcto

Carlos A. Dumois
24 abril 2020

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El futuro hoy se construye descubriendo día a día el siguiente paso. No soñemos que volveremos al pasado. Sigamos buscando con aplomo.

En estos días hemos iniciado nuestra serie de webinars titulada “El Rol de Dueño en Tiempos de Incertidumbre”. Nos han inundado firmas e instituciones de todo el mundo con tantos webinars. Anoche a la una de la madrugada estaba conectado con INSEAD en París escuchando uno que me interesó mucho.
Ayer ofrecimos un webinar orientado al mercado empresarial catalán a través de EUNCET, la escuela de negocios de la Universidad Politécnica de Cataluña. Hablamos sobre cómo el ejercicio de la Dueñez debe asegurar que la empresa no pierda el rumbo ante el vaivén de las olas de la pandemia.
En México y en España vivimos el impacto de tres crisis: la pandemia, la recesión económica y la deficiente gestión de nuestros presidentes. Hablamos del estrecho margen de acción que les queda a los empresarios para conducir a su empresa hacia el futuro.
Pese a que se logre aplanar la curva, la vuelta a la “normalidad” no será igual en todos lados. La reconocida “desescalada” servirá para retomar la actividad económica y social en cada país y ciudad.
Debemos estar conscientes que hasta que no exista una vacuna, el brote volverá a surgir una y otra vez en oleadas sucesivas de brincos del número de contagios y descenso de los mismos fruto de períodos de distanciamiento social. La duración y la frecuencia de estas olas dependerá de la gestión de nuestros gobiernos y del comportamiento de la sociedad.
Esta situación será lo normal por un tiempo más o menos largo, tal vez uno a tres años. Aceptemos esta realidad y busquemos como aguantar y aprovechar las oportunidades que se nos presenten.
Lo que ocurra o deje de ocurrir en nuestros negocios dependerá de nosotros. Algunos prosperarán en esta larga temporada, otros apenas sobrevivirán, y otros más se hundirán. El ejercicio efectivo de la Dueñez en nuestras organizaciones será determinante en el resultado final.
Como dueños nos toca apreciar el impacto que están viviendo y vivirán los sectores donde operamos. Si ese impacto es fulminante sobre nuestro negocio, probablemente tendremos que migrar hacia otros mercados, otras tecnologías, u otros modelos de negocio. Tal vez incluso nos toque abandonar algunos de nuestros negocios, por más que nos duela.
Si ese impacto es leve o moderado, nos dará la posibilidad de movernos y adaptarnos si nos movemos rápido y hacemos que nuestra empresa resista.
Si el abandono estratégico es la salida evidente, más vale hacerlo bien y rápido. No tiene caso continuar más tiempo dándole terapia intensiva a un cadáver. Tendremos que reiniciar con nuevos modelos de negocio o con iniciativas novedosas en otras industrias o mercados.
El rumbo que llevaba nuestro negocio se habrá desdibujado en la mayoría de los casos. Algunos tendrán que reinventarse, todos tenemos que renovarnos. Parece difícil leer una brújula que sea inestable, que a veces marca el norte hacia un punto del horizonte, y a veces no se está quieta y nos orienta hacia ningún lado.
El nuevo rumbo que nos toca definir ahora no parece en muchos casos muy claro. Hoy pensamos que vamos hacia allá, mañana queremos mirar hacia arriba preguntando: “¿Hacia dónde Dios mío?”.
No esperemos encontrar ese nuevo rumbo en una reunión de Planeación Estratégica. No pensemos que contratando a un experto nos dirá cuál es el camino ideal. No hay webinar ni libro que consultar para encontrar la respuesta.
Lo que necesitamos es ser muy realistas y ágiles y crear un sistema de búsqueda. Hemos de construir, con agilidad, mecanismos para vislumbrar por dónde están nuestras oportunidades, nuestras posibilidades más viables y rentables.
Gobernemos a nuestra empresa para que refuerce su resiliencia. Construyamos los equipos para gestionar los proyectos de exploración de oportunidades. Mantengamos a todos enterados de los avances. Compartamos pronto los aprendizajes. Demostremos nuestra capacidad de liderazgo para conducir la nave a través de la tormenta. No mintamos ni pretendamos que todo está bien. Pero si transmitamos con nuestro ejemplo la seguridad de que descubriremos el camino y llegaremos a buen puerto.
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Carlos A. Dumois es Presidente y Socio Fundador de CEDEM.
* “Dueñez®” es una marca registrada por Carlos A. Dumois.