Generalizaciones temerarias
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Joel Díaz Fonseca
El asesinato de un hombre joven el pasado miércoles en la capital del estado, hecho viralizado a través de las redes sociales, dio pie a señalamientos de especialistas en estudios psicosociales en el sentido de que existe una tendencia de la sociedad sinaloense a trivializar los hechos de criminalidad y de violencia.
Tomás Guevara Martínez, coordinador del laboratorio de Estudios Psicosociales de la Violencia, de la Universidad Autónoma de Sinaloa, señaló que para la ciudadanía la violencia se ha convertido ya en un espectáculo.
En su opinión, luego del asesinato de una persona en el Bulevar José Limón, de la capital sinaloense, lo primero que hicieron las personas del lugar fue tomar videos para subirlos a sus redes sociales.
“Vieron el suceso como un espectáculo, no hablaron a la ambulancia ni a la policía, la mayoría priorizó sacar sus celulares y grabar los ataques”, manifestó el psicólogo.
“Estamos viendo ahora que a través de los medios de comunicación se ha ido presentando el tema de la violencia generada por los grupos delincuenciales como un espectáculo, hay telenovelas, hay canciones, hay moda, hay tipos de automóviles, aspectos digamos de índole propia de estos grupos”, agregó el psicólogo.
Critica que muchas de las personas que se acercaron tomaron fotografías y videos y las transmitieron por las redes sociales en lugar de avisar a la policía o pedir una ambulancia, pero eso es algo similar a la actitud que asumen los testigos de un incidente en carretera, optan por irse del lugar y no prestar ayuda a la víctima o a las víctimas por el temor de verse involucrados o, peor aún, que las mismas autoridades los responsabilicen del hecho.
La divulgación de fotografías y videos dio pie a que las autoridades policiacas culparan a los testigos del hecho de alertar a los victimarios de que la víctima seguía con vida y regresaran al lugar para rematarla. La lógica de las autoridades policiacas es que si nadie hubiera subido a las redes las imágenes de la persona en agonía, los victimarios no hubieran regresado a rematarla. Una visión muy cómoda y a modo.
En opinión de Sergio Ramírez, presidente del Colegio de Criminólogos, Victimólogos, Criminalistas y Forenses de Sinaloa, las autoridades encargadas de la procuración de justicia están tomando el camino fácil al echarles la culpa a los ciudadanos de su propia ineficiencia.
“El discurso oficial pretende justificar insuficiencias y deficiencias que la autoridad sigue padeciendo”, acusó.
No se puede negar que existen ya niveles preocupantes de morbosidad, que ante la pérdida de la capacidad de asombro por la frecuencia con que suceden este tipo de hechos, cada vez más ciudadanos los empiezan a tomar con cierto morbo, pero no puede la autoridad censurar lo que ella misma provoca con su ineficiencia.
Tampoco puede satanizarse que se capten imágenes de un hecho de sangre para subirlas a las redes sociales. Si bien hay quienes tienen la tendencia a propalar imágenes o videos de hechos como ese porque quizá les brinda algún tipo de emoción, no puede ignorarse que muchas personas lo hacen para alertar a la sociedad sobre un incidente violento para que evite pasar por ahí, o con el fin de ver si alguien reconoce a la víctima de manera que avise a sus familiares.
Hacer generalizaciones es demasiado temerario. No todos los que toman fotografías de hechos de sangre lo hacen por morbo, ni todos los que suben las imágenes a las redes lo hacen con el propósito de dar cuenta de ello a los delincuentes.
Es válido el llamado del psicólogo Guevara Martínez a la sociedad para que no se tomen como un espectáculo tragedias como esa, pues ante todo debe haber responsabilidad social, pero tratar de inhibir ese tipo de acciones, como lo están haciendo las autoridades policiacas, puede tener consecuencias mucho más graves que lo que se pretende evitar.
Como advierte Sergio Ramírez, lo que buscan las autoridades al echarles la culpa a los ciudadanos es tomar el camino fácil para justificar su propia ineficiencia.
La sociedad sinaloense esperaba que con el cambio de gobierno se retomaría en Sinaloa el camino de la paz social, sin embargo continúan los niveles preocupantes de violencia e inseguridad, sobre todo en el centro y el sur del estado.
Urge recobrar la capacidad de asombro, no podemos acostumbrarnos a ver caer víctimas de la violencia por todos lados, pero es imprescindible que las autoridades de todos los niveles hagan su trabajo, y no es responsabilizar a las víctimas, por supuesto.