Filosofía portátil
El maestro valenciano Juan Arnau, astrofísico y especialista en filosofías orientales, cuenta entre sus obras con un libro titulado Manual de filosofía portátil, donde pretende extraditar de los espacios académicos el pensamiento para revertirlo a su condición original: que se convierta en un compromiso de vida y no una disciplina para diletantes e iniciados.
Primeramente, descifró el título escogido: “¿Por qué un manual? Porque aspira a ser fácil de manejar y fácil de entender y su intención es fundamentalmente práctica. Porque no es un libro oficial, académico o doctrinario, y compendia lo más sustancial de unas cuantas vidas filosóficas”.
Con justeza, añadió: “¿Por qué portátil? Porque es un homenaje a caminantes. La filosofía portátil es una llamada a aligerarse... El espíritu de la pesadez infecta como ningún otro el de la filosofía, que tiende con demasiada facilidad a la ceremonia. El portátil es un soltador de lastre. Frente a los voluminosos sistemas ofrece ironías, vislumbres, migajas”.
Puntualizando, precisó: “La filosofía portátil es un esfuerzo por liberar al pensamiento de la reclusión a la que ha estado sometido por escolásticos y académicos. Un modo de conjurar esa manía erudita de hablar sólo para aquellos que comparten cátedra o facultad... Prefiere ofrecer ironías, migajas y vislumbres que abran paso a una nueva inteligencia de la vida”.
Al insistir en la practicidad del estudio filosófico, Arnau indicó que no busca descalificar las clasificaciones, doctrinas y sistematizaciones: “Para ello no es necesario volver la espalda a la metafísica o a la filosofía como sistema, sólo hace falta abandonar presuntuosas vanidades y hacer que la claridad y el diálogo se abran paso para que tengan una utilidad más allá de la mera información y puedan así tonificar el espíritu”.
¿Me pierdo en conceptos y distinciones? ¿Prefiero una filosofía útil y portátil?