Filantropía y justicia
21 julio 2017
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“En México y en el mundo entero tenemos un gravísimo problema de desigualdad. En este momento de cambios radicales y de nuevas definiciones sociales resulta que existen territorios en donde las cosas florecen y otros más en donde se marchitan y mueren. En alguna otra ocasión a esta desigualdad radical la he llamado “apartheid social”, dijo el Rector de la Universidad Iberoamericana, David Fernández Dávalos, en su discurso con ocasión del sesenta aniversario de la fundación de la carrera de Administración de Empresas.
El sacerdote jesuita señaló que las acciones filantrópicas no son la solución a los problemas de hambre e injusticia, y sirven como paliativos sociales, a la vez que tranquilizan y amortiguan problemas de conciencia.
“La ética de nuestras asociaciones filantrópicas y de nuestros egresados sostiene que hay que devolver lo que se nos ha dado, lo cual, por supuesto, es algo noble y compasivo. Pero en medio de la enorme pobreza que vivimos, de la violencia que nos corroe, es obvio que “devolver lo que se nos ha dado” es poner apenas una curita en el sistema que ha privilegiado a las élites a las que pertenecemos, con la esperanza consciente o inconsciente de que eso prevenga la necesidad de una cirugía mayor a ese sistema –cirugía que quizá pueda amenazar nuestros privilegios.
“Nuestra ética, creo, quiere proponer la generosidad como sustituto de la justicia. Lo que en realidad decimos es: haz dinero de la forma en que lo hace todo mundo, y luego regresa algo por medio de un donativo, o mediante la creación de una fundación, o con alguna acción que tenga impacto social ... Nuestra ética dice: “haz más el bien”, pero nunca dice “haz menos daño”.
¿Realizo únicamente acciones filantrópicas? ¿Qué hago para resolver las inequidades e injusticias?
@rodolfodiazf